/ miércoles 26 de junio de 2019

Síndrome de Asperger y Autismo

El autismo abarca una serie de trastornos que afectan las habilidades comunicativas, la sociabilización y la empatía de una persona y quien lo padece, cuenta con un coeficiente intelectual generalmente por debajo de lo normal, un lenguaje y una gramática limitados o un desinterés por las relaciones sociales, lo que puede representar la imposibilidad congénita para entablar una comunicación o desarrollar un vínculo afectivo con el prójimo.

Los trastornos autistas afectan las interrelaciones y propician conductas repetitivas en quienes los padecen, ya que necesitan conservar un entorno fijo y estable. Por lo general, el autismo se manifiesta en los primeros años de vida y se mantiene durante toda la existencia ya que no existe una cura, aunque sí se pueden reducir las conductas anómalas y mejorar la interactividad social.

Las estadísticas señalan que el autismo afecta a entre dos y diez personas por cada 10.000 habitantes, con mayor aparición en los hombres que en las mujeres. Sus causas suelen ser desconocidas, aunque algunos expertos atribuyen el desarrollo del trastorno a una combinación entre la genética y ciertos factores del ambiente.

Por otra parte, el Síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo cerebral muy frecuente, que se presenta de 3 a 7 por cada 1.000 niños de 7 a 16 años, que tiene mayor incidencia en niños que niñas, y quien lo presenta tiene un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados.

Este síndrome es un trastorno dentro del autismo y se ha diferenciado del autismo típico, porque la persona presenta un pensar distinto, su pensar es lógico, concreto e hiperrealista, por lo que su discapacidad no es evidente y sólo se manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas.

Algunas de las características que presentan estos niños, cada niño las expresa de forma distinta, por lo que al notar algunas de ellas, es aconsejable que sea visto por un psiquiatra que pueda establecer el diagnóstico adecuado.

Los niños con Asperger, comparados con otras formas de autismo, cuentan con mayor posibilidad de convertirse en adultos independientes y llevar una vida absolutamente normal, lo que es más frecuente cuando esos adultos tienen una profesión relacionada con sus áreas de interés, pudiendo ser muy competentes.

En el autismo, todas las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros años de vida, mientras que en los niños con Asperger, aunque se encuentre dentro del espectro autista, no existe evidencia de retraso cognitivo y, en su gran mayoría, tienen una capacidad intelectual por encima de lo normal.

En muchas ocasiones el diagnóstico se realiza en la adolescencia o más tarde, aunque muchos padres empiezan a detectar que su hijo tiene síndrome de Asperger cuando tiene entre dos y siete años.

Los factores implicados en el autismo son similares en el síndrome de Asperger y abarcan las alteraciones genéticas, las cuales son cuatro veces más frecuentes en el sexo masculino, los factores intrauterinos y los del parto como la anoxia o falta de oxígeno, que da lugar a un desarrollo neurológico anormal.

Las estructuras cerebrales dañadas son la corteza, la amígdala y el hipocampo, que son áreas muy importantes para el aprendizaje y las emociones, aunque las infecciones durante el embarazo podrían producir estos trastornos, pero no hay una sola causa, sino muchas, aunque lo que sí está demostrado es que su origen no es sociológico y que la causa puede ser de origen neurobiológico.

Las principales características que presentan son un desarrollo social anormal, ya que tienen muy pocos amigos o ninguno; uso del lenguaje extraño, ya que inventan palabras, repiten frases o aprenden a leer por sí mismos y la presencia de rutinas y rituales, como comer siempre en un mismo plato o interesarse por un tema de forma desorbitada.

Si bien, los autistas presentan retraso en el lenguaje, en cambio los niños con Asperger hacen gala de un vocabulario sorprendente porque llega a ser incluso pedante o demasiado culto, que se nota más cuando hablan de algún tema que está muy relacionado con el tema por el que estén interesados.

Así, los niños con Asperger son muy capaces para el almacenamiento de muchos detalles, suelen presentar una buena memoria de repetición, pero su principal problema es su falta de capacidad para integrar toda esa información.

Este síndrome se ha representado en el cine en el film titulado “Rain Man”, dirigida por Barry Levinson, y con Tom Cruise y Distin Hoffman como los protagonistas, lo que llevó a Hoffman a obtener un Oscar por su interpretación, mientras que en el teatro ha sido llevado con la obra “El curioso incidente del perro a la medianoche”, que se ha presentado en foros de diversos países del mundo.

Es momento de poner atención en la socialización de nuestros niños, y en el caso de los autistas, ellos luchan sin descanso, con la esperanza de conseguir un futuro más amable en el que puedan comprender el complejo mundo de los seres humanos y sobre todo, en el que podamos aceptarlos tal como son.

El autismo abarca una serie de trastornos que afectan las habilidades comunicativas, la sociabilización y la empatía de una persona y quien lo padece, cuenta con un coeficiente intelectual generalmente por debajo de lo normal, un lenguaje y una gramática limitados o un desinterés por las relaciones sociales, lo que puede representar la imposibilidad congénita para entablar una comunicación o desarrollar un vínculo afectivo con el prójimo.

Los trastornos autistas afectan las interrelaciones y propician conductas repetitivas en quienes los padecen, ya que necesitan conservar un entorno fijo y estable. Por lo general, el autismo se manifiesta en los primeros años de vida y se mantiene durante toda la existencia ya que no existe una cura, aunque sí se pueden reducir las conductas anómalas y mejorar la interactividad social.

Las estadísticas señalan que el autismo afecta a entre dos y diez personas por cada 10.000 habitantes, con mayor aparición en los hombres que en las mujeres. Sus causas suelen ser desconocidas, aunque algunos expertos atribuyen el desarrollo del trastorno a una combinación entre la genética y ciertos factores del ambiente.

Por otra parte, el Síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo cerebral muy frecuente, que se presenta de 3 a 7 por cada 1.000 niños de 7 a 16 años, que tiene mayor incidencia en niños que niñas, y quien lo presenta tiene un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia, frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados.

Este síndrome es un trastorno dentro del autismo y se ha diferenciado del autismo típico, porque la persona presenta un pensar distinto, su pensar es lógico, concreto e hiperrealista, por lo que su discapacidad no es evidente y sólo se manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas.

Algunas de las características que presentan estos niños, cada niño las expresa de forma distinta, por lo que al notar algunas de ellas, es aconsejable que sea visto por un psiquiatra que pueda establecer el diagnóstico adecuado.

Los niños con Asperger, comparados con otras formas de autismo, cuentan con mayor posibilidad de convertirse en adultos independientes y llevar una vida absolutamente normal, lo que es más frecuente cuando esos adultos tienen una profesión relacionada con sus áreas de interés, pudiendo ser muy competentes.

En el autismo, todas las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros años de vida, mientras que en los niños con Asperger, aunque se encuentre dentro del espectro autista, no existe evidencia de retraso cognitivo y, en su gran mayoría, tienen una capacidad intelectual por encima de lo normal.

En muchas ocasiones el diagnóstico se realiza en la adolescencia o más tarde, aunque muchos padres empiezan a detectar que su hijo tiene síndrome de Asperger cuando tiene entre dos y siete años.

Los factores implicados en el autismo son similares en el síndrome de Asperger y abarcan las alteraciones genéticas, las cuales son cuatro veces más frecuentes en el sexo masculino, los factores intrauterinos y los del parto como la anoxia o falta de oxígeno, que da lugar a un desarrollo neurológico anormal.

Las estructuras cerebrales dañadas son la corteza, la amígdala y el hipocampo, que son áreas muy importantes para el aprendizaje y las emociones, aunque las infecciones durante el embarazo podrían producir estos trastornos, pero no hay una sola causa, sino muchas, aunque lo que sí está demostrado es que su origen no es sociológico y que la causa puede ser de origen neurobiológico.

Las principales características que presentan son un desarrollo social anormal, ya que tienen muy pocos amigos o ninguno; uso del lenguaje extraño, ya que inventan palabras, repiten frases o aprenden a leer por sí mismos y la presencia de rutinas y rituales, como comer siempre en un mismo plato o interesarse por un tema de forma desorbitada.

Si bien, los autistas presentan retraso en el lenguaje, en cambio los niños con Asperger hacen gala de un vocabulario sorprendente porque llega a ser incluso pedante o demasiado culto, que se nota más cuando hablan de algún tema que está muy relacionado con el tema por el que estén interesados.

Así, los niños con Asperger son muy capaces para el almacenamiento de muchos detalles, suelen presentar una buena memoria de repetición, pero su principal problema es su falta de capacidad para integrar toda esa información.

Este síndrome se ha representado en el cine en el film titulado “Rain Man”, dirigida por Barry Levinson, y con Tom Cruise y Distin Hoffman como los protagonistas, lo que llevó a Hoffman a obtener un Oscar por su interpretación, mientras que en el teatro ha sido llevado con la obra “El curioso incidente del perro a la medianoche”, que se ha presentado en foros de diversos países del mundo.

Es momento de poner atención en la socialización de nuestros niños, y en el caso de los autistas, ellos luchan sin descanso, con la esperanza de conseguir un futuro más amable en el que puedan comprender el complejo mundo de los seres humanos y sobre todo, en el que podamos aceptarlos tal como son.