/ jueves 25 de julio de 2019

¿Qué pasó con la revolución cultural?

Ya entendimos: Roma no se hizo en un día, y la revolución cultural que anunció Socorro Soto tampoco. Ni modo, como dijo Joaquín Sabina: que las verdades parezcan mentiras. Y esa es una regla, quien no cuenta mentiras nunca llega al poder, y quienes dicen la verdad así les va.

El nombramiento de Socorro Soto Alanís como directora del ICED fue bien recibido en un principio por la comunidad cultural. Si bien en su paso por el PRI se convirtió en admiradora de Luis Donaldo Colosio, tiempo después fue una de las más fervientes admiradoras de la guerrilla zapatista y se hizo amiga del subcomandante Marcos, igual que otros duranguenses.

En un tiempo, tuvo cercanía con Andrés Manuel López Obrador, viajes al Zócalo para ser testigo de aquellas concentraciones de la “izquierda” mexicana. Después del fracaso de Juan Antonio de la Riva y Corín Martínez al frente del Instituto de Cultura del Estado, la comunidad artística ya no quería saber de directores con la marca del PRI.

A Socorro la Dirección del ICED le cayó del cielo, como consecuencia de las famosas filtraciones que daban por hecho que Gamaliel Ochoa Serrano sería el director de Cultura para pagarle una factura al PRD. Lo primero que anunció Socorro Soto fue una “revolución cultural”, si hubiera dicho una revuelta se hubiera visto mejor. La famosa revolución que anunció no llegó ni a llamarada de petate.

Los dos Festivales Revueltas que ha organizado como directora del Instituto, “haiga sido como haiga sido”, el primero fue un fracaso cultural y la Plaza IV Centenario se convirtió en un palenque, y el del año pasado, con todo y Plácido Domingo no salvó al Festival.

Es una costumbre que pasando la Fenadu se anuncie una edición más del Festival Revueltas, que ya está a la vuelta de la esquina. Esto significa que el Festival y las figuras que vendrán ya están amarrados. Armar el Festival tiene un librito, existe un fondo autorizado por la Cámara de Diputados para realizar festivales culturales en todo el país. La Comisión de Cultura de la Cámara es el filtro para asignar los recursos.

Suponiendo que el ICED cumplió ya todos los requisitos para realizar el Revueltas, tuvo que haber presentado el proyecto con los nombres de los artistas y cuánto cobrarán por su presentación, es decir, el costo total del Festival. Esta convocatoria debe presentarse en tiempo y forma, de lo contrario, el Gobierno del Estado tendrá que aportar los recursos del Festival.

¿Recuerda usted el refrán “candil de la calle y oscuridad de la casa”? Esto le viene como anillo al dedo a la directora del ICED. Anunció que gestionó recursos federales por 5 millones de pesos, no fue así. Cada entidad federativa recibió esa misma cantidad porque ya estaban etiquetados.

Por eso llamó la atención que hace unos días declaró a los medios que sólo esperaba la entrada en funciones de los nuevos presidentes municipales del estado, y ya nombrados, los directores de cultura municipal serían nombrados por el ICED para darles un taller de cómo se gestionan y obtienen los recursos para proyectos culturales. Sería bueno que Jorge Salum del Palacio tome nota de ello, y así su próximo director del IMAC no tendrá que preocuparse por conseguir recursos, ya que Socorro Soto se encargará del tema. Asunto resuelto.

Lo único que tiene seguro el Instituto de Cultura son dos cosas: La nómina para pagar a la burocracia cultural y que el Gobierno del Estado, en su momento, salga al quite, aportando los recursos del Festival. ¿Y la comunidad cultural? Bien, gracias.

Ya entendimos: Roma no se hizo en un día, y la revolución cultural que anunció Socorro Soto tampoco. Ni modo, como dijo Joaquín Sabina: que las verdades parezcan mentiras. Y esa es una regla, quien no cuenta mentiras nunca llega al poder, y quienes dicen la verdad así les va.

El nombramiento de Socorro Soto Alanís como directora del ICED fue bien recibido en un principio por la comunidad cultural. Si bien en su paso por el PRI se convirtió en admiradora de Luis Donaldo Colosio, tiempo después fue una de las más fervientes admiradoras de la guerrilla zapatista y se hizo amiga del subcomandante Marcos, igual que otros duranguenses.

En un tiempo, tuvo cercanía con Andrés Manuel López Obrador, viajes al Zócalo para ser testigo de aquellas concentraciones de la “izquierda” mexicana. Después del fracaso de Juan Antonio de la Riva y Corín Martínez al frente del Instituto de Cultura del Estado, la comunidad artística ya no quería saber de directores con la marca del PRI.

A Socorro la Dirección del ICED le cayó del cielo, como consecuencia de las famosas filtraciones que daban por hecho que Gamaliel Ochoa Serrano sería el director de Cultura para pagarle una factura al PRD. Lo primero que anunció Socorro Soto fue una “revolución cultural”, si hubiera dicho una revuelta se hubiera visto mejor. La famosa revolución que anunció no llegó ni a llamarada de petate.

Los dos Festivales Revueltas que ha organizado como directora del Instituto, “haiga sido como haiga sido”, el primero fue un fracaso cultural y la Plaza IV Centenario se convirtió en un palenque, y el del año pasado, con todo y Plácido Domingo no salvó al Festival.

Es una costumbre que pasando la Fenadu se anuncie una edición más del Festival Revueltas, que ya está a la vuelta de la esquina. Esto significa que el Festival y las figuras que vendrán ya están amarrados. Armar el Festival tiene un librito, existe un fondo autorizado por la Cámara de Diputados para realizar festivales culturales en todo el país. La Comisión de Cultura de la Cámara es el filtro para asignar los recursos.

Suponiendo que el ICED cumplió ya todos los requisitos para realizar el Revueltas, tuvo que haber presentado el proyecto con los nombres de los artistas y cuánto cobrarán por su presentación, es decir, el costo total del Festival. Esta convocatoria debe presentarse en tiempo y forma, de lo contrario, el Gobierno del Estado tendrá que aportar los recursos del Festival.

¿Recuerda usted el refrán “candil de la calle y oscuridad de la casa”? Esto le viene como anillo al dedo a la directora del ICED. Anunció que gestionó recursos federales por 5 millones de pesos, no fue así. Cada entidad federativa recibió esa misma cantidad porque ya estaban etiquetados.

Por eso llamó la atención que hace unos días declaró a los medios que sólo esperaba la entrada en funciones de los nuevos presidentes municipales del estado, y ya nombrados, los directores de cultura municipal serían nombrados por el ICED para darles un taller de cómo se gestionan y obtienen los recursos para proyectos culturales. Sería bueno que Jorge Salum del Palacio tome nota de ello, y así su próximo director del IMAC no tendrá que preocuparse por conseguir recursos, ya que Socorro Soto se encargará del tema. Asunto resuelto.

Lo único que tiene seguro el Instituto de Cultura son dos cosas: La nómina para pagar a la burocracia cultural y que el Gobierno del Estado, en su momento, salga al quite, aportando los recursos del Festival. ¿Y la comunidad cultural? Bien, gracias.