/ sábado 8 de diciembre de 2018

¿Qué sería de Durango sin sus migrantes?


“Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser Prisión”.- Canción Popular


Para ser sinceros: no tratamos bien a nuestros paisanos que viven y trabajan en Estados Unidos o Canadá; como si no fueran ciudadanos duranguenses. Hace unos días, el diputado Paco Ibarra Jáquez a nombre de la fracción del PRI presentó una iniciativa para que los migrantes duranguenses puedan solicitar a los partidos políticos su registro como candidatos a diputados.

El tercer punto de esta iniciativa, obligaría a los migrantes a presentar un Certificado de Nacionalidad expedido por la Secretaría de Relaciones Exteriores y así acreditar que no tienen otra nacionalidad. Punto controvertido: Un duranguense que tenga nacionalidad en Estados Unidos de acuerdo a la Ley, por ese solo hecho, no pierde la nacionalidad mexicana, es decir, puede tener ambas nacionalidades al mismo tiempo.

Se calcula que en Estados Unidos hay una población de migrantes mexicanos de 36 millones, pero da la impresión que al cruzar la frontera pierden sus derechos como ciudadanos, por eso tal vez no veamos a migrantes mexicanos en órganos de decisión y de Gobierno. En 2005 se logró el voto de los mexicanos en el extranjero, después de lograr dicho voto, demandaron el derecho de votar y ser votados, ¿pero qué cree?, este derecho humano no es reconocido a nivel federal. En este tema, al parecer solo los estados de Guerrero y Zacatecas tienen 1 ó 2 escaños para los migrantes en sus Congresos locales. La reforma que presentó la fracción del PRI debió haber ido más lejos: darles a los migrantes duranguenses, por lo menos, una curul en el Congreso local, y esta, por la vía plurinominal. Mandarlos por la vía de mayoría relativa sería darles atole con el dedo.

El Gobierno quiere que los migrantes voten, pero no que puedan votar y ser votados. Los migrantes solo son buenos para aportar el famoso programa 3 X 1 y no se diga a nivel nacional los más de 30 mil millones de dólares que aportarán este año a la economía mexicana, dinero que llega a casi 2 millones de familias. Aun así, la economía norteamericana es la más beneficiada por los más de 250 mil millones de dólares que se gastan los mexicanos cada año en ese país. Y ya que hablamos de mujeres y traiciones, de acuerdo al director del Instituto de Atención al Migrante, Luis Ernesto García Barrón, nuestros paisanos enviaron este año a Durango 700 millones de dólares, algo así como el 40% del presupuesto del Gobierno del Estado. Hablamos de una cifra de 12 mil millones de pesos. Como usted ve, para eso nos sirven nuestros migrantes en los distintos estados de la Unión Americana, pero no nos merecen darles una Diputación Plurinominal para que estén representados en el Congreso.

Sin duda alguna la iniciativa del diputado Paco Ibarra Jáquez para reformar el cuarto párrafo del Artículo 10 y la Fracción segunda del Párrafo cuarto del Artículo 187, de la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales para el Estado de Durango, se quedó corta. Sería bueno que los migrantes tuvieran su propio diputado y así evitar que cuando los visitan alguna diputada o diputado solo lo hacen en calidad de turistas, aprovechan el viaje para irse de compras y ya encarrerado el gato, pedirles a los paisanos de Nombre de Dios una cooperación para nuestro Pueblo Mágico.


“Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser Prisión”.- Canción Popular


Para ser sinceros: no tratamos bien a nuestros paisanos que viven y trabajan en Estados Unidos o Canadá; como si no fueran ciudadanos duranguenses. Hace unos días, el diputado Paco Ibarra Jáquez a nombre de la fracción del PRI presentó una iniciativa para que los migrantes duranguenses puedan solicitar a los partidos políticos su registro como candidatos a diputados.

El tercer punto de esta iniciativa, obligaría a los migrantes a presentar un Certificado de Nacionalidad expedido por la Secretaría de Relaciones Exteriores y así acreditar que no tienen otra nacionalidad. Punto controvertido: Un duranguense que tenga nacionalidad en Estados Unidos de acuerdo a la Ley, por ese solo hecho, no pierde la nacionalidad mexicana, es decir, puede tener ambas nacionalidades al mismo tiempo.

Se calcula que en Estados Unidos hay una población de migrantes mexicanos de 36 millones, pero da la impresión que al cruzar la frontera pierden sus derechos como ciudadanos, por eso tal vez no veamos a migrantes mexicanos en órganos de decisión y de Gobierno. En 2005 se logró el voto de los mexicanos en el extranjero, después de lograr dicho voto, demandaron el derecho de votar y ser votados, ¿pero qué cree?, este derecho humano no es reconocido a nivel federal. En este tema, al parecer solo los estados de Guerrero y Zacatecas tienen 1 ó 2 escaños para los migrantes en sus Congresos locales. La reforma que presentó la fracción del PRI debió haber ido más lejos: darles a los migrantes duranguenses, por lo menos, una curul en el Congreso local, y esta, por la vía plurinominal. Mandarlos por la vía de mayoría relativa sería darles atole con el dedo.

El Gobierno quiere que los migrantes voten, pero no que puedan votar y ser votados. Los migrantes solo son buenos para aportar el famoso programa 3 X 1 y no se diga a nivel nacional los más de 30 mil millones de dólares que aportarán este año a la economía mexicana, dinero que llega a casi 2 millones de familias. Aun así, la economía norteamericana es la más beneficiada por los más de 250 mil millones de dólares que se gastan los mexicanos cada año en ese país. Y ya que hablamos de mujeres y traiciones, de acuerdo al director del Instituto de Atención al Migrante, Luis Ernesto García Barrón, nuestros paisanos enviaron este año a Durango 700 millones de dólares, algo así como el 40% del presupuesto del Gobierno del Estado. Hablamos de una cifra de 12 mil millones de pesos. Como usted ve, para eso nos sirven nuestros migrantes en los distintos estados de la Unión Americana, pero no nos merecen darles una Diputación Plurinominal para que estén representados en el Congreso.

Sin duda alguna la iniciativa del diputado Paco Ibarra Jáquez para reformar el cuarto párrafo del Artículo 10 y la Fracción segunda del Párrafo cuarto del Artículo 187, de la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales para el Estado de Durango, se quedó corta. Sería bueno que los migrantes tuvieran su propio diputado y así evitar que cuando los visitan alguna diputada o diputado solo lo hacen en calidad de turistas, aprovechan el viaje para irse de compras y ya encarrerado el gato, pedirles a los paisanos de Nombre de Dios una cooperación para nuestro Pueblo Mágico.