REGIÓN SIERRA, Dgo. (OEM).- ¿Sabe usted en qué se parecen el canatlense Jacob Martínez Reyes, el nuevoidealense Miguel Débora Galindo y el rodeense Jorge Villalba Rodríguez?
Es probable que para el domingo 1 de septiembre o a más tardar el día siguiente ya lo sepa, luego de que los respectivos cabildos lo aprueben.
Ellos pudieran estar al frente de la secretaría del ayuntamiento, de acuerdo a fuentes conocedoras. Uno por compromisos y los dos restantes por trabajo coordinado en la campaña.
En Rodeo, ¿Qué coincidencias habrá entre los gobiernos municipales de Gloria Orozco Silerio (1995-1998) y el próximo de Mary Amaya (2019-2022)?
Además de ser presidente municipal mujer en ambas habrá mujer al frente de la tesorería.
No descarte usted a Norma Angélica Arámbula Quiñones al frente de las finanzas; ella laboró en la actual administración municipal, colaborando con el alcalde Esequiel Jurado Medina.
Sin duda que el gobierno de Rodeo se distinguirá por la presencia feminista en los espacios de primer nivel, mencionándose el nombre de la maestra Reina Maldonado Camargo al frente de la contraloría.
Con ello, el que será el primer gobierno perredista de Rodeo empezará a dejar huella en la historia del municipio.
Para Obras Públicas se escucha el nombre del Ingeniero Marín. ¿Será quien estuvo en dicha responsabilidad en el ayuntamiento de San Juan del Río hace un par de administraciones o solo es tocayo?
El lunes próximo iniciará el proceso de la entrega-recepción y entonces se conocerá un poco más sobre las mujeres y hombres de la presidente Mary…
A propósito de presidentes municipales electos, el santiaguero César Rivas Nevárez encabezará la celebración del cuadragésimo tercer aniversario de la Unión de Ejidos y Comunidades Forestales Emiliano Zapata (UNECOFAEZ), donde sin duda estará presente la crema y nata de la política local y regional.
Prácticamente será la antesala de la ceremonia de transmisión de poderes municipales que se realizará el último día de agosto, con el reflector más fuerte sobre César y más alejado para el alcalde Albino Ponce Barrón, una tradición muy marcada en tiempos de transición política, cobijada en aquella alegoría de ¡muera el rey, viva el rey!
