/ sábado 31 de julio de 2021

Puro chisme

Desde que tengo uso de razón, he escuchado la palabra chisme. Que tales o cuales personas andan en el chisme, o que les gusta el chisme.

Cuando se habla incongruentemente de algún acontecimiento, o de algo que se presume fue, pero no ha sido, se dice que es chisme.

Este vocablo se originó del griego “schísma” pasando posteriormente al latín “schisma” y llegó a nuestro idioma “chisme”, que corresponde a una habladuría de un determinado rumor, que suele difundirse de boca a boca, considerando su difusión poner en mal o criticar a una o varias personas.

Por regla general, el chisme es una información que no ha sido comprobada, o en la mayoría de las ocasiones es para exagerar o distorsionar sucesos.

Esta práctica puede ser buena para hacer notar acontecimientos de grupos delincuenciales, y alertar a las personas para tomar las precauciones debidas, pero cuando lo que se divulga no brinda ninguna oportunidad de aprendizaje y sólo es para buscar el desprestigio de alguna persona o corporación, el chisme es sumamente dañino.

Si esto llega a suceder en forma cotidiana en donde una persona con autoridad, señala incidentes funestos, deshonestos y negativos, incluso delitos, pero no obstante su alta investidura, no presenta pruebas, solamente el rumor o chisme, la degradación de la autoridad es incuestionable, y si en sus prácticas diarias el rumor, la murmuración, el cotilleo, el cuento o el chisme, es lo que impera, aunque sea para que, el de la alta potestad se sienta realizado y en la plenitud de su existencia, no se puede considerar más que una humillación de alguien que por más que pretenda ensalzarse, está demostrando incapacidad total para tener algún mando o representación.

Si quien tiene la autoridad no representa, no denuncia, no aplica la ley, ¿Qué es lo que hace entonces? Distraer a sus mascotas o “solovinos” inventando ejercicios para dementes de “Quien es quien en las mentiras”, para que, después le refuten que no fueron mentiras, sino verdades, pero que, como lo considera un ataque a su persona lo tiene que hacer aparecer como tal, y hasta de sus mismos seguidores ha recibido reclamos por este pequeño buresque; pero el motivo es buscar un distractor de sus ignorantes mascotas.

Pues con ese estúpido ejercicio propio para sus dóciles, aumentan más los chismes, mismos que sin fundamento alguno, solamente distraen e idiotizan más a la ciudadanía, aumentando sus animadversiones en contra de Calderón principalmente y de sus demás “adversarios” (así los llama), quienes son los culpables de absolutamente todas sus incapacidades y aberraciones.

Al tomar protesta el presidente y de conformidad al artículo 87 de la Carta Magna, textualmente dijo: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Pero si no conoce la Constitución y menos las leyes que de la Constitución emanan, es solamente un fraude para la Nación.

Si tanto pregonó y chismorreó diariamente, que se han cometido corruptelas y deshonestidades y su obligación es hacer cumplir las leyes de la nación, ¿qué tiene que andar consultando si se puede integrar alguna averiguación previa en contra del infractor, probando el ilícito? Denuncie y presente las pruebas correspondientes y no extorsione con investigaciones por la UIF y congelar cuentas.

No obstante que, muchísimos estudiosos del Derecho, han señalado que la ley no se consulta, sino que existe para aplicarse y hacerla cumplir, como lo protestó en su oportunidad, continúa con su chisme, y además la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha prestado a engordarle el caldo, con una consulta idiota que no dice nada y no es otra cosa más que caer en el populismo absoluto e involucrarnos en el chisme.

Es como si se metieran en mi casa a robar, pero tuviera que pedirles a los vecinos que voten para ver si denuncio el robo o no, y abonarme al criterio de los vecinos.

Tal parece que el propósito del presidente es involucrarnos en sus chismes, siendo el error principal escuchar el chisme y hacerle caso; reproducirlo y, como sucede con el teléfono descompuesto, mientras más bocas traspase, al chisme se le va agregando y se maximiza la información.

Desde que tengo uso de razón, he escuchado la palabra chisme. Que tales o cuales personas andan en el chisme, o que les gusta el chisme.

Cuando se habla incongruentemente de algún acontecimiento, o de algo que se presume fue, pero no ha sido, se dice que es chisme.

Este vocablo se originó del griego “schísma” pasando posteriormente al latín “schisma” y llegó a nuestro idioma “chisme”, que corresponde a una habladuría de un determinado rumor, que suele difundirse de boca a boca, considerando su difusión poner en mal o criticar a una o varias personas.

Por regla general, el chisme es una información que no ha sido comprobada, o en la mayoría de las ocasiones es para exagerar o distorsionar sucesos.

Esta práctica puede ser buena para hacer notar acontecimientos de grupos delincuenciales, y alertar a las personas para tomar las precauciones debidas, pero cuando lo que se divulga no brinda ninguna oportunidad de aprendizaje y sólo es para buscar el desprestigio de alguna persona o corporación, el chisme es sumamente dañino.

Si esto llega a suceder en forma cotidiana en donde una persona con autoridad, señala incidentes funestos, deshonestos y negativos, incluso delitos, pero no obstante su alta investidura, no presenta pruebas, solamente el rumor o chisme, la degradación de la autoridad es incuestionable, y si en sus prácticas diarias el rumor, la murmuración, el cotilleo, el cuento o el chisme, es lo que impera, aunque sea para que, el de la alta potestad se sienta realizado y en la plenitud de su existencia, no se puede considerar más que una humillación de alguien que por más que pretenda ensalzarse, está demostrando incapacidad total para tener algún mando o representación.

Si quien tiene la autoridad no representa, no denuncia, no aplica la ley, ¿Qué es lo que hace entonces? Distraer a sus mascotas o “solovinos” inventando ejercicios para dementes de “Quien es quien en las mentiras”, para que, después le refuten que no fueron mentiras, sino verdades, pero que, como lo considera un ataque a su persona lo tiene que hacer aparecer como tal, y hasta de sus mismos seguidores ha recibido reclamos por este pequeño buresque; pero el motivo es buscar un distractor de sus ignorantes mascotas.

Pues con ese estúpido ejercicio propio para sus dóciles, aumentan más los chismes, mismos que sin fundamento alguno, solamente distraen e idiotizan más a la ciudadanía, aumentando sus animadversiones en contra de Calderón principalmente y de sus demás “adversarios” (así los llama), quienes son los culpables de absolutamente todas sus incapacidades y aberraciones.

Al tomar protesta el presidente y de conformidad al artículo 87 de la Carta Magna, textualmente dijo: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Pero si no conoce la Constitución y menos las leyes que de la Constitución emanan, es solamente un fraude para la Nación.

Si tanto pregonó y chismorreó diariamente, que se han cometido corruptelas y deshonestidades y su obligación es hacer cumplir las leyes de la nación, ¿qué tiene que andar consultando si se puede integrar alguna averiguación previa en contra del infractor, probando el ilícito? Denuncie y presente las pruebas correspondientes y no extorsione con investigaciones por la UIF y congelar cuentas.

No obstante que, muchísimos estudiosos del Derecho, han señalado que la ley no se consulta, sino que existe para aplicarse y hacerla cumplir, como lo protestó en su oportunidad, continúa con su chisme, y además la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ha prestado a engordarle el caldo, con una consulta idiota que no dice nada y no es otra cosa más que caer en el populismo absoluto e involucrarnos en el chisme.

Es como si se metieran en mi casa a robar, pero tuviera que pedirles a los vecinos que voten para ver si denuncio el robo o no, y abonarme al criterio de los vecinos.

Tal parece que el propósito del presidente es involucrarnos en sus chismes, siendo el error principal escuchar el chisme y hacerle caso; reproducirlo y, como sucede con el teléfono descompuesto, mientras más bocas traspase, al chisme se le va agregando y se maximiza la información.