/ viernes 19 de febrero de 2021

¿También será la guerra más sucia de la historia?

El INE se ha encargado de decir a los cuatro vientos: Esta será la elección más grande de la historia.

Lo que el INE quiso decir, es que estas elecciones serán las más caras de la historia reciente. En México, nuestra democracia está tan avanzada que somos el ejemplo de muchos países, incluyendo Estados Unidos. Al menos así lo ha dicho Luis Carlos Ugalde, ex presidente del IFE en foros académicos. ¿Será que somos candil de la calle y oscuridad de la casa? La guerra sucia en la campaña electoral de 2006 ha sido la primera piedra para las subsiguientes. En aquella elección Andrés Manuel López Obrador fue considerado “un peligro para México”, por coincidencia, hoy lo sigue siendo para el PRI y el PAN y su esquirol, el PRD.

La guerra sucia ocurrirá sin duda en los estados y en todo el país, y según el sapo será la pedrada. La alianza “Va por México” tiene mucha tela de donde cortar, la pandemia, las vacunas, los apagones, y todo lo que se acumule de aquí al día de elección. Con tal de “sacar a patadas a MORENA de San Lázaro”, la alianza hace sus cuentas alegres, y hará todo lo que este en sus manos para lograr este objetivo, incluyendo la guerra sucia. Aquí en Durango, la que se lanzó al ruedo es la virtual candidata al distrito 03 federal Gina Campuzano. La panista declaró a los medios lo siguiente: “¡Cómo es posible! El municipio recibió más de 8,000 llamadas para reportar los apagones en distintos rumbos de la ciudad, cuando el responsable de esto es el gobierno federal”, ha de disculpar la virtual candidata nuestra ignorancia.

Lo importante de las declaraciones de la señora Campuzano es que nos dio una cátedra magistral en el tema de las energías limpias. Lo que se le olvidó a la panista es la importancia que tuvieron distinguidos senadores de su partido para apoyar la reforma energética de Enrique Peña Nieto, señalados por Emilio Lozoya de recibir sobornos millonarios para aprobar dicha reforma, que significa un gran negocio para inversionistas mexicanos y extranjeros.

Tenga usted la seguridad de que el tema de la pandemia y las vacunas subirá de intensidad los próximos días como principales argumentos de la guerra sucia. Por supuesto que las vacunas son un problema delicado y complejo. Unos de los principales voceros de la alianza Va por México es Felipe Calderón, convertido hoy en experto en epidemiologia. En su opinión: “se debió empezar a vacunar en las ciudades con más habitantes y al final, los que viven en los lugares más pobres y olvidados por muchos años en el país”. Lo que Felipe Calderón quiso decir: De que me muera yo, mejor que se muera mi abuelita. Una pregunta ¿qué pasaría si hay suficientes vacunas, bajan los contagios y los fallecidos por la pandemia en plena campaña electoral?, ¿y si no hay apagones como en días pasados?, ¿qué irá a hacer la alianza Va por México? Dicha alianza le apuesta al fracaso de las políticas públicas de salud del gobierno federal para regresar al paraíso perdido.

Entendemos que haya fallas en la logística para vacunar, que no sea tan eficaz como la de Estados Unidos y otros países, los que, por cierto, tienen acaparadas miles de millones de dosis para vacunar a su población a cambio de no hacerlo en países como México. Apostarle a eso es maquiavélico, perverso, frívolo e irresponsable al decir de los de la alianza de que para vacunar a todo el país, al paso que vamos, se tardarán más de 100 años. Decirnos eso es ofender la inteligencia de los mexicanos.

La clase política mexicana no puede tirar la primera piedra y esconder la mano, con la guerra sucia que se avecina, le podemos decir a la partidocracia, sin temor a equivocarnos, que les espera una sociedad informada y politizada, que no podrán engañarnos con discursos y promesas, con despensas y láminas de cartón. Los partidos pueden ir juntos o solos, pero los electores tenemos la última palabra.

El INE se ha encargado de decir a los cuatro vientos: Esta será la elección más grande de la historia.

Lo que el INE quiso decir, es que estas elecciones serán las más caras de la historia reciente. En México, nuestra democracia está tan avanzada que somos el ejemplo de muchos países, incluyendo Estados Unidos. Al menos así lo ha dicho Luis Carlos Ugalde, ex presidente del IFE en foros académicos. ¿Será que somos candil de la calle y oscuridad de la casa? La guerra sucia en la campaña electoral de 2006 ha sido la primera piedra para las subsiguientes. En aquella elección Andrés Manuel López Obrador fue considerado “un peligro para México”, por coincidencia, hoy lo sigue siendo para el PRI y el PAN y su esquirol, el PRD.

La guerra sucia ocurrirá sin duda en los estados y en todo el país, y según el sapo será la pedrada. La alianza “Va por México” tiene mucha tela de donde cortar, la pandemia, las vacunas, los apagones, y todo lo que se acumule de aquí al día de elección. Con tal de “sacar a patadas a MORENA de San Lázaro”, la alianza hace sus cuentas alegres, y hará todo lo que este en sus manos para lograr este objetivo, incluyendo la guerra sucia. Aquí en Durango, la que se lanzó al ruedo es la virtual candidata al distrito 03 federal Gina Campuzano. La panista declaró a los medios lo siguiente: “¡Cómo es posible! El municipio recibió más de 8,000 llamadas para reportar los apagones en distintos rumbos de la ciudad, cuando el responsable de esto es el gobierno federal”, ha de disculpar la virtual candidata nuestra ignorancia.

Lo importante de las declaraciones de la señora Campuzano es que nos dio una cátedra magistral en el tema de las energías limpias. Lo que se le olvidó a la panista es la importancia que tuvieron distinguidos senadores de su partido para apoyar la reforma energética de Enrique Peña Nieto, señalados por Emilio Lozoya de recibir sobornos millonarios para aprobar dicha reforma, que significa un gran negocio para inversionistas mexicanos y extranjeros.

Tenga usted la seguridad de que el tema de la pandemia y las vacunas subirá de intensidad los próximos días como principales argumentos de la guerra sucia. Por supuesto que las vacunas son un problema delicado y complejo. Unos de los principales voceros de la alianza Va por México es Felipe Calderón, convertido hoy en experto en epidemiologia. En su opinión: “se debió empezar a vacunar en las ciudades con más habitantes y al final, los que viven en los lugares más pobres y olvidados por muchos años en el país”. Lo que Felipe Calderón quiso decir: De que me muera yo, mejor que se muera mi abuelita. Una pregunta ¿qué pasaría si hay suficientes vacunas, bajan los contagios y los fallecidos por la pandemia en plena campaña electoral?, ¿y si no hay apagones como en días pasados?, ¿qué irá a hacer la alianza Va por México? Dicha alianza le apuesta al fracaso de las políticas públicas de salud del gobierno federal para regresar al paraíso perdido.

Entendemos que haya fallas en la logística para vacunar, que no sea tan eficaz como la de Estados Unidos y otros países, los que, por cierto, tienen acaparadas miles de millones de dosis para vacunar a su población a cambio de no hacerlo en países como México. Apostarle a eso es maquiavélico, perverso, frívolo e irresponsable al decir de los de la alianza de que para vacunar a todo el país, al paso que vamos, se tardarán más de 100 años. Decirnos eso es ofender la inteligencia de los mexicanos.

La clase política mexicana no puede tirar la primera piedra y esconder la mano, con la guerra sucia que se avecina, le podemos decir a la partidocracia, sin temor a equivocarnos, que les espera una sociedad informada y politizada, que no podrán engañarnos con discursos y promesas, con despensas y láminas de cartón. Los partidos pueden ir juntos o solos, pero los electores tenemos la última palabra.