/ sábado 11 de junio de 2022

Renunciamos a lo positivo

Dave Weinbaun dice: “Las oportunidades son puertas que no se abren solas”, y Tom Peters, también menciona: “Cuando la oportunidad llama no espera mucho tiempo a que le abras la puerta”. Antepongo estas frases porque extrañamente veo en las noticias que el abstencionismo de las pasadas elecciones superó el 50 por ciento en la mayoría de los estados, y en nuestro Durango fue del 50,46 por ciento.

Ignoro si las personas que he escuchado quejarse de los gobiernos, acudieron a votar, pero si fue así, han desperdiciado la oportunidad de declararse, de actuar, de manifestarse con su voto y no renunciar, privarse, sacrificarse absteniéndose en votar.

¿Cómo desean las personas manifestarse, hacer valer sus derechos, respetarse en sus decisiones etc.? Si tienen la puerta abierta y no entran nunca.

De esta manera, quien se abstuvo, debe atenerse a los resultados de la votación, que sucede lo mismo con quien anuló su voto, ya sea a propósito o porque no supo votar. Algunos señalan que es una forma de protestar, que de cualquier manera no ha de tener ningún resultado efectivo su participación. Y resultará que el triunfador de la elección es el dirigente oportunista que merecemos, por así haberlo elegido nosotros, votando o sin hacerlo.

Sabemos que, por propaganda política, los candidatos manifiestan siempre un cambio, que reflejan alguna ilusión como, el que, en algún momento salgamos a la calle y divisar las banquetas limpias y relucientes, en donde podamos transitar sin tropezarnos;

Circular en nuestro auto sin baches que dañen nuestras llantas y vehículos, sintiendo la cortesía amistosa de los vecinos que conjuntamente contigo procuran el bienestar de tu comunidad, y no cuidarte de que pasen sobre ti, o bien que sufras los abusos de las bandas que ahora cuida el presidente.

Sabernos atendidos por las oficinas de gobierno con la propiedad y profesionalismo adecuados y no por gente improvisada que, aunque la señalen de honesta demuestra su ineptitud.

Mahatma Ghandi, enseñaba: “Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo”. Solamente así el mundo cambiaría. Pero existen necios e ignorantes que han asegurado desde hace más de tres años que, tendremos medicinas gratuitas y un servicio de salud como el de Dinamarca o el de Suiza. Este aprendiz de escritor, tuvo la oportunidad de acompañar a mi hermano en el hospital universitario de Zurich, Suiza, en sus últimos días de vida, en el mes de mayo del año de 2005, teniendo la oportunidad de comparar los servicios de salud de allá, a los de nuestro país; pero para poder lograr el estatus de un hospital como el que hago referencia en nuestro país, nunca será posible en un año, aunque se pongan a los mejores directivos del mundo, pudiera esto suceder quizá en 20 años, siempre y cuando se cumpliera lo expresado por Gandi, de cambiar al mexicano y así, se pudiera cambiar al mundo.

Pero lamentablemente, no obstante, tenemos la puerta abierta para decidir sobre la elección de nuestros dirigentes, pasamos frente a ella sin importarnos que pueda suceder en nuestro país, al que decimos querer tanto. Que deseamos heredar a nuestros hijos lo mejor pero sólo les destapamos las cloacas y con nuestro abstencionismo nos convertimos en cómplices de oportunistas sin escrúpulos, que sólo buscan su bienestar personal.

Dave Weinbaun dice: “Las oportunidades son puertas que no se abren solas”, y Tom Peters, también menciona: “Cuando la oportunidad llama no espera mucho tiempo a que le abras la puerta”. Antepongo estas frases porque extrañamente veo en las noticias que el abstencionismo de las pasadas elecciones superó el 50 por ciento en la mayoría de los estados, y en nuestro Durango fue del 50,46 por ciento.

Ignoro si las personas que he escuchado quejarse de los gobiernos, acudieron a votar, pero si fue así, han desperdiciado la oportunidad de declararse, de actuar, de manifestarse con su voto y no renunciar, privarse, sacrificarse absteniéndose en votar.

¿Cómo desean las personas manifestarse, hacer valer sus derechos, respetarse en sus decisiones etc.? Si tienen la puerta abierta y no entran nunca.

De esta manera, quien se abstuvo, debe atenerse a los resultados de la votación, que sucede lo mismo con quien anuló su voto, ya sea a propósito o porque no supo votar. Algunos señalan que es una forma de protestar, que de cualquier manera no ha de tener ningún resultado efectivo su participación. Y resultará que el triunfador de la elección es el dirigente oportunista que merecemos, por así haberlo elegido nosotros, votando o sin hacerlo.

Sabemos que, por propaganda política, los candidatos manifiestan siempre un cambio, que reflejan alguna ilusión como, el que, en algún momento salgamos a la calle y divisar las banquetas limpias y relucientes, en donde podamos transitar sin tropezarnos;

Circular en nuestro auto sin baches que dañen nuestras llantas y vehículos, sintiendo la cortesía amistosa de los vecinos que conjuntamente contigo procuran el bienestar de tu comunidad, y no cuidarte de que pasen sobre ti, o bien que sufras los abusos de las bandas que ahora cuida el presidente.

Sabernos atendidos por las oficinas de gobierno con la propiedad y profesionalismo adecuados y no por gente improvisada que, aunque la señalen de honesta demuestra su ineptitud.

Mahatma Ghandi, enseñaba: “Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo”. Solamente así el mundo cambiaría. Pero existen necios e ignorantes que han asegurado desde hace más de tres años que, tendremos medicinas gratuitas y un servicio de salud como el de Dinamarca o el de Suiza. Este aprendiz de escritor, tuvo la oportunidad de acompañar a mi hermano en el hospital universitario de Zurich, Suiza, en sus últimos días de vida, en el mes de mayo del año de 2005, teniendo la oportunidad de comparar los servicios de salud de allá, a los de nuestro país; pero para poder lograr el estatus de un hospital como el que hago referencia en nuestro país, nunca será posible en un año, aunque se pongan a los mejores directivos del mundo, pudiera esto suceder quizá en 20 años, siempre y cuando se cumpliera lo expresado por Gandi, de cambiar al mexicano y así, se pudiera cambiar al mundo.

Pero lamentablemente, no obstante, tenemos la puerta abierta para decidir sobre la elección de nuestros dirigentes, pasamos frente a ella sin importarnos que pueda suceder en nuestro país, al que decimos querer tanto. Que deseamos heredar a nuestros hijos lo mejor pero sólo les destapamos las cloacas y con nuestro abstencionismo nos convertimos en cómplices de oportunistas sin escrúpulos, que sólo buscan su bienestar personal.