/ viernes 31 de mayo de 2019

Temas de la República

El sueño de la democracia

El próximo domingo es el día “D”, uno de los términos más mencionados por las estrategias de campañas electorales, será el 02 de junio cuando en el marco de la democracia participativa, Durango celebre elecciones libres para la renovación de cargos de elección popular.

Será en un escenario que ciertamente fue muy incierto e inédito, en donde las encuestas nunca fueron confiables, (creo que no lo serán más en las elecciones), las campañas fueron disímbolas, estridentes pero huecas, más de forma que de fondo, más de juegos pirotécnicos que de propuestas, falto coco y sobro modo, pletóricas en cuanto a rumorología, muchas veces desatinadas por algunos, desangeladas para otros, pero muy sobradas de energía, (aunque no necesariamente positiva), factores que confluyen en la imposibilidad de fundamentar responsablemente un pronóstico para el resultado.

Impredecible es el calificativo que utilizaría para tratar de definir lo mejor posible esta elección que tiene como aderezo las pifias de los partidos políticos a la hora de las definiciones, sin duda viviremos una elección trascendental, porque de esta contienda electoral, muy probablemente podría salir el próximo candidato al Gobierno del Estado, histórica también lo será, aunque no estrictamente en el mejor de los sentidos, sino por lo costosa que ha resultado la aspiración del sufragio, ambigua, simbiótica, sonora y descaradamente obesa, la elección del próximo domingo se registrará en los anales por varias razones, ya sea en un sentido o en otro.

Para nadie es un secreto que nuestra democracia es una de las más caras del mundo, el altísimo costo de cada campaña, resuena como eco los recuentos de los sufragios, cuando el fantasma del abstencionismo se asoma, se burla y se hace presente en las cifras terminales de cada contienda electoral, por eso me parece que es la hora de no dejar pasar la oportunidad de ejercer un derecho a elegir a nuestros próximos representantes, se trata de participar votando, de coadyuvar a pavimentar la legitimidad de las ofertas electorales, aún si ninguna convenciera del todo.

Nuestra sociedad no debe reflejar el desprecio por la partidocracia, por los institutos políticos en abstencionismo, salgamos a votar mañana 02 de junio, para abaratar el costo de nuestra democracia, para aspirar a una civilización más noble, acudamos a la urnas armados de valentía para afrontar las incertidumbres del futuro.

Decía Martin Luther King: “Me niego a aceptar la idea de que el hombre no es más que un fardo de restos y desechos en el río de la vida, incapaz de intervenir en los acontecimientos que se producen a su alrededor, excepto para corromperlos”… esta es la hora en la que la democracia se convierte en la fuerza moral transformadora que abra la puerta del ansiado progreso de Durango, un progreso que sistemáticamente se nos ha negado, ya sea por un oscuro interés o por una vil ambición, porque la ubicación geográfica no es una condena, es tan solo un reto y basta observar otras latitudes para comprobarlo, así que no podemos ni debemos claudicar en la búsqueda del desarrollo que alcance para superar nuestros problemas más comunes.

Así que amable lector(a), usted por lo pronto cumpla con usted mismo este domingo y vaya a votar en compañía de su familia, con los mayores y hasta con los menores, con su cónyuge o con sus hijos, con sus amigos y hasta con sus nietos, para que se vayan familiarizando con la cultura de la democracia, como eje transversal para convocar mejores escenarios para nuestro bello estado de Durango. Feliz fin de semana.

El sueño de la democracia

El próximo domingo es el día “D”, uno de los términos más mencionados por las estrategias de campañas electorales, será el 02 de junio cuando en el marco de la democracia participativa, Durango celebre elecciones libres para la renovación de cargos de elección popular.

Será en un escenario que ciertamente fue muy incierto e inédito, en donde las encuestas nunca fueron confiables, (creo que no lo serán más en las elecciones), las campañas fueron disímbolas, estridentes pero huecas, más de forma que de fondo, más de juegos pirotécnicos que de propuestas, falto coco y sobro modo, pletóricas en cuanto a rumorología, muchas veces desatinadas por algunos, desangeladas para otros, pero muy sobradas de energía, (aunque no necesariamente positiva), factores que confluyen en la imposibilidad de fundamentar responsablemente un pronóstico para el resultado.

Impredecible es el calificativo que utilizaría para tratar de definir lo mejor posible esta elección que tiene como aderezo las pifias de los partidos políticos a la hora de las definiciones, sin duda viviremos una elección trascendental, porque de esta contienda electoral, muy probablemente podría salir el próximo candidato al Gobierno del Estado, histórica también lo será, aunque no estrictamente en el mejor de los sentidos, sino por lo costosa que ha resultado la aspiración del sufragio, ambigua, simbiótica, sonora y descaradamente obesa, la elección del próximo domingo se registrará en los anales por varias razones, ya sea en un sentido o en otro.

Para nadie es un secreto que nuestra democracia es una de las más caras del mundo, el altísimo costo de cada campaña, resuena como eco los recuentos de los sufragios, cuando el fantasma del abstencionismo se asoma, se burla y se hace presente en las cifras terminales de cada contienda electoral, por eso me parece que es la hora de no dejar pasar la oportunidad de ejercer un derecho a elegir a nuestros próximos representantes, se trata de participar votando, de coadyuvar a pavimentar la legitimidad de las ofertas electorales, aún si ninguna convenciera del todo.

Nuestra sociedad no debe reflejar el desprecio por la partidocracia, por los institutos políticos en abstencionismo, salgamos a votar mañana 02 de junio, para abaratar el costo de nuestra democracia, para aspirar a una civilización más noble, acudamos a la urnas armados de valentía para afrontar las incertidumbres del futuro.

Decía Martin Luther King: “Me niego a aceptar la idea de que el hombre no es más que un fardo de restos y desechos en el río de la vida, incapaz de intervenir en los acontecimientos que se producen a su alrededor, excepto para corromperlos”… esta es la hora en la que la democracia se convierte en la fuerza moral transformadora que abra la puerta del ansiado progreso de Durango, un progreso que sistemáticamente se nos ha negado, ya sea por un oscuro interés o por una vil ambición, porque la ubicación geográfica no es una condena, es tan solo un reto y basta observar otras latitudes para comprobarlo, así que no podemos ni debemos claudicar en la búsqueda del desarrollo que alcance para superar nuestros problemas más comunes.

Así que amable lector(a), usted por lo pronto cumpla con usted mismo este domingo y vaya a votar en compañía de su familia, con los mayores y hasta con los menores, con su cónyuge o con sus hijos, con sus amigos y hasta con sus nietos, para que se vayan familiarizando con la cultura de la democracia, como eje transversal para convocar mejores escenarios para nuestro bello estado de Durango. Feliz fin de semana.

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