/ jueves 15 de septiembre de 2022

PRI: Hora cumplida

En 1985 previo al gran terremoto de ese año, Octavio Paz en una conversación con Gilles Bataillon sobre el tema de “Inventar la democracia “ y publicado como ensayo en El peregrino en su patria.

Historia y política de México tomo 2. Presente Fluido del Fondo de Cultura Económica habla del surgimiento y desarrollo del PRI en el poder desde su fundación en 1929 por Plutarco Elías Calles como Partido Nacional Revolucionario, con el título de “ Hora cumplida “, para Paz el PRI había jugado un gran papel en la formación de instituciones, la conducción del desarrollo, la estabilidad política del país, y ser el gran canal de la movilidad social, pero tampoco ausente de ser un partido que en el poder había usado la reprensión y de evitar la democratización para sostener su hegemonía; al hacer eso el PRI evitaba la entrada de México de manera plena en la democracia, y la pluralidad no podía expresarse en un verdadero sistema de partidos, aunque señalaba también que la izquierda arrastraba una historia stalinista y no lograba responder una pregunta que Paz les hacía: ¿Qué clase de socialismo pretenden implantar en México?

Pero también decía que el PAN, como heredero del antiguo Partido Conservador y de la tradición católica mexicana aún con toda su legitimidad histórica, no había sido capaz de formular un proyecto nacional nuevo y viable como opción al PRI. Aún así había ya un desarrollo de la sociedad que el PRI ya no lograba representar y había ya llegado el momento de compartir el poder, el PRI, decía Paz, tenía su “hora cumplida”.

Lo que Paz planteaba en ese tiempo (1985) era que la misma evolución de la sociedad se encaminaba ya para entrar por la senda de la democracia a un sistema pluripartidista plenamente democrático, donde el PRI si quería ser siendo dominante tendría que regresar a sus orígenes no sólo de ser un impulsor de la Revolución Mexicana, sino también ser promotor o permitir la otra gran aspiración que fue la democracia.

Sólo pasaron unos meses para que Paz pudiera ver que con el terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985 no sólo dejaba dolor y luto y una gran destrucción material de la capital del país, sino que desvelaba la corrupción en la construcción de muchos edificios construidos por dependencias gubernamentales, y fue al mismo tiempo el momento de un gran despertar ciudadano más allá de la solidaridad en esos días trágicos, nacía y salía a la luz una sociedad civil no imaginada hasta entonces.

La ineficaz respuesta gubernamental erosionó la legitimidad del régimen amén de que el país estaba en un momento económico difícil por las secuelas de la crisis económica desde 1982 y en los prolegómenos de la apertura comercial de México al mundo que se materializó el año siguiente con la entrada de México al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) y que si bien ganaba algunos adeptos perdió también aquellos aliados del régimen priísta beneficiados por muchos años con un modelo de economía cerrada.

El régimen se agrietaba. Las elecciones presidenciales de 1988 mostraban justo el agotamiento del sistema político con un partido hegemónico y del modelo de desarrollo económico, los actores que se manifestaban en la arena política, eran justo los del antiguo régimen moribundo y el que estaba naciendo.

El surgimiento de un sistema de partidos, competitivo y esa sociedad civil con acta de nacimiento en 1985 abonó un buen tramo de nuestra democracia además acicateada por el nuevo entorno internacional con la crisis del “socialismo realmente existente” y concretizada con la caída del muro de Berlín, la democracia se declaraba triunfadora, pero mientras los cambios económicos en el país iban en consonancia con el momentos que el mundo vivía y se lograba del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos de América y Canadá e incluso México inauguraba nuevas instituciones políticas y electorales, el PRI no logró transformarse en consonancia con el momento histórico.

El horribilis annus de 1994 y la crisis de diciembre manifestada con toda su crudeza en 1995 amén de la “sana distancia” del presidente en turno, llegado al poder por una tragedia y sin antecedentes políticos en su carrera y menos de militante del PRI pero usándolo para sostenerse en el poder y sus reformas tecnocráticas, siendo que históricamente el PRI se guiaba por el liderazgo presidencial, fueron las causas de que por primera vez en 1997 el PRI perdía la mayoría en la Cámara de Diputados, había llegado un nuevo tiempo, los gobiernos divididos, mismos que durante los siguientes sexenios se mantuvo hasta la llegada de Morena en 2018, tenido la titularidad del ejecutivo con mayoría en el Congreso.

Con la pérdida de la mayoría en Cámara de Diputados en 1997 y la Presidencia en el 2000 era la hora cumplida del PRI de la que hablaba Paz para haber hecho su transformación como partido histórico, como muchos de la Europa del Este lo hicieron a la caída del muro de Berlín, la oportunidad se perdió, ni siquiera la reflexión y la autocrítica tuvieron espacio, el retorno al poder de la Presidencia de la República en 2012 fue el otro momento para hacer desde el poder como fue su nacimiento su gran reforma, la corrupción, impunidad, y la frivolidad en el ejercicio del poder, amén de que los partidos y no sólo el PRI habían entrado desde hacía años en un proceso de cartelización fueron todo ello junto a una sociedad hastiada de esa clase política lo que posibilitó y explica que con una narrativa populista que López Obrador pudiera llegar al poder.

Hoy lo que observamos con las derrotas electorales del PRI desde 2018 y el comportamiento en el Congreso y particularmente en Cámara de Diputados con una “dirigencia” acusada de corrupción, impresentable y alejada de cualquier práctica decente y sirviendo a interés del autócrata sólo para salvar el pellejo, es que más allá de buscar una “nueva” dirigencia, histórica y estructuralmente el PRI desde hace rato tiene su hora cumplida.

En 1985 previo al gran terremoto de ese año, Octavio Paz en una conversación con Gilles Bataillon sobre el tema de “Inventar la democracia “ y publicado como ensayo en El peregrino en su patria.

Historia y política de México tomo 2. Presente Fluido del Fondo de Cultura Económica habla del surgimiento y desarrollo del PRI en el poder desde su fundación en 1929 por Plutarco Elías Calles como Partido Nacional Revolucionario, con el título de “ Hora cumplida “, para Paz el PRI había jugado un gran papel en la formación de instituciones, la conducción del desarrollo, la estabilidad política del país, y ser el gran canal de la movilidad social, pero tampoco ausente de ser un partido que en el poder había usado la reprensión y de evitar la democratización para sostener su hegemonía; al hacer eso el PRI evitaba la entrada de México de manera plena en la democracia, y la pluralidad no podía expresarse en un verdadero sistema de partidos, aunque señalaba también que la izquierda arrastraba una historia stalinista y no lograba responder una pregunta que Paz les hacía: ¿Qué clase de socialismo pretenden implantar en México?

Pero también decía que el PAN, como heredero del antiguo Partido Conservador y de la tradición católica mexicana aún con toda su legitimidad histórica, no había sido capaz de formular un proyecto nacional nuevo y viable como opción al PRI. Aún así había ya un desarrollo de la sociedad que el PRI ya no lograba representar y había ya llegado el momento de compartir el poder, el PRI, decía Paz, tenía su “hora cumplida”.

Lo que Paz planteaba en ese tiempo (1985) era que la misma evolución de la sociedad se encaminaba ya para entrar por la senda de la democracia a un sistema pluripartidista plenamente democrático, donde el PRI si quería ser siendo dominante tendría que regresar a sus orígenes no sólo de ser un impulsor de la Revolución Mexicana, sino también ser promotor o permitir la otra gran aspiración que fue la democracia.

Sólo pasaron unos meses para que Paz pudiera ver que con el terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985 no sólo dejaba dolor y luto y una gran destrucción material de la capital del país, sino que desvelaba la corrupción en la construcción de muchos edificios construidos por dependencias gubernamentales, y fue al mismo tiempo el momento de un gran despertar ciudadano más allá de la solidaridad en esos días trágicos, nacía y salía a la luz una sociedad civil no imaginada hasta entonces.

La ineficaz respuesta gubernamental erosionó la legitimidad del régimen amén de que el país estaba en un momento económico difícil por las secuelas de la crisis económica desde 1982 y en los prolegómenos de la apertura comercial de México al mundo que se materializó el año siguiente con la entrada de México al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) y que si bien ganaba algunos adeptos perdió también aquellos aliados del régimen priísta beneficiados por muchos años con un modelo de economía cerrada.

El régimen se agrietaba. Las elecciones presidenciales de 1988 mostraban justo el agotamiento del sistema político con un partido hegemónico y del modelo de desarrollo económico, los actores que se manifestaban en la arena política, eran justo los del antiguo régimen moribundo y el que estaba naciendo.

El surgimiento de un sistema de partidos, competitivo y esa sociedad civil con acta de nacimiento en 1985 abonó un buen tramo de nuestra democracia además acicateada por el nuevo entorno internacional con la crisis del “socialismo realmente existente” y concretizada con la caída del muro de Berlín, la democracia se declaraba triunfadora, pero mientras los cambios económicos en el país iban en consonancia con el momentos que el mundo vivía y se lograba del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos de América y Canadá e incluso México inauguraba nuevas instituciones políticas y electorales, el PRI no logró transformarse en consonancia con el momento histórico.

El horribilis annus de 1994 y la crisis de diciembre manifestada con toda su crudeza en 1995 amén de la “sana distancia” del presidente en turno, llegado al poder por una tragedia y sin antecedentes políticos en su carrera y menos de militante del PRI pero usándolo para sostenerse en el poder y sus reformas tecnocráticas, siendo que históricamente el PRI se guiaba por el liderazgo presidencial, fueron las causas de que por primera vez en 1997 el PRI perdía la mayoría en la Cámara de Diputados, había llegado un nuevo tiempo, los gobiernos divididos, mismos que durante los siguientes sexenios se mantuvo hasta la llegada de Morena en 2018, tenido la titularidad del ejecutivo con mayoría en el Congreso.

Con la pérdida de la mayoría en Cámara de Diputados en 1997 y la Presidencia en el 2000 era la hora cumplida del PRI de la que hablaba Paz para haber hecho su transformación como partido histórico, como muchos de la Europa del Este lo hicieron a la caída del muro de Berlín, la oportunidad se perdió, ni siquiera la reflexión y la autocrítica tuvieron espacio, el retorno al poder de la Presidencia de la República en 2012 fue el otro momento para hacer desde el poder como fue su nacimiento su gran reforma, la corrupción, impunidad, y la frivolidad en el ejercicio del poder, amén de que los partidos y no sólo el PRI habían entrado desde hacía años en un proceso de cartelización fueron todo ello junto a una sociedad hastiada de esa clase política lo que posibilitó y explica que con una narrativa populista que López Obrador pudiera llegar al poder.

Hoy lo que observamos con las derrotas electorales del PRI desde 2018 y el comportamiento en el Congreso y particularmente en Cámara de Diputados con una “dirigencia” acusada de corrupción, impresentable y alejada de cualquier práctica decente y sirviendo a interés del autócrata sólo para salvar el pellejo, es que más allá de buscar una “nueva” dirigencia, histórica y estructuralmente el PRI desde hace rato tiene su hora cumplida.