/ viernes 1 de octubre de 2021

¿Sólo el PAN puede salvar al PRI?

La alianza PAN, PRI y PRD: tan lejos y tan cerca. No es lo mismo elegir a diputados locales que la elección de gobernador. Marko Cortés y Alejandro Moreno vinieron por lo mismo.

Los dos quieren que sus respectivos partidos encabecen la alianza. Ambos platicaron del tema con el gobernador, y por supuesto que no fue de la serie mundial de beisbol o de mujeres y traiciones. No estuvimos presentes, pero seguramente se trató de cuál partido saldrá la candidata o el candidato para enfrentar a MORENA en 2022. De una cosa estamos seguros: “Alito” como llegó se regresó, con las manos vacías.

¿Quién ganará en su momento, los votos del PRI o la alternancia en el poder? La lógica nos dice que quien tiene el poder está en condiciones de repartir el pastel, y quien lo ejerce se queda con la mayor parte. ¿Qué ganaría el PAN al cederle la candidatura al PRI? Hoy podemos hacer un balance de la alianza que se hizo en 2021. “Haiga sido como haiga sido”, los ganadores fueron los priistas.

Vea cómo quedaron las diputaciones federales y las locales. Son mayoría del Congreso del Estado. Tienen más diputadas y diputados federales que las palomitas blancas vestidas de azul. Sería una ironía que a nivel nacional Vicente Fox “los sacó a patadas de Los Pinos”, y que aquí en Durango, parafraseando a Fox, el PRI los ponga de patitas en la calle.

Al día de hoy, el PRI no tiene nada que perder y todo que ganar. En cambio, el PAN, sí tiene mucho que perder si no encabezan la alianza. En primer lugar, estarían poniendo en riesgo la alternancia que llegó en 2016. Pueden perder la oportunidad de tener por primera vez un panista que llegue al Bicentenario. No deben olvidar que hace algo así como casi cuarenta años, Rodolfo Torres se convirtió en presidente municipal y después Jorge Salum del Palacio el segundo panista que llega a gobernar el municipio de la capital. La única oportunidad que tienen para repetir la alternancia es encabezando la alianza, y no con otro expriista que ya levantó la mano con el fin de que todo cambie, para que todo siga igual.

La trampa del PRI es muy sencilla: Hablarle al oído a “ya sabes quién” diciéndole: ¿Quieres que le ganemos a MORENA y a López Obrador para que el norte no se siga vistiendo con gobernadores morenistas? ¡Aquí estamos nosotros! Cualquiera de los dos partidos se podría quedar como el perro de las dos tortas. Sería peligroso que los priistas, tanto a nivel local como nacional, pusieran entre la espada y la pared a los panistas locales.

Si bien en teoría, yendo juntos PAN, PRI y PRD, podrían ganar, pero los del PAN, tendrían que pagar un alto precio para ganarle a MORENA. El optimismo y las pasiones se podrían desbordar al interior del PRI. Como usted sabe, la confianza y la soberbia no son buenas consejeras.

El tricolor, por candidatas y candidatos no tiene por qué preocuparse. En cambio, los panistas sí. Carlos Maturino es una especie de delfín del Bicentenario, pero no puede brincarse a otros aspirantes y a menos el famoso librito de la política. Gina Campuzano podría aspirar a senadora en 2024, pero si piensa en ser gobernadora, si es pasión, que se le borre. Javier Castrellón se quedará suspirando.

Para Adrián Alanís es el “último suspiro”, los panistas sólo cuentan con dos cartas fuertes: Jorge Salum del Palacio y Héctor Flores. Otro argumento de los priistas es que van arriba en las encuestas y el PAN en segundo lugar, y ya que andamos en ese tema, el partido MORENA va arriba de los dos partidos que pretenden la alianza. Las apuestas están a favor de no habrá alianza. No será posible que los panistas permitan que un priista encabece dicha alianza. La moneda está en el aire.

La alianza PAN, PRI y PRD: tan lejos y tan cerca. No es lo mismo elegir a diputados locales que la elección de gobernador. Marko Cortés y Alejandro Moreno vinieron por lo mismo.

Los dos quieren que sus respectivos partidos encabecen la alianza. Ambos platicaron del tema con el gobernador, y por supuesto que no fue de la serie mundial de beisbol o de mujeres y traiciones. No estuvimos presentes, pero seguramente se trató de cuál partido saldrá la candidata o el candidato para enfrentar a MORENA en 2022. De una cosa estamos seguros: “Alito” como llegó se regresó, con las manos vacías.

¿Quién ganará en su momento, los votos del PRI o la alternancia en el poder? La lógica nos dice que quien tiene el poder está en condiciones de repartir el pastel, y quien lo ejerce se queda con la mayor parte. ¿Qué ganaría el PAN al cederle la candidatura al PRI? Hoy podemos hacer un balance de la alianza que se hizo en 2021. “Haiga sido como haiga sido”, los ganadores fueron los priistas.

Vea cómo quedaron las diputaciones federales y las locales. Son mayoría del Congreso del Estado. Tienen más diputadas y diputados federales que las palomitas blancas vestidas de azul. Sería una ironía que a nivel nacional Vicente Fox “los sacó a patadas de Los Pinos”, y que aquí en Durango, parafraseando a Fox, el PRI los ponga de patitas en la calle.

Al día de hoy, el PRI no tiene nada que perder y todo que ganar. En cambio, el PAN, sí tiene mucho que perder si no encabezan la alianza. En primer lugar, estarían poniendo en riesgo la alternancia que llegó en 2016. Pueden perder la oportunidad de tener por primera vez un panista que llegue al Bicentenario. No deben olvidar que hace algo así como casi cuarenta años, Rodolfo Torres se convirtió en presidente municipal y después Jorge Salum del Palacio el segundo panista que llega a gobernar el municipio de la capital. La única oportunidad que tienen para repetir la alternancia es encabezando la alianza, y no con otro expriista que ya levantó la mano con el fin de que todo cambie, para que todo siga igual.

La trampa del PRI es muy sencilla: Hablarle al oído a “ya sabes quién” diciéndole: ¿Quieres que le ganemos a MORENA y a López Obrador para que el norte no se siga vistiendo con gobernadores morenistas? ¡Aquí estamos nosotros! Cualquiera de los dos partidos se podría quedar como el perro de las dos tortas. Sería peligroso que los priistas, tanto a nivel local como nacional, pusieran entre la espada y la pared a los panistas locales.

Si bien en teoría, yendo juntos PAN, PRI y PRD, podrían ganar, pero los del PAN, tendrían que pagar un alto precio para ganarle a MORENA. El optimismo y las pasiones se podrían desbordar al interior del PRI. Como usted sabe, la confianza y la soberbia no son buenas consejeras.

El tricolor, por candidatas y candidatos no tiene por qué preocuparse. En cambio, los panistas sí. Carlos Maturino es una especie de delfín del Bicentenario, pero no puede brincarse a otros aspirantes y a menos el famoso librito de la política. Gina Campuzano podría aspirar a senadora en 2024, pero si piensa en ser gobernadora, si es pasión, que se le borre. Javier Castrellón se quedará suspirando.

Para Adrián Alanís es el “último suspiro”, los panistas sólo cuentan con dos cartas fuertes: Jorge Salum del Palacio y Héctor Flores. Otro argumento de los priistas es que van arriba en las encuestas y el PAN en segundo lugar, y ya que andamos en ese tema, el partido MORENA va arriba de los dos partidos que pretenden la alianza. Las apuestas están a favor de no habrá alianza. No será posible que los panistas permitan que un priista encabece dicha alianza. La moneda está en el aire.