Al revisar la lista de Forbes Staff de los proyectos que desarrollará la IP con el acuerdo para la infraestructura, no aparece nuestro querido, aislado y subdesarrollado Durango. Para contextualizar, dicho acuerdo contempla para empezar un paquete de 147 proyectos en todo el país, los cuales requerirán 859 mil 022 millones de pesos.
A primera instancia, Alfonso Romo jefe de la Oficina de la Presidencia será el primero en velar por parte del gobierno para resolver cualquier problema o adversidad; en dicho acuerdo se plantea que habrá estrategias para revertir los riesgos de los proyectos y en una segunda instancia estarán los Secretarios de Estado o dependencias gubernamentales.
Ahora para simplificar y esquematizar los proyectos, éstos se clasificarán por sectores donde en su mayoría son de transporte, destacando 42 carreteras, 8 ferrocarriles o trenes suburbanos, 22 puertos y 29 aeropuertos; en telecomunicaciones 4; agua y saneamiento 12; turismo 15, salud 1; y otros 1. Hasta aquí la lista, la cual está sustentada con su respectiva inversión y su fecha de desarrollo.
Ante lo planteado, un primer análisis: todos los proyectos irán a ser detonados por capital privado, de tal razón, el criterio es invertir donde se ve potencial económico, ¡rentabilidad!, lo que significa que se acabaron los proyectos de inversión que se realizaban para ver quién los usaba o para potenciar una región pero sin garantizar la rentabilidad de la inversión, y siendo más claro y objetivo para hacer negocios pero para los que se veían involucrados desde la compra-venta de terrenos y edificación, ¿les suena? (CLID, Ciudad Pecuaria, entre otros elefantes blancos locales que se realizaron con recursos públicos y de forma manipulada).
Volviendo al tema central y siguiendo en Durango, desgraciadamente éste no aparece en la lista planteada, de ser así cabe preguntar ¿por qué? Para el que escribe, ya es la pregunta del millón, porque en la respuesta está nuestra realidad. ¿Por qué no se capta inversión privada y muy poca pública?, por incomunicados y por ende aislados, mala ubicación geográfica, limitada infraestructura básica de desarrollo, ¿o qué? ¿Y qué con el gasoducto que se desvió de Coahuila a Zacatecas y se pretendía que pasara por la ciudad de Durango? ¿Qué? ¿Y qué con el 2040 que contempla 30 proyectos y los abandera el Codedur? ¿Y qué pasa con el “cacaraqueado” Corredor Económico del Norte? el cual contempla como primer eslabón y detonador el ferrocarril Durango-Mazatlán, y ante la precariedad éste sería nuestro último tren de desarrollo y no digo “se nos fue” porque nunca existió ni existe en el interés de la Federación y al parecer ni en el de la iniciativa privada.
Retomando lo de los proyectos de infraestructura, pero desde otro enfoque, la presencia y papel de Alfonso Romo y la influencia del magnate Carlos Slim, sin duda más allá de fortalecer el esquema organizativo es generarle confianza al mismo y esto tiene que ver con la desconfianza que se generó con la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco, donde sin duda éste será el error que estigmatizará la administración de AMLO y no sólo inhibe las inversiones sino ha contribuido a contraer la economía y desgraciadamente el tema de los aeropuertos dará para rato, ya que no es para menos cuando estudios de NAVBLUE y la consultora francesa Aeropuertos de París revelan y sustentadamente que se tiene que rediseñar ampliamente, o sea hacer de nuevo el proyecto de los aeropuertos de Santa Lucía y Toluca para desahogar la saturación aérea, ésta sustentada por la ubicación de las pistas comerciales, las cuales no permiten operaciones simultáneas (aterrizajes o despegues). Pero el secretario de la Defensa Nacional inmediatamente revira asegurando que las operaciones simultaneas sí serán posibles (declaraciones sin sustento técnico), aquí el pequeño detalle es que NAVBLUE es filial del fabricante de aviones AIRBUS (las aerolíneas se guían en “parvada”) y ésta ya no confía en Santa Lucía. ¿Y cómo? Cuando en el caso de los aviones tipo BOEING B777-300 y el B747-400F, modelos que utilizan las principales aerolíneas comerciales, no serán capaces de despegar en cualquier dirección.
Hago énfasis en este punto, porque el mismo por su delicada naturaleza irá minando la confianza de los inversionistas. ¿Quién querrá invertir en un país donde no hay certeza técnica ni jurídica, y en contraparte, por una imposición se suspende un proyecto viable y con altura de miras y por cancelarlo se pierden cuantiosos recursos? ¿Dónde se ve eso?
Antes de concluir, considero oportuno comentar y sin ser pesimista sino realista, que el Acuerdo Nacional de Inversión, planteado con otros nombres, se implementó con Calderón y Peña Nieto y en ambos sexenios acabó en sólo un catálogo de buenas intenciones. ¿Ahora se concretará? Por el bien del país esperemos y sí.
NOTAS CORTAS NO TAN CORTAS
* Y las malas noticias no paran. Según Roberto Santos Serrano, presidente de la Asociación de Maquinaria Pesada, Durango en materia de infraestructura tendrá un recorte presupuestal de 600 millones de pesos para el próximo año, aparte se le planteó al secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú en su visita a Durango todo un paquete de proyectos, destacando que no se comprometió con ninguno. Como conclusión, Durango en el 2020 no cuenta ni con recursos ni proyectos (yo no sé por qué algunos dicen que AMLO apoya a Durango, cuando en lugar de ladrillos nos da plantas y palmadas).
* ¡Una burla! Hablando de corrupción, es un insulto a la inteligencia social que a estas alturas el presidente del Consejo de Participación Ciudadana del oneroso y estéril Sistema Local Anticorrupción, Gonzalo Salas Chacón, comente que solicitará pruebas a los actuales funcionarios municipales de la capital, que realizaron señalamientos de presuntos casos de aviadores. ¿Sólo aviadores señor presidente? Y lo que se recaudaba o extorsionaba por los retenes antialcohol ¿dónde está el recurso? ¿Y los descuentos indebidos y en época electoral, etc., etc.?
Reitero, en Durango hasta en el tema de ataque a la corrupción estamos jodidos, ¿y por qué? Miedo o complicidad; pero veremos qué dice la Auditoría Forense.
