/ domingo 5 de abril de 2020

Si no cuidamos a quienes nos cuidan ¿quién nos va a cuidar?

Cuando el poder y la sociedad no están preparadas para sortear una crisis sanitaria como la que estamos padeciendo, nos puede ganar el miedo, el pánico, la frustración o la impotencia. Por ello se pueden cometer errores, incluyendo conductas discriminatorias en contra de personas, ciudadanos de otras nacionalidades responsabilizándolos del Covid-19. Tenemos que seguir insistiendo, debemos llevar a cabo las indicaciones de las autoridades del sector salud para no permitir la expansión del virus. Lo acaba de decir muy bien el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell: “Si no nos movemos, el virus tampoco”, refiriéndose a que todos debemos quedarnos en casa.

No es común escuchar a un político expresar públicamente cosas que quizá solo las diga en privado y con muy pocos testigos. Nos referimos a las recientes declaraciones del Gobernador del Estado: “Por la contingencia que vivimos, hoy más que nunca sociedad y gobierno debemos enfrentar juntos la emergencia sanitaria, haciendo a un lado las diferencias personales”.

Sin duda alguna, este fue un mensaje a toda la clase política local; decir nombres sería redundancia. Lo que deben hacer los destinatarios es tomarle la palabra al Gobernador. Si como lo dijo el Secretario de Salud del Estado, “esto es una guerra”, entonces que haya una tregua donde todos hagamos un solo frente. Ya habrá ocasión para las aspiraciones políticas.

Algo que preocupa a la sociedad de Durango es la discriminación que sufren en el transporte público las enfermeras, enfermeros, doctores y quienes tienen que ver en las instituciones públicas de salud. Habla muy mal de nosotros, al incurrir en prácticas discriminatorias en contra de aquellos que están arriesgando sus vidas para curar a ciudadanos del Covid-19.

En primer lugar, son los únicos que están al frente en esta emergencia, deberíamos admirarlos por su valor y trabajo profesional. Sería como discriminar a los bomberos por salvarnos a nosotros y nuestro patrimonio. Aparte no tenemos derecho a discriminar a nadie, si lo hacemos seremos responsables ante las instancias competentes para ser sancionados.

Dice el refrán: “No se puede morder la mano que te da de comer”, valga la analogía con el tema de las doctoras, doctores, enfermeras, enfermeros, camilleros y todos los que en esas instituciones nos cuidan. No sería malo ponernos en los zapatos de los que están contagiados y necesitan ser curados, podría ser cualquiera de nosotros y podríamos necesitar a quienes ayer discriminamos.

Otro refrán: Cuando veas las barbas de tu vecino pasar, pon las tuyas a remojar. Los gobiernos federal y estatal están cumpliendo sus funciones, hagamos nosotros también lo que nos corresponde.

Hacerlo requiere de muchos sacrificios, de lo contrario, como dijo

Cuando el poder y la sociedad no están preparadas para sortear una crisis sanitaria como la que estamos padeciendo, nos puede ganar el miedo, el pánico, la frustración o la impotencia. Por ello se pueden cometer errores, incluyendo conductas discriminatorias en contra de personas, ciudadanos de otras nacionalidades responsabilizándolos del Covid-19. Tenemos que seguir insistiendo, debemos llevar a cabo las indicaciones de las autoridades del sector salud para no permitir la expansión del virus. Lo acaba de decir muy bien el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell: “Si no nos movemos, el virus tampoco”, refiriéndose a que todos debemos quedarnos en casa.

No es común escuchar a un político expresar públicamente cosas que quizá solo las diga en privado y con muy pocos testigos. Nos referimos a las recientes declaraciones del Gobernador del Estado: “Por la contingencia que vivimos, hoy más que nunca sociedad y gobierno debemos enfrentar juntos la emergencia sanitaria, haciendo a un lado las diferencias personales”.

Sin duda alguna, este fue un mensaje a toda la clase política local; decir nombres sería redundancia. Lo que deben hacer los destinatarios es tomarle la palabra al Gobernador. Si como lo dijo el Secretario de Salud del Estado, “esto es una guerra”, entonces que haya una tregua donde todos hagamos un solo frente. Ya habrá ocasión para las aspiraciones políticas.

Algo que preocupa a la sociedad de Durango es la discriminación que sufren en el transporte público las enfermeras, enfermeros, doctores y quienes tienen que ver en las instituciones públicas de salud. Habla muy mal de nosotros, al incurrir en prácticas discriminatorias en contra de aquellos que están arriesgando sus vidas para curar a ciudadanos del Covid-19.

En primer lugar, son los únicos que están al frente en esta emergencia, deberíamos admirarlos por su valor y trabajo profesional. Sería como discriminar a los bomberos por salvarnos a nosotros y nuestro patrimonio. Aparte no tenemos derecho a discriminar a nadie, si lo hacemos seremos responsables ante las instancias competentes para ser sancionados.

Dice el refrán: “No se puede morder la mano que te da de comer”, valga la analogía con el tema de las doctoras, doctores, enfermeras, enfermeros, camilleros y todos los que en esas instituciones nos cuidan. No sería malo ponernos en los zapatos de los que están contagiados y necesitan ser curados, podría ser cualquiera de nosotros y podríamos necesitar a quienes ayer discriminamos.

Otro refrán: Cuando veas las barbas de tu vecino pasar, pon las tuyas a remojar. Los gobiernos federal y estatal están cumpliendo sus funciones, hagamos nosotros también lo que nos corresponde.

Hacerlo requiere de muchos sacrificios, de lo contrario, como dijo