/ miércoles 29 de abril de 2020

¿Por qué los conservadores se oponen a todo?

¿Por qué la derecha se opuso a la creación del INSABI? ¿Por qué se opusieron a considerar al corrupto como delincuente? ¿Por qué los conservadores se oponen a la Ley de Amnistía?, ¿por qué rechazan liberar a personas que robaron por hambre?, ¿por qué no quieren que se apoye a los pobres ante la contingencia sanitaria?

La actitud de este sector es una constante en los últimos meses, rechazar las propuestas del Gobierno Federal.

Ese rechazo también ocurrió al crearse el Instituto de Salud para el Bienestar, la oposición de las y los conservadores fue rotunda, negaron a más de 59 millones de personas la atención médica con un modelo de gratuidad en el corto plazo y con otro de universalización del acceso a la salud en el mediano plazo.

También condenaron que se reformara el artículo 3º Constitucional para enmendar los yerros de la llamada Reforma Educativa, y el 4º hace unas semanas, negándoles el derecho al bienestar a los más vulnerables.

Rechazaron el castigo a quienes expiden facturas falsas, defendieron en cualquier tribuna el que no se considerará delito grave, abogaron por los empresarios independientemente de si han usado o no como recurso a empresas fantasmas, si han avalado que se compre medicamento para tratamiento infantil del cáncer cuyo líquido resultó agua, en síntesis tampoco quisieron avalar el castigo a los factureros.

Y ante la pandemia del Covid-19 también rechazan el recorte en las dietas legislativas, la reducción del 50 por ciento al subsidio de los partidos políticos, el reforzamiento del Programa Nacional de Austeridad, los créditos para el sector formal e informal de micro y pequeñas empresas.

Tampoco aceptan la entrega de recursos mediante diversos programas como las becas Benito Juárez, los apoyos a jefas de familia, jóvenes construyendo el futuro o sembrando vida, por citar algunos destinados a más de 50 millones en situación de pobreza.

La reacción se opone a todo, pretende desvirtuar las acciones del Gobierno Federal y se obstina en pretender que al país le vaya mal, lo único relevante para ello es que se proteja a los mismos de siempre, que la justicia sea para los delincuentes de cuello blanco y los recursos de los programas para la emergencia sanitaria se destinen a los millonarios que aún adeudan 35 mil millones de dólares de impuestos que podrían emplearse para mejorar cientos de acciones en favor de la gente en estos momentos.

En otras palabras: Quieren que los recursos económicos del país, los que se obtienen del trabajo de millones de mexicanos y mexicanas se destinen a cuidar y rescatar el dinero de unos cuantos.

La respuesta no está lejos, la respuesta la da la historia. La respuesta es intrínseca a la forma de organización social que hemos tenido en las últimas décadas del México independiente.

Los conservadores, los que querían entregar la nación a un emperador extranjero, los que proponen la existencia de las estratificaciones sociales, los que favorecen la preservación de las estructuras políticas y económicas actuales, cuando en el fondo lo que pretenden es el regreso a estructuras anteriores (por lo que se les llama reacción).

Sí, los de la derecha, los que defienden inclusive a través de la mentira y la manipulación social su statu quo, siempre por genética, se opondrán. Ellos lo que quieren es seguir administrando la pobreza.

Por fortuna en México el ejemplo del liberal Benito Juárez, sigue claro y firme en el horizonte.

¿Por qué la derecha se opuso a la creación del INSABI? ¿Por qué se opusieron a considerar al corrupto como delincuente? ¿Por qué los conservadores se oponen a la Ley de Amnistía?, ¿por qué rechazan liberar a personas que robaron por hambre?, ¿por qué no quieren que se apoye a los pobres ante la contingencia sanitaria?

La actitud de este sector es una constante en los últimos meses, rechazar las propuestas del Gobierno Federal.

Ese rechazo también ocurrió al crearse el Instituto de Salud para el Bienestar, la oposición de las y los conservadores fue rotunda, negaron a más de 59 millones de personas la atención médica con un modelo de gratuidad en el corto plazo y con otro de universalización del acceso a la salud en el mediano plazo.

También condenaron que se reformara el artículo 3º Constitucional para enmendar los yerros de la llamada Reforma Educativa, y el 4º hace unas semanas, negándoles el derecho al bienestar a los más vulnerables.

Rechazaron el castigo a quienes expiden facturas falsas, defendieron en cualquier tribuna el que no se considerará delito grave, abogaron por los empresarios independientemente de si han usado o no como recurso a empresas fantasmas, si han avalado que se compre medicamento para tratamiento infantil del cáncer cuyo líquido resultó agua, en síntesis tampoco quisieron avalar el castigo a los factureros.

Y ante la pandemia del Covid-19 también rechazan el recorte en las dietas legislativas, la reducción del 50 por ciento al subsidio de los partidos políticos, el reforzamiento del Programa Nacional de Austeridad, los créditos para el sector formal e informal de micro y pequeñas empresas.

Tampoco aceptan la entrega de recursos mediante diversos programas como las becas Benito Juárez, los apoyos a jefas de familia, jóvenes construyendo el futuro o sembrando vida, por citar algunos destinados a más de 50 millones en situación de pobreza.

La reacción se opone a todo, pretende desvirtuar las acciones del Gobierno Federal y se obstina en pretender que al país le vaya mal, lo único relevante para ello es que se proteja a los mismos de siempre, que la justicia sea para los delincuentes de cuello blanco y los recursos de los programas para la emergencia sanitaria se destinen a los millonarios que aún adeudan 35 mil millones de dólares de impuestos que podrían emplearse para mejorar cientos de acciones en favor de la gente en estos momentos.

En otras palabras: Quieren que los recursos económicos del país, los que se obtienen del trabajo de millones de mexicanos y mexicanas se destinen a cuidar y rescatar el dinero de unos cuantos.

La respuesta no está lejos, la respuesta la da la historia. La respuesta es intrínseca a la forma de organización social que hemos tenido en las últimas décadas del México independiente.

Los conservadores, los que querían entregar la nación a un emperador extranjero, los que proponen la existencia de las estratificaciones sociales, los que favorecen la preservación de las estructuras políticas y económicas actuales, cuando en el fondo lo que pretenden es el regreso a estructuras anteriores (por lo que se les llama reacción).

Sí, los de la derecha, los que defienden inclusive a través de la mentira y la manipulación social su statu quo, siempre por genética, se opondrán. Ellos lo que quieren es seguir administrando la pobreza.

Por fortuna en México el ejemplo del liberal Benito Juárez, sigue claro y firme en el horizonte.

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