Dosis de vida en hacer que te pasen cosas buenas
Normalmente en la vida nos suceden imprevistos y varias situaciones nos que nos ponen a prueba emocional y nos implican desafíos mentales, muchas de las ocasiones pareciera que no acabamos de resolver algo cuando nos encontramos en otra situación desgastante y negativa por volver a resolver.
Toda emoción viene precedida de un pensamiento, cada pensamiento genera un cambio mental y fisiológico, si cambias tu manera de pensar harás que cambie tu realidad. Sin embargo, necesitamos conocernos a nosotros mismo para hacer que nos pasen cosas buenas. Muchos de nosotros nos la pasamos reprimiendo algunas emociones, especialmente la tristeza. Para algunos no se está permitido llorar porque “llorar no soluciona nada” y es una voz interna que va forjando nuestra personalidad y nos va colocando la famosa ansiedad relacionada con todas las enfermedades crónicas que conocemos: hipertensión, diabetes, cáncer, etc.
Aprende sobre las emociones sencillas y complejas e intenta identificar cuándo las sientes, cómo las sientes y qué tanto te permites vivirlas. Todas las emociones son aceptables, todas se deben vivir y todas son pasajeras.
La salud emocional es un pilar importante para poder vivir más y mejor. La mente aporta el aspecto lógico y coherente en nuestras decisiones, nos permite evaluar qué tan beneficioso o perjudicial es mi decisión que concluye en una acción que la he repensado y percibido, la acción debe estar alineada con lo que realmente buscas para tu salud y bienestar, por lo que no debemos de realizarlas sin antes haber pasado por todas las etapas de una toma de decisión.
Por tanto, para hacer que nos pasen cosas buenas hay que equilibrar tu percepción con tu emoción, lógica y acciones. Este enfoque se aplica a todos los aspectos de tu vida: tus relaciones, tu trabajo, tus finanzas, etc. Nunca olvides el orden: ojos-corazón-mente-acción. Ponlo en práctica y veras que tus decisiones finales estarán más alineadas con tus objetivos de vida y harán que te pasen cosas buenas.
Si nos pasan cosas buenas encontramos la felicidad, que cómo sabemos todos intentamos descubrir el camino a la felicidad. Buscar que nos pasen cosas buenas es parte de nuestra naturaleza innata, una función programada en nuestro código genético. Nuestro cerebro necesita dopamina para funcionar adecuadamente, un neurotransmisor crucial para la motivación y el placer. Cuando obtenemos dopamina de fuentes externas como el reconocimiento de otros o adquisiciones materiales, experimentamos picos intensos pero breves de felicidad porque nos ha pasado algo bueno, la dopamina en este caso es derivada de la autoaceptación y satisfacción personal que será más duradera y estable que el mismo proceso neuroquímico. Este ciclo a largo plazo combate el ciclo de la ansiedad ya que el cuerpo se acostumbra a sentir malestar. La vida es compleja y está llena de desafíos. No te conviertasen tu propio enemigo, ya hay suficientes ahí afuera. Sé tu aliado más fiel y tu porrista más entusiasta en un mundo donde las ganas de que nos pasen cosas buenas sea esencial para la felicidad genuina, sólo no olvides que todo implica esfuerzo y construcción mental de lo que buscamos.
Toma en cuenta algunos factores que nos ayudarán a prevenir una mentalidad propositiva y que construya que nos pasen cosas buenas: brindarle a nuestros hijos una educación de calidad, donde el aprendizaje familiar fomente una actividad intelectual y física que los ayude a mantener oxigenación en su cerebro y que los mantenga en control de sus instintos y liberación adecuada de situaciones tóxicas. La salud mental es tan importante tanto en adultos como en niños, no es algo que podemos dejar pasar. No mantener totalmente un aislamiento social, es un factor de riesgo para las alteraciones mentales y control de emociones. Y vigilar nuestro estilo de vida donde busquemos el equilibrio y el convertirnos en nuestros mejores amigos, no te dejes caer, ponte frente al espejo y repítete palabras de aliento: “tú puedes lograrlo”, todo lo que dice la boca se lo cree el cerebro así que mejor repitamos en voz alta vivir para mejorar, vivir con salud mental.
Dra. Elizabeth Blass
Psicoterapeuta clínica