/ jueves 4 de julio de 2019

¿Qué será lo que quiere el regidor electo?

Sin José Ramón Enríquez Herrera, Raúl Medina Samaniego jamás hubiera llegado a ser regidor. Atrás quedaron los tiempos de apoyar al PRI, hoy vivimos tiempos de modernidad democrática, opciones partidistas sobran para lograr las ambiciones personales.

El estilo de algunos “líderes”, sean de sindicato de choferes, sociales, o de otro tipo de organizaciones, siempre ha sido la amenaza, la presión y el chantaje a cualquiera de los órdenes de gobierno. Pero hay estatus, no es lo mismo pedir láminas de cartón o despensas que exigir concesiones para taxis o rutas de camiones. Ya sabe usted, según el sapo es la pedrada. Si los “líderes” obtienen todo bloqueando calles, nosotros como ciudadanos hagamos lo mismo para conseguir lo que queremos del gobierno.

Desde la llegada de la alternancia al Bicentenario, Medina Samaniego ha estado muy activo para “defender” a los trabajadores de su sindicato, conocido como la Alianza. Él siempre se ha preocupado por el bienestar de los miembros de su sindicato, compuesto por taxistas y choferes de camiones.

Por esa razón compró terrenos en El Pueblito, donde le ofrece a su gremio el servicio de gasolina, refacciones, talleres y todo lo relacionado con este negocio. Ha de ser muy cómodo que los taxistas y choferes de la Alianza tengan todo en un solo lugar, y además, seguramente sin estar obligados. Esto no se ve todos los días.

El flamante regidor por Movimiento Ciudadano anda retando al subsecretario de Movilidad y Transporte del Estado, Jorge Campos Murillo. Medina Samaniego ya conoce el camino: reta a la autoridad, la chantajea, la presiona, y de esta manera obtiene lo que quiere, con ese tipo de líderes la sociedad está salvada, ya que nos brindan un transporte público de primer mundo, ¿o no?

Cómo olvidar cuando en 2017 el líder choferil paralizó a la ciudad de Durango. Al estilo Jalisco bloqueó con sus camiones las principales arterias de la ciudad, se dio el lujo de tomar las oficinas de Movilidad y Transporte, retener de manera ilegal al personal, hizo pintas para dar una muestra de que “solo sus chicharrones truenan”. ¿Y sabe qué pasó? ¡Nada! O mejor dicho sí, le dieron todo lo que pidió, y aunque violó la ley ninguna carpeta de investigación se judicializó para llegar a un juez de control.

Las que sí llegan en unas horas son las carpetas que se integran cuando una persona roba un pan en alguna tienda departamental, y además las personas son condenadas a varios años de prisión. Pero a ese tipo de líderes, cuando cometen supuestos ilícitos no se les toca ni con el pétalo de la justicia. En manos de dirigentes como Medina Samaniego está el negocio del transporte público. Han tomado las concesiones como su patrimonio, cuando éstas le pertenecen al Gobierno del Estado.

Hoy más que nunca es imperativo transparentar los negocios que se hacen en Durango con el transporte público, sean del sindicato que sea. Hace ya algunos años, el líder de la Alianza compró algunas concesiones de los llamados Transportes Mixtos, que han prestado durante más de 60 años el servicio suburbano.

Medina Samaniego ya logró que una de sus rutas llegue hasta la Fenadu, pero ahora está en sus planes llegar hasta el municipio de Mezquital. Las concesiones que otorga el Ejecutivo son públicas, y como tales la sociedad tiene el derecho a que se le informe.

Es necesario saber si todas las concesiones que tiene este sindicato están dentro de la legalidad y cumplen con la normatividad. No es posible que los arreglos políticos puedan más que respetar el Estado de derecho. ¿O hay líderes de primera y de segunda?, ¿dónde está el famoso piso parejo? Los negocios del transporte público pretenden impedir el metrobús de La Laguna.

Sin José Ramón Enríquez Herrera, Raúl Medina Samaniego jamás hubiera llegado a ser regidor. Atrás quedaron los tiempos de apoyar al PRI, hoy vivimos tiempos de modernidad democrática, opciones partidistas sobran para lograr las ambiciones personales.

El estilo de algunos “líderes”, sean de sindicato de choferes, sociales, o de otro tipo de organizaciones, siempre ha sido la amenaza, la presión y el chantaje a cualquiera de los órdenes de gobierno. Pero hay estatus, no es lo mismo pedir láminas de cartón o despensas que exigir concesiones para taxis o rutas de camiones. Ya sabe usted, según el sapo es la pedrada. Si los “líderes” obtienen todo bloqueando calles, nosotros como ciudadanos hagamos lo mismo para conseguir lo que queremos del gobierno.

Desde la llegada de la alternancia al Bicentenario, Medina Samaniego ha estado muy activo para “defender” a los trabajadores de su sindicato, conocido como la Alianza. Él siempre se ha preocupado por el bienestar de los miembros de su sindicato, compuesto por taxistas y choferes de camiones.

Por esa razón compró terrenos en El Pueblito, donde le ofrece a su gremio el servicio de gasolina, refacciones, talleres y todo lo relacionado con este negocio. Ha de ser muy cómodo que los taxistas y choferes de la Alianza tengan todo en un solo lugar, y además, seguramente sin estar obligados. Esto no se ve todos los días.

El flamante regidor por Movimiento Ciudadano anda retando al subsecretario de Movilidad y Transporte del Estado, Jorge Campos Murillo. Medina Samaniego ya conoce el camino: reta a la autoridad, la chantajea, la presiona, y de esta manera obtiene lo que quiere, con ese tipo de líderes la sociedad está salvada, ya que nos brindan un transporte público de primer mundo, ¿o no?

Cómo olvidar cuando en 2017 el líder choferil paralizó a la ciudad de Durango. Al estilo Jalisco bloqueó con sus camiones las principales arterias de la ciudad, se dio el lujo de tomar las oficinas de Movilidad y Transporte, retener de manera ilegal al personal, hizo pintas para dar una muestra de que “solo sus chicharrones truenan”. ¿Y sabe qué pasó? ¡Nada! O mejor dicho sí, le dieron todo lo que pidió, y aunque violó la ley ninguna carpeta de investigación se judicializó para llegar a un juez de control.

Las que sí llegan en unas horas son las carpetas que se integran cuando una persona roba un pan en alguna tienda departamental, y además las personas son condenadas a varios años de prisión. Pero a ese tipo de líderes, cuando cometen supuestos ilícitos no se les toca ni con el pétalo de la justicia. En manos de dirigentes como Medina Samaniego está el negocio del transporte público. Han tomado las concesiones como su patrimonio, cuando éstas le pertenecen al Gobierno del Estado.

Hoy más que nunca es imperativo transparentar los negocios que se hacen en Durango con el transporte público, sean del sindicato que sea. Hace ya algunos años, el líder de la Alianza compró algunas concesiones de los llamados Transportes Mixtos, que han prestado durante más de 60 años el servicio suburbano.

Medina Samaniego ya logró que una de sus rutas llegue hasta la Fenadu, pero ahora está en sus planes llegar hasta el municipio de Mezquital. Las concesiones que otorga el Ejecutivo son públicas, y como tales la sociedad tiene el derecho a que se le informe.

Es necesario saber si todas las concesiones que tiene este sindicato están dentro de la legalidad y cumplen con la normatividad. No es posible que los arreglos políticos puedan más que respetar el Estado de derecho. ¿O hay líderes de primera y de segunda?, ¿dónde está el famoso piso parejo? Los negocios del transporte público pretenden impedir el metrobús de La Laguna.