/ jueves 9 de mayo de 2019

¿Qué más pasará de aquí al 2 de junio?

¿En estas elecciones podría hacerse realidad la fábula de Esopo de la tortuga y la liebre? Hacemos referencia a Gonzalo Yáñez y a Otniel García Navarro.

El petista fracasó con la candidatura común porque no está contemplada en los estatutos de Morena, y el recurso de reconsideración que interpuso en la sala superior de la Sala Superior del Tribunal Federal, resultaría como si al PRI se le hubiera ocurrido impugnar los resultados de la elección de julio de 2018. Sólo era cuestión de tiempo para que dicho recurso se viniera abajo y a su equipo de expertos en materia electoral los exhibieron, primero en la sala Regional de Guadalajara y por último en la Sala Superior del TRIFE.

En esta coyuntura electoral, Otniel García Navarro podría obtener más votos que Gonzalo, porque, quiérase o no, los candidatos a presidente municipal no tienen peso político específico, pero la marca de Morena sí, y esto haría competitivo a Otniel como candidato a la presidencia municipal.

Volviendo a la fábula de Esopo, la tortuga alcanzó a la liebre por confiada y soberbia. A los candidatos que hay que alcanzar son Jorge Salum del Palacio y José Ramón Enríquez. Salum es el menos presionado de todos los candidatos. Sin duda, el panista puede tener muchos defectos, pero no se le conoce por ser soberbio o megalómano. Recientemente, pasó el trago amargo del tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador, y sólo quince votos lo separaron de ser diputado federal.

Jorge sabe que en política no hay que confiarse, porque la confianza mata a un candidato. Hoy, el destino político de José Ramón Enríquez, derivado de una resolución inatacable de la sala superior del TRIFE, fue puesto en manos del Congreso del Estado en su calidad de órgano ejecutor. A reserva de equivocarnos, el Congreso no está llevando a Enríquez Herrera a un juicio político, porque no se inició en su contra a lo que se llama juicio de procedencia.

El tema se remonta a una posible violación a una norma constitucional, contemplada en el artículo 134 de nuestra Constitución. Lo que se va llevar a cabo en contra del candidato de Movimiento Ciudadano es un procedimiento administrativo de carácter de sumario. En este contexto, habrá que esperar la sanción que se le aplique al candidato del partido naranja.

Ya no falta mucho, será el 16 de mayo cuando se cumpla el plazo que el Tribunal les dio a los diputados locales para establecer la sanción. En cuestiones electorales, Durango ha vivido muchas historias, fraudes, traiciones, acuerdos de las cúpulas del poder político y fáctico para repartirse el pastel del llamado corazón de la patria, o el Chiapas del Norte.

También hemos visto compra de votos y de conciencias, recursos públicos para las campañas de los partidos que, en ocasiones, han ido a parar a los bolsillos de los candidatos, ganadores y perdedores, de parientes y amigos.

Pero nunca habíamos vivido una campaña como la que estamos viviendo, tal vez la reforma electoral que se aprobó en 2014 despertó el demonio de la reelección y las ambiciones de los diputados, senadores y presidentes municipales. Se legalizó a los chapulines y ahora estamos pagando las consecuencias.

Hoy, Gonzalo es senador con licencia y candidato a la Presidencia Municipal. A la otra liebre que hay que alcanzar es José Ramón Enríquez, es senador con licencia, presidente municipal con licencia y candidato a reelegirse como presidente municipal. Y todo esto es legal. Parafraseando al clásico: Eso está muy bien, pero no es correcto.

¿En estas elecciones podría hacerse realidad la fábula de Esopo de la tortuga y la liebre? Hacemos referencia a Gonzalo Yáñez y a Otniel García Navarro.

El petista fracasó con la candidatura común porque no está contemplada en los estatutos de Morena, y el recurso de reconsideración que interpuso en la sala superior de la Sala Superior del Tribunal Federal, resultaría como si al PRI se le hubiera ocurrido impugnar los resultados de la elección de julio de 2018. Sólo era cuestión de tiempo para que dicho recurso se viniera abajo y a su equipo de expertos en materia electoral los exhibieron, primero en la sala Regional de Guadalajara y por último en la Sala Superior del TRIFE.

En esta coyuntura electoral, Otniel García Navarro podría obtener más votos que Gonzalo, porque, quiérase o no, los candidatos a presidente municipal no tienen peso político específico, pero la marca de Morena sí, y esto haría competitivo a Otniel como candidato a la presidencia municipal.

Volviendo a la fábula de Esopo, la tortuga alcanzó a la liebre por confiada y soberbia. A los candidatos que hay que alcanzar son Jorge Salum del Palacio y José Ramón Enríquez. Salum es el menos presionado de todos los candidatos. Sin duda, el panista puede tener muchos defectos, pero no se le conoce por ser soberbio o megalómano. Recientemente, pasó el trago amargo del tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador, y sólo quince votos lo separaron de ser diputado federal.

Jorge sabe que en política no hay que confiarse, porque la confianza mata a un candidato. Hoy, el destino político de José Ramón Enríquez, derivado de una resolución inatacable de la sala superior del TRIFE, fue puesto en manos del Congreso del Estado en su calidad de órgano ejecutor. A reserva de equivocarnos, el Congreso no está llevando a Enríquez Herrera a un juicio político, porque no se inició en su contra a lo que se llama juicio de procedencia.

El tema se remonta a una posible violación a una norma constitucional, contemplada en el artículo 134 de nuestra Constitución. Lo que se va llevar a cabo en contra del candidato de Movimiento Ciudadano es un procedimiento administrativo de carácter de sumario. En este contexto, habrá que esperar la sanción que se le aplique al candidato del partido naranja.

Ya no falta mucho, será el 16 de mayo cuando se cumpla el plazo que el Tribunal les dio a los diputados locales para establecer la sanción. En cuestiones electorales, Durango ha vivido muchas historias, fraudes, traiciones, acuerdos de las cúpulas del poder político y fáctico para repartirse el pastel del llamado corazón de la patria, o el Chiapas del Norte.

También hemos visto compra de votos y de conciencias, recursos públicos para las campañas de los partidos que, en ocasiones, han ido a parar a los bolsillos de los candidatos, ganadores y perdedores, de parientes y amigos.

Pero nunca habíamos vivido una campaña como la que estamos viviendo, tal vez la reforma electoral que se aprobó en 2014 despertó el demonio de la reelección y las ambiciones de los diputados, senadores y presidentes municipales. Se legalizó a los chapulines y ahora estamos pagando las consecuencias.

Hoy, Gonzalo es senador con licencia y candidato a la Presidencia Municipal. A la otra liebre que hay que alcanzar es José Ramón Enríquez, es senador con licencia, presidente municipal con licencia y candidato a reelegirse como presidente municipal. Y todo esto es legal. Parafraseando al clásico: Eso está muy bien, pero no es correcto.