/ jueves 22 de agosto de 2019

Se los dije: Julieta Hernández Camargo

En una ocasión, en una clase de filosofía de la historia, el maestro trató de explicarnos el rechazo y el rencor del mexicano a la mujer. Nos decía que Hernán Cortés deslumbró a la Malinche, se convirtió en su pareja y otras mujeres siguieron su ejemplo con los conquistadores.

Tiempo después, los españoles enviaron por sus esposas, abandonaron a las indígenas y éstas regresaron con sus antiguos compañeros, éstos las aceptan, pero nunca superaron el síndrome del abandono, rechazándolas en el fondo y con el rencor que les causó su olvido. De ahí una de las causas del machismo mexicano, leyendo el ensayo El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz y Psicología del Mexicano de Santiago Ramírez, nos ayudará a comprender el por qué de la violencia contra las mujeres.

La abogada Julieta Hernández Camargo tiene muchos años trabajando en favor de los derechos humanos, defendiendo a mujeres víctimas de violación, defendiéndolas de la violencia física, psicológica y económica que se ejerce por padres que no les dan pensión alimenticia a sus hijos.

Julieta es conocida en varios países por su activismo en estos temas. Ha sido una crítica del abandono que en muchas ocasiones los diferentes órganos de gobierno han abandonado su responsabilidad con las mujeres. En ocasiones ha dicho: “las autoridades tienen sus estadísticas de la violencia en contra de la mujer y nosotros tenemos otras que no coinciden”. La abogada ha luchado mucho para que en Durango a quien prive de la vida a una mujer de manera dolosa se le califique como feminicida.

Nos encontramos que en el Código Penal del Estado de Durango se contempla el feminicidio como delito, pero para que así sea requiere de varios requisitos, a diferencia del vecino Estado de Chihuahua: El Código Penal de esa entidad se reformó, y el que prive de la vida a una mujer, independientemente de si es o no su conocida, su esposa, novia, compañera, pareja, concubina o cualquier otro tipo de relación, comete el delito de feminicidio.

En los últimos días aquí en Durango, con pocas horas de diferencia, al menos tres mujeres han perdido la vida presuntamente a manos de sus novios, parejas o amigos cercanos. La sociedad espera que los presuntos responsables de estos homicidios sean juzgados en su momento por feminicidio.

En este contexto, Julieta Hernández Camargo ha luchado por que se juzgue con perspectiva de género, porque considera que en este país se juzga al hombre y a la mujer con muchísimas diferencias.

Otra de las quejas de la abogada es en relación a las políticas públicas de prevención, a las que considera fallidas para prevenir la violencia contra las mujeres. Hace poco Julieta consideró que 11 millones de pesos de presupuesto son insuficientes para combatir dicha violencia, para defender a cientos de mujeres en Durango víctimas de este problema, es una aspirina.

Como diría el clásico: Se deben atacar las causas de la violencia, y no sólo sus efectos. Se requieren reformas a la Ley, a los Códigos, endurecer las penas para quienes cometan este tipo de delitos y, por supuesto, terminar con la cultura de que la mujer sea vista sólo como un objeto, que se acabe de una vez considerar a la mujer como un patrimonio del hombre, darnos cuenta que todo este tipo de cosas nos lleva a pensar que puede privárseles de la vida y que todo quede en impunidad.

En una ocasión, en una clase de filosofía de la historia, el maestro trató de explicarnos el rechazo y el rencor del mexicano a la mujer. Nos decía que Hernán Cortés deslumbró a la Malinche, se convirtió en su pareja y otras mujeres siguieron su ejemplo con los conquistadores.

Tiempo después, los españoles enviaron por sus esposas, abandonaron a las indígenas y éstas regresaron con sus antiguos compañeros, éstos las aceptan, pero nunca superaron el síndrome del abandono, rechazándolas en el fondo y con el rencor que les causó su olvido. De ahí una de las causas del machismo mexicano, leyendo el ensayo El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz y Psicología del Mexicano de Santiago Ramírez, nos ayudará a comprender el por qué de la violencia contra las mujeres.

La abogada Julieta Hernández Camargo tiene muchos años trabajando en favor de los derechos humanos, defendiendo a mujeres víctimas de violación, defendiéndolas de la violencia física, psicológica y económica que se ejerce por padres que no les dan pensión alimenticia a sus hijos.

Julieta es conocida en varios países por su activismo en estos temas. Ha sido una crítica del abandono que en muchas ocasiones los diferentes órganos de gobierno han abandonado su responsabilidad con las mujeres. En ocasiones ha dicho: “las autoridades tienen sus estadísticas de la violencia en contra de la mujer y nosotros tenemos otras que no coinciden”. La abogada ha luchado mucho para que en Durango a quien prive de la vida a una mujer de manera dolosa se le califique como feminicida.

Nos encontramos que en el Código Penal del Estado de Durango se contempla el feminicidio como delito, pero para que así sea requiere de varios requisitos, a diferencia del vecino Estado de Chihuahua: El Código Penal de esa entidad se reformó, y el que prive de la vida a una mujer, independientemente de si es o no su conocida, su esposa, novia, compañera, pareja, concubina o cualquier otro tipo de relación, comete el delito de feminicidio.

En los últimos días aquí en Durango, con pocas horas de diferencia, al menos tres mujeres han perdido la vida presuntamente a manos de sus novios, parejas o amigos cercanos. La sociedad espera que los presuntos responsables de estos homicidios sean juzgados en su momento por feminicidio.

En este contexto, Julieta Hernández Camargo ha luchado por que se juzgue con perspectiva de género, porque considera que en este país se juzga al hombre y a la mujer con muchísimas diferencias.

Otra de las quejas de la abogada es en relación a las políticas públicas de prevención, a las que considera fallidas para prevenir la violencia contra las mujeres. Hace poco Julieta consideró que 11 millones de pesos de presupuesto son insuficientes para combatir dicha violencia, para defender a cientos de mujeres en Durango víctimas de este problema, es una aspirina.

Como diría el clásico: Se deben atacar las causas de la violencia, y no sólo sus efectos. Se requieren reformas a la Ley, a los Códigos, endurecer las penas para quienes cometan este tipo de delitos y, por supuesto, terminar con la cultura de que la mujer sea vista sólo como un objeto, que se acabe de una vez considerar a la mujer como un patrimonio del hombre, darnos cuenta que todo este tipo de cosas nos lleva a pensar que puede privárseles de la vida y que todo quede en impunidad.