/ martes 7 de septiembre de 2021

Siguen bastos

De cara a la nueva composición en la Cámara de Diputados, en donde Morena el partido oficialista, no podrá sacar ninguna ley sin el apoyo de sus acólitos, dígase el PT y Verde, es claro que la nueva ruta de acuerdo interno cada día le saldrán más caro sus votos a López Obrador.

Ya el verde cobró con la gubernatura de San Luis Potosí la alianza parlamentaria en la legislatura pasada, pero ahora viene el presupuesto y 6 candidaturas a gobernadores el próximo año y una buena cantidad de alcaldías en donde pueden por esa vía refrendar su alianza con el poder en turno como es su ya histórico y corrupto oportunismo.

Por su parte el PT logró ir en la coalición parcial con Morena y debido a ello tiene también fichas (37 diputados federales ) para buscar más espacios locales en las próximas elecciones a gobernadores y alcaldías en las entidades el próximo año; desde que le fue salvado el registro en 2015 a través de una “elección extraordinaria “ en Aguascalientes por su acuerdo con Peña Nieto y la operación política de Osorio Chong, pero al no ser este último el candidato presidencial del PRI, el PT se acercó a López Obrador, en eso le lleva mano al Verde, pero a diferencia del Verde, el PT ha vendido siempre ser un partido de izquierda agarrado a su historia de origen en “línea de masas “ la organización maoísta de los años 70s. ,aunque también en elecciones locales fue aliado del entonces partido en el gobierno: El PRI, pero tiene registro nacional y experiencia para pactar alianzas y cobrar por ello y darle un poco de contenido a la narrativa morenista lopezobradorista de ser de “izquierda” . A su vez, Morena el movimiento-partido oficial ha demostrado que es incapaz de institucionalizarse y que seguirá como lo que es: Un mazacote de grupos, grupúsculos, actores políticos individuales y lo más grave un instrumento de poderes fácticos ilegales para acceder al poder o mantener los espacios que ya tienen o tenían.

Ya desde 2018 Morena ha evidenciado que por mismo es decir solos, no podrán garantizar seguir ganando elecciones locales y de ahí el escenario de coalición con el PT y Verde sin que necesariamente eso significa que los triunfos estarían asegurados dadas las diferentes características, perfiles de los votantes e intereses locales, pero de entrada con alianza serán más competitivos y con mayor posibilidad de triunfo. En el lado de la oposición la conformación de una coalición para las elecciones del próximo año es una condición sine qua non, ellos tampoco tienen opciones o van aliados o no tienen ninguna posibilidad de triunfo, pero aún y que sólo hay una vía, el camino no es fácil por los intereses de los grupos que controlan los espacios de poder hoy detentados en lo local, pero también por un cúmulo de agravios históricos entre esas fuerzas y algunos resabios ideológicos incluso que aún permanecen de cara al pragmatismo de sus liderazgos nacionales.

Están también los devaneos de la dirección nacional del PRI con el poder y la sospecha en la opinión pública de ser los posibles esquiroles con algunas iniciativas de AMLO que obviamente no son señales positivas a la coalición con el PAN y el PRD. Pero ahora también está la lectura y los saldos que un grupo de senadores del PAN y al parecer uno del PRI con la firma de la “carta de Madrid “ con el dirigente de VOX el partido de la ultraderecha española están dejando, y abre una enorme grieta que puede convertirse en una crisis de esos partidos en la posible coalición electoral ahora en el Congreso , así como para el próximo año y en la ruta de las elecciones del Estado de México y Coahuila en el 2023 y por supuesto para la alianza del 2024. Entonces si la coalición parlamentaria Morena-PT-Verde al precio que López Obrador tenga que pagar se mantiene y si el secretario de Hacienda ha señalado las directrices de un presupuesto inercial para 2022 y si se paga con espacios electorales la coalición electoral del próximo año y la oposición no logra cuajar sólidamente su alianza parlamentaria y electoral, entonces no nos queda más que decir la ya conocida expresión: “siguen bastos”.

De cara a la nueva composición en la Cámara de Diputados, en donde Morena el partido oficialista, no podrá sacar ninguna ley sin el apoyo de sus acólitos, dígase el PT y Verde, es claro que la nueva ruta de acuerdo interno cada día le saldrán más caro sus votos a López Obrador.

Ya el verde cobró con la gubernatura de San Luis Potosí la alianza parlamentaria en la legislatura pasada, pero ahora viene el presupuesto y 6 candidaturas a gobernadores el próximo año y una buena cantidad de alcaldías en donde pueden por esa vía refrendar su alianza con el poder en turno como es su ya histórico y corrupto oportunismo.

Por su parte el PT logró ir en la coalición parcial con Morena y debido a ello tiene también fichas (37 diputados federales ) para buscar más espacios locales en las próximas elecciones a gobernadores y alcaldías en las entidades el próximo año; desde que le fue salvado el registro en 2015 a través de una “elección extraordinaria “ en Aguascalientes por su acuerdo con Peña Nieto y la operación política de Osorio Chong, pero al no ser este último el candidato presidencial del PRI, el PT se acercó a López Obrador, en eso le lleva mano al Verde, pero a diferencia del Verde, el PT ha vendido siempre ser un partido de izquierda agarrado a su historia de origen en “línea de masas “ la organización maoísta de los años 70s. ,aunque también en elecciones locales fue aliado del entonces partido en el gobierno: El PRI, pero tiene registro nacional y experiencia para pactar alianzas y cobrar por ello y darle un poco de contenido a la narrativa morenista lopezobradorista de ser de “izquierda” . A su vez, Morena el movimiento-partido oficial ha demostrado que es incapaz de institucionalizarse y que seguirá como lo que es: Un mazacote de grupos, grupúsculos, actores políticos individuales y lo más grave un instrumento de poderes fácticos ilegales para acceder al poder o mantener los espacios que ya tienen o tenían.

Ya desde 2018 Morena ha evidenciado que por mismo es decir solos, no podrán garantizar seguir ganando elecciones locales y de ahí el escenario de coalición con el PT y Verde sin que necesariamente eso significa que los triunfos estarían asegurados dadas las diferentes características, perfiles de los votantes e intereses locales, pero de entrada con alianza serán más competitivos y con mayor posibilidad de triunfo. En el lado de la oposición la conformación de una coalición para las elecciones del próximo año es una condición sine qua non, ellos tampoco tienen opciones o van aliados o no tienen ninguna posibilidad de triunfo, pero aún y que sólo hay una vía, el camino no es fácil por los intereses de los grupos que controlan los espacios de poder hoy detentados en lo local, pero también por un cúmulo de agravios históricos entre esas fuerzas y algunos resabios ideológicos incluso que aún permanecen de cara al pragmatismo de sus liderazgos nacionales.

Están también los devaneos de la dirección nacional del PRI con el poder y la sospecha en la opinión pública de ser los posibles esquiroles con algunas iniciativas de AMLO que obviamente no son señales positivas a la coalición con el PAN y el PRD. Pero ahora también está la lectura y los saldos que un grupo de senadores del PAN y al parecer uno del PRI con la firma de la “carta de Madrid “ con el dirigente de VOX el partido de la ultraderecha española están dejando, y abre una enorme grieta que puede convertirse en una crisis de esos partidos en la posible coalición electoral ahora en el Congreso , así como para el próximo año y en la ruta de las elecciones del Estado de México y Coahuila en el 2023 y por supuesto para la alianza del 2024. Entonces si la coalición parlamentaria Morena-PT-Verde al precio que López Obrador tenga que pagar se mantiene y si el secretario de Hacienda ha señalado las directrices de un presupuesto inercial para 2022 y si se paga con espacios electorales la coalición electoral del próximo año y la oposición no logra cuajar sólidamente su alianza parlamentaria y electoral, entonces no nos queda más que decir la ya conocida expresión: “siguen bastos”.