/ martes 5 de marzo de 2019

Reconocimiento a nuestros maestros que nos forjaron

A nivel social, la labor de la escuela en el periodo de formación y educación es esencial para el desarrollo de los pueblos y los países, sin embargo, la influencia de algunos mentores se convierte en el elemento transformador de las personas y esto es la huella que dejan los buenos maestros más allá de las aulas.

Y es que más que simplemente enseñar, estos guías escolares se convierten en las figuras inspiradoras que pueden ser la semilla que marcan el camino de los futuros líderes, por lo que su labor es de un valor incalculable.

Así, la huella de los buenos maestros más allá de las aulas tiene un impacto en el desarrollo integral de sus alumnos, ya que son excelentes proveedores de confianza, análisis, entusiasmo, valores y muchas otras habilidades indispensables para la vida diaria. Seguramente existen uno o varios maestros que han marcado tu vida o se han convertido en una inspiración para tu vida profesional.

En esto radica la gran diferencia entre los profesores, que si bien son muy buenos en su labor de enseñanza pero que su influencia solo se limita al aula y los conocimientos específicos de su área, en contra parte con los verdaderos maestros, que además de proporcionar elementos teóricos, preparan a sus estudiantes para enfrentar el mundo y todas sus dificultades.

Nobleza de profesión, llevando el conocimiento de generación en generación. Si el aprendizaje se integra en el contexto real y cotidiano, si se difuminan las barreras entre la escuela y la vida, los niños recorren un camino que les hace, primero, ser conscientes, y luego ser transformados, potenciados y dirigir el cambio.

De esta manera, la huella de los buenos maestros más allá de las aulas se puede considerar fundamental para que las personas puedan tener un desarrollo integral que implique la fortaleza de sus habilidades y capacidades emocionales, así como la posibilidad de visualizar y sentirse capaces de perseguir y alcanzar sus sueños.

Bien reconocer la huella de esos buenos maestros, extendiéndoles el más amplio reconocimiento y gratitud por la formación de muchas generaciones, reciban en su grata memoria un reconocimiento y si están en vida reciban un saludo respetuoso con la siempre alta estima y gratitud por los conocimientos que generosamente nos impartieron.

Viene al cuadrante de mi memoria la profesora Juana Castro García, que hace 100 años, precisamente el 14 de agosto de 1918, el general Domingo Arrieta, gobernador constitucional del Estado de Durango le extendiera el título de Profesora Normalista de Enseñanza Primaria Superior, quien fungiera como directora de la Escuela Primaria No. 7 “Miguel Alemán Valdez”, donde cursé mi primaria, al igual que mis hermanos Horacio, César y Gerardo.

La profesora Juana Castro nace en Huichapan comunidad del Municipio de Rodeo, Dgo., en 1899. Fallece el 25 de junio de 1983 en la ciudad de Durango, Dgo. Desde niña se traslada a la ciudad de Durango con la finalidad de estudiar ya que en su comunidad no había escuelas, y aquí reside en casa de sus tíos, en el número 100 de la calle Analco.

En 1925 falleció su padre, Juan Castro Monreal –de oficio herrero- lo cual obliga a que su madre Victoria García –ama de casa- y sus hijos menores Alfonso y Luis radicaran en la Ciudad de Durango, para ese entonces la Profra. Juana Castro García ya ejercía su profesión y se hizo cargo de su familia, viviendo en Analco, de ahí a la calle Hidalgo y después a la calle Florida 1106 Pte.

La profesora Castro García ejerció el magisterio en la escuela primaria Lorenzo Rojas, fue directora de la escuela primaria Felipe Pescador. En 1947 en la visita del entonces presidente de la República, Miguel Alemán Valdéz, le formuló la petición de la construcción de una escuela, dado que operaban en una casona antigua en pésimas condiciones y adicionalmente le solicitó que ese nuevo centro educativo llevara el nombre del presidente, y así nace la escuela primaria No. 7 “Lic. Miguel Alemán Valdez”, inaugurada por el propio presidente el 21 de mayo de 1947.

La escuela No, 7 con suficiente espacio se divide en dos: la 14 para niñas y la 7 se queda para la educación de los niños. Y la profesora Juanita Castro García, como era conocida, fue su directora durante el tiempo que se mantuvo en el servicio profesional docente. Excelente directora, siempre pendiente del aprovechamiento de los alumnos, época en donde el alumno verdaderamente aprendía español, geografía, las historias de México y universal, la lectura, la escritura, la aritmética, solfeo, el Himno Nacional, civismo y el gran respeto a los maestros, a los padres, y a todas las personas mayores. Con esas bases no se dificultaba cursar la secundaria.

El pasado lunes 4 de marzo la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado le rindió homenaje a la Profra Juanita Castro García, por haberse titulado hace cien años, reconociendo sus méritos y trayectoria profesional, valorando la trascendencia de su legado como educadora, como ser humano ejemplar y como Mujer Ilustre de Durango.

Gracias Profra. Juanita Castro García por haber contribuido a mi formación, haber forjado los cimientos de mi educación. Gracias, muchas gracias por siempre y para siempre.

A nivel social, la labor de la escuela en el periodo de formación y educación es esencial para el desarrollo de los pueblos y los países, sin embargo, la influencia de algunos mentores se convierte en el elemento transformador de las personas y esto es la huella que dejan los buenos maestros más allá de las aulas.

Y es que más que simplemente enseñar, estos guías escolares se convierten en las figuras inspiradoras que pueden ser la semilla que marcan el camino de los futuros líderes, por lo que su labor es de un valor incalculable.

Así, la huella de los buenos maestros más allá de las aulas tiene un impacto en el desarrollo integral de sus alumnos, ya que son excelentes proveedores de confianza, análisis, entusiasmo, valores y muchas otras habilidades indispensables para la vida diaria. Seguramente existen uno o varios maestros que han marcado tu vida o se han convertido en una inspiración para tu vida profesional.

En esto radica la gran diferencia entre los profesores, que si bien son muy buenos en su labor de enseñanza pero que su influencia solo se limita al aula y los conocimientos específicos de su área, en contra parte con los verdaderos maestros, que además de proporcionar elementos teóricos, preparan a sus estudiantes para enfrentar el mundo y todas sus dificultades.

Nobleza de profesión, llevando el conocimiento de generación en generación. Si el aprendizaje se integra en el contexto real y cotidiano, si se difuminan las barreras entre la escuela y la vida, los niños recorren un camino que les hace, primero, ser conscientes, y luego ser transformados, potenciados y dirigir el cambio.

De esta manera, la huella de los buenos maestros más allá de las aulas se puede considerar fundamental para que las personas puedan tener un desarrollo integral que implique la fortaleza de sus habilidades y capacidades emocionales, así como la posibilidad de visualizar y sentirse capaces de perseguir y alcanzar sus sueños.

Bien reconocer la huella de esos buenos maestros, extendiéndoles el más amplio reconocimiento y gratitud por la formación de muchas generaciones, reciban en su grata memoria un reconocimiento y si están en vida reciban un saludo respetuoso con la siempre alta estima y gratitud por los conocimientos que generosamente nos impartieron.

Viene al cuadrante de mi memoria la profesora Juana Castro García, que hace 100 años, precisamente el 14 de agosto de 1918, el general Domingo Arrieta, gobernador constitucional del Estado de Durango le extendiera el título de Profesora Normalista de Enseñanza Primaria Superior, quien fungiera como directora de la Escuela Primaria No. 7 “Miguel Alemán Valdez”, donde cursé mi primaria, al igual que mis hermanos Horacio, César y Gerardo.

La profesora Juana Castro nace en Huichapan comunidad del Municipio de Rodeo, Dgo., en 1899. Fallece el 25 de junio de 1983 en la ciudad de Durango, Dgo. Desde niña se traslada a la ciudad de Durango con la finalidad de estudiar ya que en su comunidad no había escuelas, y aquí reside en casa de sus tíos, en el número 100 de la calle Analco.

En 1925 falleció su padre, Juan Castro Monreal –de oficio herrero- lo cual obliga a que su madre Victoria García –ama de casa- y sus hijos menores Alfonso y Luis radicaran en la Ciudad de Durango, para ese entonces la Profra. Juana Castro García ya ejercía su profesión y se hizo cargo de su familia, viviendo en Analco, de ahí a la calle Hidalgo y después a la calle Florida 1106 Pte.

La profesora Castro García ejerció el magisterio en la escuela primaria Lorenzo Rojas, fue directora de la escuela primaria Felipe Pescador. En 1947 en la visita del entonces presidente de la República, Miguel Alemán Valdéz, le formuló la petición de la construcción de una escuela, dado que operaban en una casona antigua en pésimas condiciones y adicionalmente le solicitó que ese nuevo centro educativo llevara el nombre del presidente, y así nace la escuela primaria No. 7 “Lic. Miguel Alemán Valdez”, inaugurada por el propio presidente el 21 de mayo de 1947.

La escuela No, 7 con suficiente espacio se divide en dos: la 14 para niñas y la 7 se queda para la educación de los niños. Y la profesora Juanita Castro García, como era conocida, fue su directora durante el tiempo que se mantuvo en el servicio profesional docente. Excelente directora, siempre pendiente del aprovechamiento de los alumnos, época en donde el alumno verdaderamente aprendía español, geografía, las historias de México y universal, la lectura, la escritura, la aritmética, solfeo, el Himno Nacional, civismo y el gran respeto a los maestros, a los padres, y a todas las personas mayores. Con esas bases no se dificultaba cursar la secundaria.

El pasado lunes 4 de marzo la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado le rindió homenaje a la Profra Juanita Castro García, por haberse titulado hace cien años, reconociendo sus méritos y trayectoria profesional, valorando la trascendencia de su legado como educadora, como ser humano ejemplar y como Mujer Ilustre de Durango.

Gracias Profra. Juanita Castro García por haber contribuido a mi formación, haber forjado los cimientos de mi educación. Gracias, muchas gracias por siempre y para siempre.

ÚLTIMASCOLUMNAS
viernes 22 de marzo de 2024

En Cartera

154 Aniversario de la Fundación de la ByCENED

Víctor Samuel Palencia Alonso

viernes 15 de marzo de 2024

En Cartera

CCXVIII (218) Aniversario del natalicio de Benito Pablo Juárez García (1/2)

Víctor Samuel Palencia Alonso

viernes 01 de marzo de 2024

En cartera

A las urnas… a votar libremente por su candidato y partido(s)

Víctor Samuel Palencia Alonso

viernes 16 de febrero de 2024

En cartera

13 de Febrero: Día Mundial de la Radio

Víctor Samuel Palencia Alonso

viernes 09 de febrero de 2024

En cartera

14 de Febrero: Día del Amor y la Amistad

Víctor Samuel Palencia Alonso

viernes 02 de febrero de 2024

En cartera

A 58 Años en las Páginas de El Sol de Durango y 54 en la Literatura (2/2)

Víctor Samuel Palencia Alonso

sábado 27 de enero de 2024

En cartera

58 Años en las Páginas de El Sol de Durango y 54 en la Literatura (1/2)

Víctor Samuel Palencia Alonso

Cargar Más