/ martes 10 de septiembre de 2019

Recorriendo...

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, lo cual puede ser debatible y prestarse a infinidad de opiniones, lo cual es muy válido y hasta cierto punto sano.

En Canatlán, por muchos años se registró en el Bando de Policía y Buen Gobierno, entonces era de buen gobierno su nombre, tomar bebidas embriagantes en la vía pública se consideraba una infracción, algo que con el tiempo fue quedando en nada, hasta llegar a lo que ahora se vive, de tener una gran cantina al aire libre, en la principal avenida de la ciudad, que cada noche de fin de semana es un verdadero jolgorio, un espacio para el disfrute etílico grupal.

¿Qué ha pasado de entonces a la fecha, qué fue lo que se modificó para llegar a lo que ahora se vive?

Llama la atención que los sitios destinados a la venta de bebidas de contenido alcohólico tengan horario, cuando los sitios públicos donde se consumen no lo tienen. Pareciera un contrasentido o una falta de autoridad.

Fue en la Administración Municipal 2013-2016 cuando el Cabildo autorizó a lo que llamaron “abrir el malecón”, ese privilegiado lugar donde cada noche puede usted acudir a embriagarse, a escuchar música y a pasarla bonito, algo muy lejano a lo que recordamos, policías aplicando el Bando de Policía…Pero bueno.

A propósito de cantinas, hace años que en la tradicional Feria de la Manzana acostumbraban a sacar las “terrazas” afuera del núcleo urbano, en los entonces terrenos del ferrocarril o bien, se rentaba un sitio cerrado y ahí se instalaban, para evitar al máximo las imágenes fuera de lugar, a vistas de la sociedad.

Hace tiempo dejó de ser medida aplicable, ahora cualquier calle es buena para instalar una cantinota, inclusive sin importar si hay escuela muy cerca, al cabo que los horarios son incompatibles. La escuela trabaja por la mañana, la cantina por la tarde.

Decía el cronista Luis Carbajal que una Feria de la Manzana sin música, mujeres y vino no era Feria, expresión que sigue fresca y vigente, pero sin duda sería muy ano guardar las distancias.

¿Qué sucede con el hecho de tener terrazas dentro de las instalaciones?

Uno de los inconvenientes que sufren los vecinos es la presencia del muy desagradable olor a orines y a excremento que personas con mucho apuro dejan como huella en banquetas y arroyo de calle, algo que ha sucedido y sucede, sin que se mire a corta distancia alguna acción que permita que la fiesta popular cuente con instalaciones propias.

Hace un par de años, un grupo ciudadano se presentó ante el Cabildo para solicitar con mucho respeto, un estudio de factibilidad que permitiera al gobierno sacar del centro de la ciudad la dichosa fiesta, argumentando entre otras cosa, que en setenta años han cambiado las condiciones del pueblo, ahora ciudad, tanto en su número de habitantes como en la cantidad de vehículos y tránsito que se tiene en sus calles.

Nunca hubo respuesta positiva de nuestros representantes populares y el problema continúa, quizá ahora un poco menos, porque hay menos calles invadidas. Pero en fin, es la Feria de la Manzana y sus efectos colaterales.

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, lo cual puede ser debatible y prestarse a infinidad de opiniones, lo cual es muy válido y hasta cierto punto sano.

En Canatlán, por muchos años se registró en el Bando de Policía y Buen Gobierno, entonces era de buen gobierno su nombre, tomar bebidas embriagantes en la vía pública se consideraba una infracción, algo que con el tiempo fue quedando en nada, hasta llegar a lo que ahora se vive, de tener una gran cantina al aire libre, en la principal avenida de la ciudad, que cada noche de fin de semana es un verdadero jolgorio, un espacio para el disfrute etílico grupal.

¿Qué ha pasado de entonces a la fecha, qué fue lo que se modificó para llegar a lo que ahora se vive?

Llama la atención que los sitios destinados a la venta de bebidas de contenido alcohólico tengan horario, cuando los sitios públicos donde se consumen no lo tienen. Pareciera un contrasentido o una falta de autoridad.

Fue en la Administración Municipal 2013-2016 cuando el Cabildo autorizó a lo que llamaron “abrir el malecón”, ese privilegiado lugar donde cada noche puede usted acudir a embriagarse, a escuchar música y a pasarla bonito, algo muy lejano a lo que recordamos, policías aplicando el Bando de Policía…Pero bueno.

A propósito de cantinas, hace años que en la tradicional Feria de la Manzana acostumbraban a sacar las “terrazas” afuera del núcleo urbano, en los entonces terrenos del ferrocarril o bien, se rentaba un sitio cerrado y ahí se instalaban, para evitar al máximo las imágenes fuera de lugar, a vistas de la sociedad.

Hace tiempo dejó de ser medida aplicable, ahora cualquier calle es buena para instalar una cantinota, inclusive sin importar si hay escuela muy cerca, al cabo que los horarios son incompatibles. La escuela trabaja por la mañana, la cantina por la tarde.

Decía el cronista Luis Carbajal que una Feria de la Manzana sin música, mujeres y vino no era Feria, expresión que sigue fresca y vigente, pero sin duda sería muy ano guardar las distancias.

¿Qué sucede con el hecho de tener terrazas dentro de las instalaciones?

Uno de los inconvenientes que sufren los vecinos es la presencia del muy desagradable olor a orines y a excremento que personas con mucho apuro dejan como huella en banquetas y arroyo de calle, algo que ha sucedido y sucede, sin que se mire a corta distancia alguna acción que permita que la fiesta popular cuente con instalaciones propias.

Hace un par de años, un grupo ciudadano se presentó ante el Cabildo para solicitar con mucho respeto, un estudio de factibilidad que permitiera al gobierno sacar del centro de la ciudad la dichosa fiesta, argumentando entre otras cosa, que en setenta años han cambiado las condiciones del pueblo, ahora ciudad, tanto en su número de habitantes como en la cantidad de vehículos y tránsito que se tiene en sus calles.

Nunca hubo respuesta positiva de nuestros representantes populares y el problema continúa, quizá ahora un poco menos, porque hay menos calles invadidas. Pero en fin, es la Feria de la Manzana y sus efectos colaterales.

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