/ viernes 22 de marzo de 2019

Quien siembra vientos recoge tempestades

Si se siembre la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.- Thomas Carlyle.

Así como hay personas que se pasan la vida quejándose de su mala suerte, por no tener el cariño que consideran valer, de no ser comprendidos por nadie, de no estar en el lugar que merecen; lo seguirán haciendo hasta no darse cuenta de que la vida es como un espejo que nos devuelve todo lo que le ofrecemos, y según el rostro que le trasmitamos al espejo de la vida, ése mismo rostro nos devolverá.

Si nos proponemos sembrar espinas, no esperemos cosechar flores. La vida siempre devuelve lo que le ofrezcamos, y siempre lo que sembremos habremos de cosechar.

En lo individual sembramos para cosechar particularmente, pero en lo social sembramos para que nuestro núcleo, nuestra colectividad se beneficie, pero también, se puede ver perjudicada con lo que sembramos.

El individuo puede sembrar todos aquellos pensamientos y acciones en las que quiera participar. Hace algún tiempo escuché un pensamiento de Charles A Hall, digno de habérmelo grabado: “Siembra un pensamiento, cosecha una acción. Siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter. Siembra un carácter y cosecha una vida”.

De tal manera que somos la persona que merecemos ser por las semillas que hemos plantado. Tal vez no haya tenido el privilegio de haber nacido en una familia opulenta, a la que todo se le dio, o en el lugar más adecuado para que nada me perturbara y disfrutar de todo lo que me rodeara, pero eso no forma de ninguna manera mi persona, y hasta tal vez se me impidiera, por vivir en esa exuberancia la posibilidad de sembrar.

Pero se debe tener conciencia de que todo lo que tenemos es gracias a nuestro esfuerzo, por nuestros hábitos, por nuestras costumbres, y gracias a haber sembrado la semilla aquella de lo que ahora recolectamos. Que quizás podría haber tierras más fértiles en donde poder enterrar las semillas, pero esta es la tierra de donde nos tocó vivir y si no estamos conformes, busquemos la forma de fertilizar nuestra heredad, para encajar en ella la mejor semilla.

Al igual que en lo personal, sucede señalar lo mismo en lo colectivo, somos el núcleo, la sociedad, o el pueblo que merecemos ser, por las semillas que en conjunto hemos depositado en nuestra tierra, que quizás en muchas ocasiones ni la fertilizamos, y al parecer solamente sembramos para ufanarnos de hacerlo y que nos vean los demás plantar la semilla, pero luego, nos olvidamos de hacer siquiera el primer riego.

Pero en cuestión política, sucede que la siembra se hace por lo regular con semilla de mala calidad, aunque se hace alarde de ella y auguran extraordinarios resultados de beneficios colectivos, pero desgraciadamente, sabemos que el costo de la semilla sembrada fue del 50% de lo que se señala y nunca la cosecha es de beneficio colectivo sino individual, o para escasas personas que se encargan de hinchar la cosecha en teoría.

Pero tampoco admitimos nuestra culpa al saber que nosotros sembramos a esos políticos ignorantes que sólo van al cargo para buscar su propia utilidad. Recordemos lo señalado por Louis Dumur: “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.

También estoy completamente de acuerdo en lo que Jean Le Rond D Alembert, señalaba: “La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos”. Y de igual forma lo que comentó el gran cómico Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

La noticia actual es, que los pasados meses de enero y febrero, han sido los de mayor violencia en la historia de nuestro país, pues datos de la Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, ha señalado que en dichos meses se contabilizan 5 mil 803 personas asesinadas, 5 mil 649 son víctimas de homicidio doloso y 154 víctimas de feminicidio. Por estos casos se iniciaron 4 mil 826 carpetas de investigación por el delito de homicidio doloso, y 147 carpetas por feminicidio.

Si aún estuviéramos en el sexenio de Felipe Calderón, todos estarían renegando y señalando que la causa era, por haberle declarado la guerra al narco. Si fuese en el sexenio de EPN, pues no se diría gran cosa, porque los que más gritaban cuando el sexenio de Calderón eran los priistas que encontraban la manera de menguar las actuaciones positivas de Calderón en comparación a los sexenios priistas.

Pero actualmente, los chairos no dicen nada de las promesas realizadas en campaña, de que, todo lo negativo terminaría cuando llegara AMLO al poder, y que al parecer vamos de mucho mal en peor, y nunca aceptarán que fueron engañados como cualquier político lo hace en campaña, mientras llevaba sus promesas don Andrés de que solamente con el ejemplo se acabaría totalmente todo mal que estuviere afectando al país.

De lo que estaremos completamente seguros, es que esa descomposición social en la que vive en nuestro país, no es otra cosa que, los ciclones que estamos cosechando debido a los vientos huracanados que fueron categóricamente sembrados por nuestras administraciones públicas en casi toda la vida de nuestro país.

Si se siembre la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.- Thomas Carlyle.

Así como hay personas que se pasan la vida quejándose de su mala suerte, por no tener el cariño que consideran valer, de no ser comprendidos por nadie, de no estar en el lugar que merecen; lo seguirán haciendo hasta no darse cuenta de que la vida es como un espejo que nos devuelve todo lo que le ofrecemos, y según el rostro que le trasmitamos al espejo de la vida, ése mismo rostro nos devolverá.

Si nos proponemos sembrar espinas, no esperemos cosechar flores. La vida siempre devuelve lo que le ofrezcamos, y siempre lo que sembremos habremos de cosechar.

En lo individual sembramos para cosechar particularmente, pero en lo social sembramos para que nuestro núcleo, nuestra colectividad se beneficie, pero también, se puede ver perjudicada con lo que sembramos.

El individuo puede sembrar todos aquellos pensamientos y acciones en las que quiera participar. Hace algún tiempo escuché un pensamiento de Charles A Hall, digno de habérmelo grabado: “Siembra un pensamiento, cosecha una acción. Siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter. Siembra un carácter y cosecha una vida”.

De tal manera que somos la persona que merecemos ser por las semillas que hemos plantado. Tal vez no haya tenido el privilegio de haber nacido en una familia opulenta, a la que todo se le dio, o en el lugar más adecuado para que nada me perturbara y disfrutar de todo lo que me rodeara, pero eso no forma de ninguna manera mi persona, y hasta tal vez se me impidiera, por vivir en esa exuberancia la posibilidad de sembrar.

Pero se debe tener conciencia de que todo lo que tenemos es gracias a nuestro esfuerzo, por nuestros hábitos, por nuestras costumbres, y gracias a haber sembrado la semilla aquella de lo que ahora recolectamos. Que quizás podría haber tierras más fértiles en donde poder enterrar las semillas, pero esta es la tierra de donde nos tocó vivir y si no estamos conformes, busquemos la forma de fertilizar nuestra heredad, para encajar en ella la mejor semilla.

Al igual que en lo personal, sucede señalar lo mismo en lo colectivo, somos el núcleo, la sociedad, o el pueblo que merecemos ser, por las semillas que en conjunto hemos depositado en nuestra tierra, que quizás en muchas ocasiones ni la fertilizamos, y al parecer solamente sembramos para ufanarnos de hacerlo y que nos vean los demás plantar la semilla, pero luego, nos olvidamos de hacer siquiera el primer riego.

Pero en cuestión política, sucede que la siembra se hace por lo regular con semilla de mala calidad, aunque se hace alarde de ella y auguran extraordinarios resultados de beneficios colectivos, pero desgraciadamente, sabemos que el costo de la semilla sembrada fue del 50% de lo que se señala y nunca la cosecha es de beneficio colectivo sino individual, o para escasas personas que se encargan de hinchar la cosecha en teoría.

Pero tampoco admitimos nuestra culpa al saber que nosotros sembramos a esos políticos ignorantes que sólo van al cargo para buscar su propia utilidad. Recordemos lo señalado por Louis Dumur: “La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.

También estoy completamente de acuerdo en lo que Jean Le Rond D Alembert, señalaba: “La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos”. Y de igual forma lo que comentó el gran cómico Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

La noticia actual es, que los pasados meses de enero y febrero, han sido los de mayor violencia en la historia de nuestro país, pues datos de la Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, ha señalado que en dichos meses se contabilizan 5 mil 803 personas asesinadas, 5 mil 649 son víctimas de homicidio doloso y 154 víctimas de feminicidio. Por estos casos se iniciaron 4 mil 826 carpetas de investigación por el delito de homicidio doloso, y 147 carpetas por feminicidio.

Si aún estuviéramos en el sexenio de Felipe Calderón, todos estarían renegando y señalando que la causa era, por haberle declarado la guerra al narco. Si fuese en el sexenio de EPN, pues no se diría gran cosa, porque los que más gritaban cuando el sexenio de Calderón eran los priistas que encontraban la manera de menguar las actuaciones positivas de Calderón en comparación a los sexenios priistas.

Pero actualmente, los chairos no dicen nada de las promesas realizadas en campaña, de que, todo lo negativo terminaría cuando llegara AMLO al poder, y que al parecer vamos de mucho mal en peor, y nunca aceptarán que fueron engañados como cualquier político lo hace en campaña, mientras llevaba sus promesas don Andrés de que solamente con el ejemplo se acabaría totalmente todo mal que estuviere afectando al país.

De lo que estaremos completamente seguros, es que esa descomposición social en la que vive en nuestro país, no es otra cosa que, los ciclones que estamos cosechando debido a los vientos huracanados que fueron categóricamente sembrados por nuestras administraciones públicas en casi toda la vida de nuestro país.