/ sábado 4 de septiembre de 2021

Salvemos las 2 vidas

El 2 de abril del 2017 era un día como cualquier otro para el doctor Rodriguez Lastra quien cubría su turno como jefe del servicio de ginecología del hospital Pedro Moguillanski de la localidad de Cipolletti, Argentina.

Ese día, una joven de 19 años, quien ya había intentado interrumpir su embarazo con una droga proporcionada por una ONG, llegó para realizarse un aborto. La joven había declarado haber sido violada por un familiar. Según la ley rionegrina 4796, para la interrupción legal del embarazo sólo se requiere de una declaración jurada de la mujer violada y embarazada.

Luego de evaluar el caso y llegar a la conclusión que había riesgo para la madre y el feto en gestación, el médico decidió no abortar, salvando la vida de la madre y del bebé. Ya después de haber dado a luz, el niño fue dado en adopción. Un par de años más tarde, una diputada provincial interpuso una demanda contra el doctor, misma que procedió, aun y cuando el médico apeló a la objeción de conciencia, siendo condenado a más de un año de prisión, además de ser impedido para ejercer la profesión en la entidad. El caso trascendió llegando a convertirse en una causa internacional del movimiento provida.

Yo me pregunto: ¿Qué pensaría ese niño, quien a la fecha tiene cuatro años, si supiera que para muchas personas su vida es un “error”, para otras una “molestia” y para otras la razón de inhabilitar a un profesional de la salud que honró el juramento hipocrático? No digo que no sea difícil aceptar un embarazo que fue provocado en esas circunstancias, tampoco sugiero sea el mejor ejemplo para evitar la despenalización del aborto en México, pero acaso ¿no pudiera ser una opción para las mujeres que no quieren la criatura, entregarla en adopción teniendo además la posibilidad de beneficiar a parejas que están ávidas de dar amor a otro ser humano?

Gracias a Dios, el doctor Lastra fue facultado por la Secretaría de Salud de otra provincia donde en este momento sigue ejerciendo su profesión, y abanderando esta causa tan alta bajo el lema “salvemos las dos vidas”.

leonardolombar@gmail.com

El 2 de abril del 2017 era un día como cualquier otro para el doctor Rodriguez Lastra quien cubría su turno como jefe del servicio de ginecología del hospital Pedro Moguillanski de la localidad de Cipolletti, Argentina.

Ese día, una joven de 19 años, quien ya había intentado interrumpir su embarazo con una droga proporcionada por una ONG, llegó para realizarse un aborto. La joven había declarado haber sido violada por un familiar. Según la ley rionegrina 4796, para la interrupción legal del embarazo sólo se requiere de una declaración jurada de la mujer violada y embarazada.

Luego de evaluar el caso y llegar a la conclusión que había riesgo para la madre y el feto en gestación, el médico decidió no abortar, salvando la vida de la madre y del bebé. Ya después de haber dado a luz, el niño fue dado en adopción. Un par de años más tarde, una diputada provincial interpuso una demanda contra el doctor, misma que procedió, aun y cuando el médico apeló a la objeción de conciencia, siendo condenado a más de un año de prisión, además de ser impedido para ejercer la profesión en la entidad. El caso trascendió llegando a convertirse en una causa internacional del movimiento provida.

Yo me pregunto: ¿Qué pensaría ese niño, quien a la fecha tiene cuatro años, si supiera que para muchas personas su vida es un “error”, para otras una “molestia” y para otras la razón de inhabilitar a un profesional de la salud que honró el juramento hipocrático? No digo que no sea difícil aceptar un embarazo que fue provocado en esas circunstancias, tampoco sugiero sea el mejor ejemplo para evitar la despenalización del aborto en México, pero acaso ¿no pudiera ser una opción para las mujeres que no quieren la criatura, entregarla en adopción teniendo además la posibilidad de beneficiar a parejas que están ávidas de dar amor a otro ser humano?

Gracias a Dios, el doctor Lastra fue facultado por la Secretaría de Salud de otra provincia donde en este momento sigue ejerciendo su profesión, y abanderando esta causa tan alta bajo el lema “salvemos las dos vidas”.

leonardolombar@gmail.com

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