/ miércoles 13 de noviembre de 2019

Recorriendo…

Con el arranque de los trabajos de electrificación convencional a la región de la sierra alta de Canatlán iniciará también la cuenta regresiva para un proyecto, una acción esperada durante muchos años por vecinos de localidades como La Plazuela, Marquezotes de Guadalupe y Lirios de la Sierra.

Durante mucho tiempo, administraciones de gobierno municipal han buscado formas y maneras de hacer justicia social con la región serrana, literalmente marginada por la ubicación geográfica que guarda, caminos por lo general en mal estado y los avances tecnológicos que se resisten a terminar de llegar.

El municipio de Canatlán tiene en su parte poniente un brazo de la Sierra Madre Occidental, una cordillera en la cual se ubican las localidades mencionadas, colindantes con los municipios de San Dimas y Durango, cordillera que entre sus valles cobija a localidades como San Diego de Alcalá, que por cierto ayer miércoles está de fiesta, Maimorita, Gomelia, Santa Rosa y El Tule.

Las cuatro primeras en la ribera del río Palomas, afluente del río Santiago, mientras que El Tule colinda con municipio de Nuevo Ideal; entre el valle y la sierra alta se encuentra San Jerónimo de Jacales, cercano, casi colindante con el municipio de Durango, por el rumbo de Ignacio Zaragoza.

Hasta el mes de marzo del año 1983, los habitantes de la región baja o valle transitaban a Canatlán vía Otinapa-Ciudad de Durango, pero a partir de la fecha mencionada se abrió el camino Canatlán-San Diego de Alcalá, cincuenta y seis Kilómetros de terracería que inicia en el entronque con la carretera Francisco Zarco, cerca de la localidad Manuel Jiménez Gallegos, pasando por las comunidades Santa Teresa de los Pinos y Cieneguitas, a 10 y 24 kilómetros, respectivamente, de la carretera federal.

Fue en el gobierno estatal que presidió Armando del Castillo Franco y en el municipio Abelardo Delgado Canaán, ambos de feliz memoria, cuando se hizo realidad este anhelo, abrir un camino que le representara a los vecinos serranos la oportunidad de viajar menos para llegar a la cabecera municipal y en aquel entonces se pensó también en el beneficio comercial para las tiendas de ciudad Canatlán.

Fue en la primera década del presente milenio cuando la energía convencional llegó a localidades como San Diego el resto de las localidades de la zona baja, siendo la última de ellas El Tule, quedando desde entonces, pendiente de llevar este importante servicio a la región alta.

El proyecto para hacerlo ya comenzó a caminar desde hace casi un par de años, luego de algunos intentos anteriores y a partir del presente mes de noviembre inició la colocación de postería, que abarcará cinco kilómetros y será la primera etapa. A esperar que las buenas gestiones continúen y este anhelo se convierta en realidad para este apartado lugar de Canatlán.

Con el arranque de los trabajos de electrificación convencional a la región de la sierra alta de Canatlán iniciará también la cuenta regresiva para un proyecto, una acción esperada durante muchos años por vecinos de localidades como La Plazuela, Marquezotes de Guadalupe y Lirios de la Sierra.

Durante mucho tiempo, administraciones de gobierno municipal han buscado formas y maneras de hacer justicia social con la región serrana, literalmente marginada por la ubicación geográfica que guarda, caminos por lo general en mal estado y los avances tecnológicos que se resisten a terminar de llegar.

El municipio de Canatlán tiene en su parte poniente un brazo de la Sierra Madre Occidental, una cordillera en la cual se ubican las localidades mencionadas, colindantes con los municipios de San Dimas y Durango, cordillera que entre sus valles cobija a localidades como San Diego de Alcalá, que por cierto ayer miércoles está de fiesta, Maimorita, Gomelia, Santa Rosa y El Tule.

Las cuatro primeras en la ribera del río Palomas, afluente del río Santiago, mientras que El Tule colinda con municipio de Nuevo Ideal; entre el valle y la sierra alta se encuentra San Jerónimo de Jacales, cercano, casi colindante con el municipio de Durango, por el rumbo de Ignacio Zaragoza.

Hasta el mes de marzo del año 1983, los habitantes de la región baja o valle transitaban a Canatlán vía Otinapa-Ciudad de Durango, pero a partir de la fecha mencionada se abrió el camino Canatlán-San Diego de Alcalá, cincuenta y seis Kilómetros de terracería que inicia en el entronque con la carretera Francisco Zarco, cerca de la localidad Manuel Jiménez Gallegos, pasando por las comunidades Santa Teresa de los Pinos y Cieneguitas, a 10 y 24 kilómetros, respectivamente, de la carretera federal.

Fue en el gobierno estatal que presidió Armando del Castillo Franco y en el municipio Abelardo Delgado Canaán, ambos de feliz memoria, cuando se hizo realidad este anhelo, abrir un camino que le representara a los vecinos serranos la oportunidad de viajar menos para llegar a la cabecera municipal y en aquel entonces se pensó también en el beneficio comercial para las tiendas de ciudad Canatlán.

Fue en la primera década del presente milenio cuando la energía convencional llegó a localidades como San Diego el resto de las localidades de la zona baja, siendo la última de ellas El Tule, quedando desde entonces, pendiente de llevar este importante servicio a la región alta.

El proyecto para hacerlo ya comenzó a caminar desde hace casi un par de años, luego de algunos intentos anteriores y a partir del presente mes de noviembre inició la colocación de postería, que abarcará cinco kilómetros y será la primera etapa. A esperar que las buenas gestiones continúen y este anhelo se convierta en realidad para este apartado lugar de Canatlán.

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