/ domingo 17 de febrero de 2019

Recupera UJED autonomía pero no independencia ante políticos

Algo inusual pasa en la Universidad Juárez del Estado de Durango, que a dos meses y días de haber comenzado la nueva administración central, ha dejado a deber por las amplias expectativas que generó la fuerza y legitimidad con que llegó el rector Rubén Solís Ríos, y presenta una institución inmóvil, que según dicen algunos, es atribuible a la curva de aprendizaje de varios de los noveles funcionarios.

Y no es solamente la percepción de la sociedad, sino de universitarios preocupados por la falta de dinamismo en la Casa de Estudios, y que se refleja en la pobre o nula producción de proyectos académicos, de esos que generan recursos económicos ante las dependencias gubernamentales y organismos internacionales a los que se presentan.

Algunos de los cercanos a la rectoría, argumentan que es a causa de que prácticamente la administración central estuvo inmersa en el proceso de revisión contractual, lo que sin duda provocó falta de atención en flancos importantes que operan los objetivos que persigue la Casa de Estudios.

Pero también los hay quienes afirman que el rectorado de Rubén Solís quedó acotado a consecuencia del pago de facturas por los apoyos que recibió en campaña, y que prácticamente las decisiones de la Rectoría se toman desde oficinas de Domingo Arrieta, y/o la silla principal del complejo administrativo conocido como la antigua Carnation.

Se recuperó la autonomía de la UJED, pero no la independencia, son los comentarios coincidentes de los asiduos asistentes a los mentideros políticos, al señalar que desde el momento que Solís Ríos aceptó en su administración a enviados de los “tutores” de su campaña, renunció a dinamizar la institución educativa, y subió a la Universidad a un escenario de flotación en que aparentemente no pasa nada fuera de lo ordinario.

El académico por excelencia que siempre fue Rubén Solís, parece adormilado con reuniones de supuesto apoyo por parte de los diferentes grupos de académicos, estudiantes y trabajadores de las diferentes escuelas, facultades e institutos de investigación.

No se ha dado muestras por parte de los funcionarios universitarios, de innovación y creatividad en las funciones que le corresponde a cada uno, o la UJED carece del modelo de comunicación que socialice de manera eficaz y eficiente, las acciones que se realizan.

Algunos le apuestan que ahora que se intensifique la efervescencia por la elección de varios directores de escuelas y facultades, la Universidad saldrá del letargo en que cayó después de la renovación del Rector.

Por lo pronto se cuestiona un supuesto abultamiento en la nómina de la administración central, al señalar, por ejemplo, que el área jurídica está conformada por 18 abogados, que de ser real, es un número excesivo para un departamento que en pasadas Rectorías, no pasó de tres a cuatro profesionales del Derecho, sumado el Abogado General. Y lo peor es que en la oficina que operan es insuficiente el espacio.

Factores que le abonan a ese inmovilismo, aparente o real, son los sindicatos: anteriormente la agrupación universitaria que criticaba el actuar de las autoridades de la Universidad, era el Staujed, que ahora no lo hace puesto que el Rector es miembro y ex dirigente.

Mientras que el Spaujed, con el mayor número de docentes universitarios y con la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, está controlado por el ex Secretario General, y ahora flamante subsecretario administrativo, Jesús Soto, con amplia facultad para el manejo de los recursos. Y el STEUJED, no da color.

Los que saben cómo se mueve la UJED, de acuerdo a los antecedentes, apuntan que la efervescencia política que ya empieza a ocasionar la elección para director de la Facultad de Derecho y Ciencias Política, para bien o para mal, dinamizará a la institución.

Son cinco los aspirantes que ya empiezan a cabildear sus posibilidades entre la comunidad de esa facultad emblemática de la UJED: Guadalupe Saavedra Virrey, Rafael Mier Cisneros, Carlos García Carranza, Ana Bertha Adame García, Netzahualcóyotl Rivera Contreras. Y ahora no es la excepción, todos traen “sello” supuesto o real de algún político.

En el campus UJED de la Comarca Lagunera, les corresponde renovar director a Ingeniería, Ciencias y Arquitectura. Y en Durango también Odontología. Pero la FaderyCipol, es la que representa mayor identidad con el juarismo.

Algo inusual pasa en la Universidad Juárez del Estado de Durango, que a dos meses y días de haber comenzado la nueva administración central, ha dejado a deber por las amplias expectativas que generó la fuerza y legitimidad con que llegó el rector Rubén Solís Ríos, y presenta una institución inmóvil, que según dicen algunos, es atribuible a la curva de aprendizaje de varios de los noveles funcionarios.

Y no es solamente la percepción de la sociedad, sino de universitarios preocupados por la falta de dinamismo en la Casa de Estudios, y que se refleja en la pobre o nula producción de proyectos académicos, de esos que generan recursos económicos ante las dependencias gubernamentales y organismos internacionales a los que se presentan.

Algunos de los cercanos a la rectoría, argumentan que es a causa de que prácticamente la administración central estuvo inmersa en el proceso de revisión contractual, lo que sin duda provocó falta de atención en flancos importantes que operan los objetivos que persigue la Casa de Estudios.

Pero también los hay quienes afirman que el rectorado de Rubén Solís quedó acotado a consecuencia del pago de facturas por los apoyos que recibió en campaña, y que prácticamente las decisiones de la Rectoría se toman desde oficinas de Domingo Arrieta, y/o la silla principal del complejo administrativo conocido como la antigua Carnation.

Se recuperó la autonomía de la UJED, pero no la independencia, son los comentarios coincidentes de los asiduos asistentes a los mentideros políticos, al señalar que desde el momento que Solís Ríos aceptó en su administración a enviados de los “tutores” de su campaña, renunció a dinamizar la institución educativa, y subió a la Universidad a un escenario de flotación en que aparentemente no pasa nada fuera de lo ordinario.

El académico por excelencia que siempre fue Rubén Solís, parece adormilado con reuniones de supuesto apoyo por parte de los diferentes grupos de académicos, estudiantes y trabajadores de las diferentes escuelas, facultades e institutos de investigación.

No se ha dado muestras por parte de los funcionarios universitarios, de innovación y creatividad en las funciones que le corresponde a cada uno, o la UJED carece del modelo de comunicación que socialice de manera eficaz y eficiente, las acciones que se realizan.

Algunos le apuestan que ahora que se intensifique la efervescencia por la elección de varios directores de escuelas y facultades, la Universidad saldrá del letargo en que cayó después de la renovación del Rector.

Por lo pronto se cuestiona un supuesto abultamiento en la nómina de la administración central, al señalar, por ejemplo, que el área jurídica está conformada por 18 abogados, que de ser real, es un número excesivo para un departamento que en pasadas Rectorías, no pasó de tres a cuatro profesionales del Derecho, sumado el Abogado General. Y lo peor es que en la oficina que operan es insuficiente el espacio.

Factores que le abonan a ese inmovilismo, aparente o real, son los sindicatos: anteriormente la agrupación universitaria que criticaba el actuar de las autoridades de la Universidad, era el Staujed, que ahora no lo hace puesto que el Rector es miembro y ex dirigente.

Mientras que el Spaujed, con el mayor número de docentes universitarios y con la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, está controlado por el ex Secretario General, y ahora flamante subsecretario administrativo, Jesús Soto, con amplia facultad para el manejo de los recursos. Y el STEUJED, no da color.

Los que saben cómo se mueve la UJED, de acuerdo a los antecedentes, apuntan que la efervescencia política que ya empieza a ocasionar la elección para director de la Facultad de Derecho y Ciencias Política, para bien o para mal, dinamizará a la institución.

Son cinco los aspirantes que ya empiezan a cabildear sus posibilidades entre la comunidad de esa facultad emblemática de la UJED: Guadalupe Saavedra Virrey, Rafael Mier Cisneros, Carlos García Carranza, Ana Bertha Adame García, Netzahualcóyotl Rivera Contreras. Y ahora no es la excepción, todos traen “sello” supuesto o real de algún político.

En el campus UJED de la Comarca Lagunera, les corresponde renovar director a Ingeniería, Ciencias y Arquitectura. Y en Durango también Odontología. Pero la FaderyCipol, es la que representa mayor identidad con el juarismo.