/ sábado 1 de febrero de 2020

¿Por qué no mandan de embajador a Enrique Ramírez Alfaro?

Las embajadas y consulados de México en el extranjero tienen la obligación, de acuerdo a los protocolos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de velar por los intereses de las mexicanas y mexicanos que enfrenten problemas en algún país. Es el caso, de la grave crisis de salud que vive la República Popular China.

En teoría, la Secretaría debe tener un padrón exacto de los connacionales que están en este momento en ese país, ya sea por negocios, de turistas o estudiantes. Por parte de la embajada de México en China debe tener un registro de ciudadanas y ciudadanos de México para en su momento, brindarles el apoyo que necesiten.

En la actualidad, José Luis Bernal Rodríguez es el embajador de México en la República Popular de China y el segundo de a bordo es el Ministro Enrique Escorza. Y como dijo el clásico: “No atestiguo con muertos”. Ante la situación de emergencia de nuestros compatriotas en China, los diplomáticos mexicanos están aplicando la diplomacia del avestruz: entierran la cabeza para evadir su responsabilidad a grado tal, que no contestan los correos electrónicos que les solicitan asesoría y qué ayuda les pueden brindar.

¿Pero qué se puede esperar del embajador de México en China, si su jefe Marcelo Ebrard pone el ejemplo? Recién declaró el Secretario de Relaciones Exteriores, que ya anda en campaña para el 2024, lo siguiente: “En la región donde se originó el coronavirus sólo hay 18 mexicanos de los cuales 14 están emparentados con ciudadanos chinos y solo 4 podrían ser sacados de esa región, pero por ahora no se justifica enviar una aeronave por ellos”… ¡Órale!

Las declaraciones de Marcelo Ebrard pintan de cuerpo entero la política exterior de México cuando de mexicanas y mexicanos se trata. De una cosa estamos seguros: Si Evo Morales estuviera en China en este momento, no dude usted que Marcelo por órdenes del Presidente de la República ya hubiera enviado el avión presidencial por el expresidente Boliviano.

El Secretario de Relaciones Exteriores no tiene de qué preocuparse de nuestros compatriotas que están trabajando o estudiando en China, éstos tienen la opción de recurrir a la Virgen de Guadalupe o a San Judas Tadeo para que les haga el milagro de no contagiarse del virus, y en su momento, les mande un avión de la Fuerza Aérea Celestial para regresarlos a México.

Si algo les llegara a pasar a nuestros compatriotas, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de México en la República Popular China serán los responsables por no haber aplicado los protocolos a lo que están obligados.

En 2018, Diego Jonathan Fernández Quintero, originario de Michoacán, tuvo problemas penales y civiles por supuestamente haber golpeado a un adulto mayor en China. El primer delito no se pudo comprobar, y en el segundo, el chino demandó por la vía civil la reparación del daño por 1 millón y medio de pesos. La familia no logró juntar esa cantidad, y como en las leyes chinas existe un tiempo para reparar el daño, no se pudo realizar y terminó siendo sentenciado a 7 años de prisión en aquel país.

Si bien la Embajada apoyó al michoacano, ninguna autoridad de ningún orden de gobierno hizo nada por él, incluyendo al gobernador de ese estado. ¡Qué cosas tiene la vida Mariana!

A Josefina Vázquez Mota, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de una fundación le entregaron mil millones de pesos supuestamente para defender a nuestros compatriotas en EE.UU. ¿Dónde quedaron esos mil millones?

Cuando hay voluntad política de hacer las cosas se hacen, por ejemplo: Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, anunció que repatriará a 39 estudiantes desde China, o aquí en Durango el gobernador José Rosas Aispuro Torres con su programa Abrazando Almas.

Las embajadas y consulados de México en el extranjero tienen la obligación, de acuerdo a los protocolos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de velar por los intereses de las mexicanas y mexicanos que enfrenten problemas en algún país. Es el caso, de la grave crisis de salud que vive la República Popular China.

En teoría, la Secretaría debe tener un padrón exacto de los connacionales que están en este momento en ese país, ya sea por negocios, de turistas o estudiantes. Por parte de la embajada de México en China debe tener un registro de ciudadanas y ciudadanos de México para en su momento, brindarles el apoyo que necesiten.

En la actualidad, José Luis Bernal Rodríguez es el embajador de México en la República Popular de China y el segundo de a bordo es el Ministro Enrique Escorza. Y como dijo el clásico: “No atestiguo con muertos”. Ante la situación de emergencia de nuestros compatriotas en China, los diplomáticos mexicanos están aplicando la diplomacia del avestruz: entierran la cabeza para evadir su responsabilidad a grado tal, que no contestan los correos electrónicos que les solicitan asesoría y qué ayuda les pueden brindar.

¿Pero qué se puede esperar del embajador de México en China, si su jefe Marcelo Ebrard pone el ejemplo? Recién declaró el Secretario de Relaciones Exteriores, que ya anda en campaña para el 2024, lo siguiente: “En la región donde se originó el coronavirus sólo hay 18 mexicanos de los cuales 14 están emparentados con ciudadanos chinos y solo 4 podrían ser sacados de esa región, pero por ahora no se justifica enviar una aeronave por ellos”… ¡Órale!

Las declaraciones de Marcelo Ebrard pintan de cuerpo entero la política exterior de México cuando de mexicanas y mexicanos se trata. De una cosa estamos seguros: Si Evo Morales estuviera en China en este momento, no dude usted que Marcelo por órdenes del Presidente de la República ya hubiera enviado el avión presidencial por el expresidente Boliviano.

El Secretario de Relaciones Exteriores no tiene de qué preocuparse de nuestros compatriotas que están trabajando o estudiando en China, éstos tienen la opción de recurrir a la Virgen de Guadalupe o a San Judas Tadeo para que les haga el milagro de no contagiarse del virus, y en su momento, les mande un avión de la Fuerza Aérea Celestial para regresarlos a México.

Si algo les llegara a pasar a nuestros compatriotas, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de México en la República Popular China serán los responsables por no haber aplicado los protocolos a lo que están obligados.

En 2018, Diego Jonathan Fernández Quintero, originario de Michoacán, tuvo problemas penales y civiles por supuestamente haber golpeado a un adulto mayor en China. El primer delito no se pudo comprobar, y en el segundo, el chino demandó por la vía civil la reparación del daño por 1 millón y medio de pesos. La familia no logró juntar esa cantidad, y como en las leyes chinas existe un tiempo para reparar el daño, no se pudo realizar y terminó siendo sentenciado a 7 años de prisión en aquel país.

Si bien la Embajada apoyó al michoacano, ninguna autoridad de ningún orden de gobierno hizo nada por él, incluyendo al gobernador de ese estado. ¡Qué cosas tiene la vida Mariana!

A Josefina Vázquez Mota, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de una fundación le entregaron mil millones de pesos supuestamente para defender a nuestros compatriotas en EE.UU. ¿Dónde quedaron esos mil millones?

Cuando hay voluntad política de hacer las cosas se hacen, por ejemplo: Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, anunció que repatriará a 39 estudiantes desde China, o aquí en Durango el gobernador José Rosas Aispuro Torres con su programa Abrazando Almas.