/ sábado 12 de octubre de 2019

Recorriendo…

CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Entre la alegría y la tragedia, pudiera calificarse el cierre de festejos de la escuela normal rural J. Guadalupe Aguilera realizado la tarde noche del viernes, cuando durante o al término de la celebración de un rodeo, una fiesta vaquera, se registró el atropellamiento y muerte de dos personas.

De inicio, el accidente automovilístico algo totalmente ajeno a la institución educativa, que sin duda contó con los permisos para realizar el rodeo y por consiguiente dejó la responsabilidad de la vigilancia y prevención a las autoridades correspondientes.

Llamó la atención, desde antes de la tragedia, la cercanía del sitio donde se levantó la estructura para realizar el festejo con la carretera federal Panamericana, algo que debió derivar en una señalización preventiva en la vía de comunicación, lugar donde justo es mencionarlo, hay un sitio carente de alumbrado público, a diferencia del espacio comercial en el entronque con la carretera Francisco Zarco o metros al sur, en la estación gasolinera.

Perdieron la vida Héctor Huerta Guajardo y Gabriel Reséndiz; el primero, persona reconocida en el medio frutícola local, un productor de pomácea y también último presidente de la Unión Regional de Fruticultores del Estado de Durango (Unifrut), también de feliz memoria.

Una tragedia que no solo cobija a las familias de las personas fallecidas, sino a la familia de estudiantes que regresaban a casa después de asistir a clases en el Instituto Tecnológico de Durango y en la Universidad Juárez del Estado de Durango ( UJED), respectivamente y que ante circunstancias que tocará atender a la autoridad judicial, no pudieron evitar esquivar.

Dicen reconocido refrán que ahogado el niño se busca tapar el pozo, lo cual en esta situación no entra, porque vaya que hay mucho que aprender de la mencionada tragedia, para evitar se repita, en esta o en las demás localidades del municipio. La tragedia y el fatalismo no respetan fechas, horas ni lugares.

Descanse en paz Héctor Huerta Guajardo, a quien se le recuerda llegar al frente de la Unifrut, acompañado en la tesorería por Jesús Rojas Vázquez, también fallecido en una tragedia, inesperada, como la sucedida el viernes pasado.

Este sábado, ciudad Canatlán recibió la visita de cientos y cientos de motociclistas, que prácticamente “ tomaron” la plaza de armas y calles del centro, ante el gusto, alegría y sorpresa para vecinos de la cabecera municipal, un evento organizado por un club de motociclismo y el gobierno municipal.

Se busca promover a Canatlán como sitio de visita, buscando que represente una derrama económica para el comercio local. Será los resultados si hubo saldo positivo entre los comerciantes establecidos, pero de antemano, de acuerdo en que organizadamente Canatlán tiene atributos para ser sitio de visita, por su belleza natural, su gastronomía y su cercanía con la ciudad de Durango.

CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Entre la alegría y la tragedia, pudiera calificarse el cierre de festejos de la escuela normal rural J. Guadalupe Aguilera realizado la tarde noche del viernes, cuando durante o al término de la celebración de un rodeo, una fiesta vaquera, se registró el atropellamiento y muerte de dos personas.

De inicio, el accidente automovilístico algo totalmente ajeno a la institución educativa, que sin duda contó con los permisos para realizar el rodeo y por consiguiente dejó la responsabilidad de la vigilancia y prevención a las autoridades correspondientes.

Llamó la atención, desde antes de la tragedia, la cercanía del sitio donde se levantó la estructura para realizar el festejo con la carretera federal Panamericana, algo que debió derivar en una señalización preventiva en la vía de comunicación, lugar donde justo es mencionarlo, hay un sitio carente de alumbrado público, a diferencia del espacio comercial en el entronque con la carretera Francisco Zarco o metros al sur, en la estación gasolinera.

Perdieron la vida Héctor Huerta Guajardo y Gabriel Reséndiz; el primero, persona reconocida en el medio frutícola local, un productor de pomácea y también último presidente de la Unión Regional de Fruticultores del Estado de Durango (Unifrut), también de feliz memoria.

Una tragedia que no solo cobija a las familias de las personas fallecidas, sino a la familia de estudiantes que regresaban a casa después de asistir a clases en el Instituto Tecnológico de Durango y en la Universidad Juárez del Estado de Durango ( UJED), respectivamente y que ante circunstancias que tocará atender a la autoridad judicial, no pudieron evitar esquivar.

Dicen reconocido refrán que ahogado el niño se busca tapar el pozo, lo cual en esta situación no entra, porque vaya que hay mucho que aprender de la mencionada tragedia, para evitar se repita, en esta o en las demás localidades del municipio. La tragedia y el fatalismo no respetan fechas, horas ni lugares.

Descanse en paz Héctor Huerta Guajardo, a quien se le recuerda llegar al frente de la Unifrut, acompañado en la tesorería por Jesús Rojas Vázquez, también fallecido en una tragedia, inesperada, como la sucedida el viernes pasado.

Este sábado, ciudad Canatlán recibió la visita de cientos y cientos de motociclistas, que prácticamente “ tomaron” la plaza de armas y calles del centro, ante el gusto, alegría y sorpresa para vecinos de la cabecera municipal, un evento organizado por un club de motociclismo y el gobierno municipal.

Se busca promover a Canatlán como sitio de visita, buscando que represente una derrama económica para el comercio local. Será los resultados si hubo saldo positivo entre los comerciantes establecidos, pero de antemano, de acuerdo en que organizadamente Canatlán tiene atributos para ser sitio de visita, por su belleza natural, su gastronomía y su cercanía con la ciudad de Durango.

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