REGIÓN SIERRA, Dgo. (OEM). - Pues vaya que la acción de protesta del ejido Santa Lucía exigiendo al gobierno municipal de Canatlán se les reintegre en obra social el impuesto que paga la compañía Risen en la construcción del huerto solar, trajo más que los acuerdos de adoquinado de calles y apoyo para el programa de renivelación de tierras, provocó una controversia derivados de críticas y ataques en las redes sociales.
Causa extrañeza como la presencia de una piñata, en este caso con el personaje La Chilindrina, provocó que la alcaldesa Dora González Tremillo sienta que con ello se ofende a las mujeres, algo que habrá de hacérselo saber a los elaboradores de piñatas que no solo las hacen con personajes de la Chilindrina sino de muchas más, entre ellas mujeres superhéroes.
Al acusar públicamente a Jasiel García Rueda y ponerle en mayúscula su calidad de profesor, la primera edil pareciera que transforma un tema público en uno personal, con un señalamiento que utiliza la figura de la mujer como un género que ha sido mancillado, lo cual, pareciera estar fuera de contexto.
Quien conoce de fiestas infantiles sabe que no hay agresión de género cuando se quiebra una piñata, sea cual sea el personaje, un tema donde cada quien tendrá y hará su propia interpretación.
Curioso que una publicación más fuerte como la crítica que el presidente del comisariado ejidal hace contra la alcaldesa Dora no haya sido motivo de controversia, aun cuando pareció más fuerte su contenido.
Cuando se quema una piñata se Peña Nieto, Salinas, Fox o Trump no se ha escuchado que el hombre se sienta agredido en su género, como tampoco cuando se trata de personajes femeninos, que también hay casos.
Siempre será criticable cuando se denigre o insulte a cualquier persona, en cualquiera de sus múltiples formas, no se diga a personajes de la política, que es pan de cada día en temporada de campañas, recordando que en este momento se vive un proceso electoral.
A esperar que el incidente comentado quede en una aclaración entre partes y que las redes sociales no sirvan para satanizar, agredir, insultar y que al final, la profesión no sea motivo ni bandera para exhibir una supuesta falta.
Canatlán requiere de la unidad, el sentido común y la congruencia de los distintos liderazgos, llámese en el municipio o en el ejido y dejar en claro que en las diferencias públicas no existe pleito personal.
No es bueno crear caldo de cultivo que signifique un par de meses más adelante realizar campañas políticas de odio y de ofensas.
La diplomacia es la llave que abre puertas y sella conflictos, una herramienta que debe estar presente siempre en los liderazgos, sean cuales sean; de lo contrario, cada diferencia sería terminar como un “rosario de Amozoc”.
