/ sábado 16 de enero de 2021

Si de ahorrar se trata

Para los años 70, llegó a mis manos un libro intitulado “Como adquirir una Supermemoria” escrito por el memorista estadounidense Harry Lorayne.

En él, aprendí una frase que desconozco si es del autor del libro o de otra persona, pero que he considerado muy acertada y reza de la siguiente manera: “No es lo que comes sino lo que te alimenta lo que te hace fuerte; no es lo que ganas sino lo que ahorras lo que te hace rico; y no es lo que sabes, sino lo que recuerdas lo que te hace sabio”.

Por otra parte, en la actualidad, el 90 por ciento de los editorialistas, analistas, comentaristas y la clase intelectual en general, incluso manifiesta Armando Fuentes Aguirre, que le da grima tener que mencionar con frecuencia a AMLO en sus columnas, pero como muchos de ellos señalan, es la pauta para desmentir, para aclarar, para opinar.

Disculpándome con mis pocos lectores, también debo realizar algunos comentarios, no por atacar al presidente ni a su estructura, pero sí para señalar lo que se considera completamente impropio, inoperante, negativo y hasta perjudicial para el país.

Escuchamos en las propagandas mañaneras que él es honesto, pero en todo aquel que llega a presumir y autoadularse de algo, se dice que: “Alabanza en boca propia es vituperio” lo que es de suponer, es un mecanismo de defensa incluso para presumir de lo que no se tiene; es de todos conocidos la frase: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Desde su inicio en la presidencia, ha manejado un plan al que le ha llamado “austeridad republicana” despidió a miles de empleados del gobierno, canceló contratos y licitaciones, supuestamente hizo reducción de salarios de los altos funcionarios, con el propósito de ahorrar, pero por un capricho canceló el NAIM, que se consideraba una obra necesaria e indispensable, con un costo mayor a los 71,000 millones de pesos, que simple y sencillamente fueron tirados a la basura.

Gracias al organismo autónomo INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), se han dado a conocer compras y gastos impropios, como la aportación de más de 2,100 mdp, para la promoción del beisbol; además de las adquisiciones que ha estado llevando a cabo de estadios para el mismo deporte; el haber comprometido 90 millones de dólares anuales para desarrollo a Centroamérica, con distinción de los países de El Salvador, Honduras y Guatemala; la venta que ya habían fraguado el Seguro Social y el hijo de Bartlett de ventiladores inservibles con un costo superior al 80% de su verdadero valor; y, muchísimas cosas más.

Volviendo a la frase señalada al principio, “no es lo que ganas sino lo que ahorras lo que te hace rico”, es encomiable el deseo del presidente de ahorrar, pero al parecer no ha sido así según se revela de sus actuaciones. Anteriormente se endeudaba al país y se sigue haciendo según lo da a conocer el INAI, al fin y al cabo, en todas las administraciones se acostumbraba que el de atrás pagaba; en la actualidad, puede ser que también, pero de lo que sí estamos seguros es que la culpa hasta del Covid-19, la tienen los neoliberales y los adversarios.

Su pretexto de ahorrar, de evitar corrupciones ha determinado con el apoyo de sus fieles adoradores, que son en su gran mayoría desconocedores de leyes, de economía y las necesidades apremiantes del país, acabar con los fideicomisos en lugar de regularlos y por supuesto, su intención más apremiante es terminar con el INAI, quien lo descubre de todas las trampas realizadas.

Si desea el presidente ahorrar y tener un país rico, es necesaria la transparencia correcta para saber en qué gastar y cómo se debe gastar, no titar el dinero a la basura, ni reglarlo a otros países, y no obstante se ha resentido la falta de medicamentos para niños con cáncer y muchísimos beneficios que se tenían anteriormente, se invierte en el beisbol, que en nada sirve al desarrollo de nuestro país.

Para los años 70, llegó a mis manos un libro intitulado “Como adquirir una Supermemoria” escrito por el memorista estadounidense Harry Lorayne.

En él, aprendí una frase que desconozco si es del autor del libro o de otra persona, pero que he considerado muy acertada y reza de la siguiente manera: “No es lo que comes sino lo que te alimenta lo que te hace fuerte; no es lo que ganas sino lo que ahorras lo que te hace rico; y no es lo que sabes, sino lo que recuerdas lo que te hace sabio”.

Por otra parte, en la actualidad, el 90 por ciento de los editorialistas, analistas, comentaristas y la clase intelectual en general, incluso manifiesta Armando Fuentes Aguirre, que le da grima tener que mencionar con frecuencia a AMLO en sus columnas, pero como muchos de ellos señalan, es la pauta para desmentir, para aclarar, para opinar.

Disculpándome con mis pocos lectores, también debo realizar algunos comentarios, no por atacar al presidente ni a su estructura, pero sí para señalar lo que se considera completamente impropio, inoperante, negativo y hasta perjudicial para el país.

Escuchamos en las propagandas mañaneras que él es honesto, pero en todo aquel que llega a presumir y autoadularse de algo, se dice que: “Alabanza en boca propia es vituperio” lo que es de suponer, es un mecanismo de defensa incluso para presumir de lo que no se tiene; es de todos conocidos la frase: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Desde su inicio en la presidencia, ha manejado un plan al que le ha llamado “austeridad republicana” despidió a miles de empleados del gobierno, canceló contratos y licitaciones, supuestamente hizo reducción de salarios de los altos funcionarios, con el propósito de ahorrar, pero por un capricho canceló el NAIM, que se consideraba una obra necesaria e indispensable, con un costo mayor a los 71,000 millones de pesos, que simple y sencillamente fueron tirados a la basura.

Gracias al organismo autónomo INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), se han dado a conocer compras y gastos impropios, como la aportación de más de 2,100 mdp, para la promoción del beisbol; además de las adquisiciones que ha estado llevando a cabo de estadios para el mismo deporte; el haber comprometido 90 millones de dólares anuales para desarrollo a Centroamérica, con distinción de los países de El Salvador, Honduras y Guatemala; la venta que ya habían fraguado el Seguro Social y el hijo de Bartlett de ventiladores inservibles con un costo superior al 80% de su verdadero valor; y, muchísimas cosas más.

Volviendo a la frase señalada al principio, “no es lo que ganas sino lo que ahorras lo que te hace rico”, es encomiable el deseo del presidente de ahorrar, pero al parecer no ha sido así según se revela de sus actuaciones. Anteriormente se endeudaba al país y se sigue haciendo según lo da a conocer el INAI, al fin y al cabo, en todas las administraciones se acostumbraba que el de atrás pagaba; en la actualidad, puede ser que también, pero de lo que sí estamos seguros es que la culpa hasta del Covid-19, la tienen los neoliberales y los adversarios.

Su pretexto de ahorrar, de evitar corrupciones ha determinado con el apoyo de sus fieles adoradores, que son en su gran mayoría desconocedores de leyes, de economía y las necesidades apremiantes del país, acabar con los fideicomisos en lugar de regularlos y por supuesto, su intención más apremiante es terminar con el INAI, quien lo descubre de todas las trampas realizadas.

Si desea el presidente ahorrar y tener un país rico, es necesaria la transparencia correcta para saber en qué gastar y cómo se debe gastar, no titar el dinero a la basura, ni reglarlo a otros países, y no obstante se ha resentido la falta de medicamentos para niños con cáncer y muchísimos beneficios que se tenían anteriormente, se invierte en el beisbol, que en nada sirve al desarrollo de nuestro país.