/ jueves 13 de febrero de 2020

Temas de la República

14 de febrero, Día del Amor y la Amistad

Es el mes de febrero y aunque no solamente es el mes de Cupido, puesto que nada menos el día de hoy es el aniversario luctuoso de Vicente Guerrero, (día en el que la bandera nacional debe izarse a media asta), en realidad este mes, inyectamos nuestra existencia del valor de la amistad y del amor.

Decía un escritor, físico y pintor argentino, autor de la obra “Sobre héroes y tumbas” misma que fue parcialmente llevada al cine por su hijo Mario en la película “El poder de las tinieblas”, la cual se considera una de las mejores novelas argentinas del siglo XX, que no deberíamos demeritar absolutamente ninguno de nuestros sentimientos por más pequeños que éstos fueran, porque no vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cuando cometemos una injusticia en contra de ellos, calificándolos de indignos o magros, una estrella se apagaba en el firmamento.

Ernesto Sábato, también decía que cada minuto, cada segundo, cada fragmento de nuestros días, estaba tocado por la luz divina de nuestro destino y que no importaba a donde fuéramos o de donde regresáramos, todo estaba escrito en nuestras hojas de vida.

Personalmente coincido y acaso quizá sea por ello, que considero que incluso nuestro caminar y las personas a nuestro alrededor, son seres que tienen algo que enseñarnos, bueno o malo, pero la enseñanza es el fin de nuestra meta, de nuestra existencia, ya sea por la vía del amor, de la amistad, de la profesión, de la pérdida, del fracaso o cualquier otra, siempre podemos aprender algo a cada segundo que transcurre.

No obstante, es a través del amor que aprendemos mucho más rápido, tal y como si fuera un acto de magia, el rostro se ilumina, las ideas fluyen, la energía invade nuestro organismo, este mes el amor brota por los poros y nos abre la puerta hacia la felicidad que todos anhelamos o cuando menos hacia la esperanza de ser felices, porque para muchos este sentimiento nunca estará completo y es que para que exista amor, para recibirlo, hay que saber darlo, repartirlo, compartirlo con generosa alegría, sin pensar en nada a cambio, sin pensar en el “yo te doy pero te pido a cambio”, porque el amor no es un contrato como el matrimonio, es sólo un sentimiento que guía nuestra espiritualidad hacia mejores escenarios.

Creo que si tienes amor para dar, si tienes una familia, si tienes un trabajo y si tienes salud sobre todo, entonces te puedes considerar una persona realizada, dueña de una riqueza incalculable.

Por supuesto que el quehacer cotidiano pone a prueba día con día, nuestra capacidad para renovar los más nobles sentimientos que hacen posible que tengamos amor para repartir, en un supuesto en el que no hay lugar para el egoísmo, supuesto que no es nuevo, hace 2020 años, un hombre nacido en Jerusalén, vino a decirnos que el amor lo puede todo y que sólo basta que ames a tus semejantes y prevalecerá ese hermoso sentimiento de entrega desinteresada.

Lo anterior puede ser cierto o no, depende totalmente de ti, se viene a mi mente la frase de Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estas en lo correcto”, pero es innegable que tanto la tristeza por el fin de una relación, la desilusión, el abandono, la soledad interminable, el sufrimiento por la pérdida de un ser querido, en fin, todo lo que experimentamos alguna vez y que nos marca para siempre, sólo puede aliviarlo el amor, ya sea expresado en afecto, un gesto amable, una caricia, un acercamiento, un abrazo fuerte, acciones que manifiestan más que mil palabras.

Con el amor en la mano, no cabe duda que la vida es mucho más que sombrías tardes y que todas las dificultades que se nos puedan presentar, el amor emerge salvador, compañero, eternamente amigo.

Decía Octavio Paz, que cuando dos personas se atraen irresistiblemente, es porque alguna vez (ya sea tiempo pasado o presente) fueron tocadas en su interior por ese sentimiento caprichoso e invisible del amor, pero aunque sea paz, sólo estoy parcialmente de acuerdo con él, porque el amor si puede ser caprichoso (porque no a todos toca) pero no es invisible, el amor se nota, se percibe, se advierte a leguas, por eso para mí, una relación amorosa es como un tesoro que se debe de cuidar, alimentándolo para que mañana florezca con más fuerza, el tema es que muchas parejas no saben cómo manejar esta situación tan especial y a la vez tan importante en sus vidas y se les escapa entre las manos la felicidad por falta de confianza o por ignorancia o simplemente por sentirse disparejas en su relación.

Existe una anécdota en la que un día, la totalidad de los malos sentimientos se reunieron en una cueva para determinar qué es lo que hacían ante el amor, porque este sentimiento ya los tenia hartos, no había cosa que el amor no lo pudiera y entonces en aquel día llegaron a la cita el odio, el rencor, los celos, la desconfianza, la envidia, todos esos sentimientos del ser humano que sin querer desvirtúan las buenas acciones que tomamos y en reunión de pleno, decidieron que acabarían con el amor de una vez por todas, así que enviaron primero a los celos, pero a los tres días regresó fracasado, luego enviaron a la desconfianza y luego a la envidia y así uno por uno fueron fracasando, hasta que un sentimiento oscuro, misterioso y desconocido para todos, dijo entre las sombras de la cueva: yo iré y traeré muerto al amor, y al día siguiente regresó con el amor muerto entre sus brazos, lo entregó a los malos sentimientos y les dijo: “misión cumplida” cuando se alejaba los malos sentimientos le preguntaron: “¡¡Oye!! ¿Al menos dinos quién eres?…” ¡Soy la rutina!. Entonces, el exhorto es para que la rutina no permita palidecer a nuestros buenos sentimientos ni en lo personal ni en lo profesional, ni el día de hoy 14 de febrero, ni ningún otro día del resto de nuestra existencia.

14 de febrero, Día del Amor y la Amistad

Es el mes de febrero y aunque no solamente es el mes de Cupido, puesto que nada menos el día de hoy es el aniversario luctuoso de Vicente Guerrero, (día en el que la bandera nacional debe izarse a media asta), en realidad este mes, inyectamos nuestra existencia del valor de la amistad y del amor.

Decía un escritor, físico y pintor argentino, autor de la obra “Sobre héroes y tumbas” misma que fue parcialmente llevada al cine por su hijo Mario en la película “El poder de las tinieblas”, la cual se considera una de las mejores novelas argentinas del siglo XX, que no deberíamos demeritar absolutamente ninguno de nuestros sentimientos por más pequeños que éstos fueran, porque no vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cuando cometemos una injusticia en contra de ellos, calificándolos de indignos o magros, una estrella se apagaba en el firmamento.

Ernesto Sábato, también decía que cada minuto, cada segundo, cada fragmento de nuestros días, estaba tocado por la luz divina de nuestro destino y que no importaba a donde fuéramos o de donde regresáramos, todo estaba escrito en nuestras hojas de vida.

Personalmente coincido y acaso quizá sea por ello, que considero que incluso nuestro caminar y las personas a nuestro alrededor, son seres que tienen algo que enseñarnos, bueno o malo, pero la enseñanza es el fin de nuestra meta, de nuestra existencia, ya sea por la vía del amor, de la amistad, de la profesión, de la pérdida, del fracaso o cualquier otra, siempre podemos aprender algo a cada segundo que transcurre.

No obstante, es a través del amor que aprendemos mucho más rápido, tal y como si fuera un acto de magia, el rostro se ilumina, las ideas fluyen, la energía invade nuestro organismo, este mes el amor brota por los poros y nos abre la puerta hacia la felicidad que todos anhelamos o cuando menos hacia la esperanza de ser felices, porque para muchos este sentimiento nunca estará completo y es que para que exista amor, para recibirlo, hay que saber darlo, repartirlo, compartirlo con generosa alegría, sin pensar en nada a cambio, sin pensar en el “yo te doy pero te pido a cambio”, porque el amor no es un contrato como el matrimonio, es sólo un sentimiento que guía nuestra espiritualidad hacia mejores escenarios.

Creo que si tienes amor para dar, si tienes una familia, si tienes un trabajo y si tienes salud sobre todo, entonces te puedes considerar una persona realizada, dueña de una riqueza incalculable.

Por supuesto que el quehacer cotidiano pone a prueba día con día, nuestra capacidad para renovar los más nobles sentimientos que hacen posible que tengamos amor para repartir, en un supuesto en el que no hay lugar para el egoísmo, supuesto que no es nuevo, hace 2020 años, un hombre nacido en Jerusalén, vino a decirnos que el amor lo puede todo y que sólo basta que ames a tus semejantes y prevalecerá ese hermoso sentimiento de entrega desinteresada.

Lo anterior puede ser cierto o no, depende totalmente de ti, se viene a mi mente la frase de Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estas en lo correcto”, pero es innegable que tanto la tristeza por el fin de una relación, la desilusión, el abandono, la soledad interminable, el sufrimiento por la pérdida de un ser querido, en fin, todo lo que experimentamos alguna vez y que nos marca para siempre, sólo puede aliviarlo el amor, ya sea expresado en afecto, un gesto amable, una caricia, un acercamiento, un abrazo fuerte, acciones que manifiestan más que mil palabras.

Con el amor en la mano, no cabe duda que la vida es mucho más que sombrías tardes y que todas las dificultades que se nos puedan presentar, el amor emerge salvador, compañero, eternamente amigo.

Decía Octavio Paz, que cuando dos personas se atraen irresistiblemente, es porque alguna vez (ya sea tiempo pasado o presente) fueron tocadas en su interior por ese sentimiento caprichoso e invisible del amor, pero aunque sea paz, sólo estoy parcialmente de acuerdo con él, porque el amor si puede ser caprichoso (porque no a todos toca) pero no es invisible, el amor se nota, se percibe, se advierte a leguas, por eso para mí, una relación amorosa es como un tesoro que se debe de cuidar, alimentándolo para que mañana florezca con más fuerza, el tema es que muchas parejas no saben cómo manejar esta situación tan especial y a la vez tan importante en sus vidas y se les escapa entre las manos la felicidad por falta de confianza o por ignorancia o simplemente por sentirse disparejas en su relación.

Existe una anécdota en la que un día, la totalidad de los malos sentimientos se reunieron en una cueva para determinar qué es lo que hacían ante el amor, porque este sentimiento ya los tenia hartos, no había cosa que el amor no lo pudiera y entonces en aquel día llegaron a la cita el odio, el rencor, los celos, la desconfianza, la envidia, todos esos sentimientos del ser humano que sin querer desvirtúan las buenas acciones que tomamos y en reunión de pleno, decidieron que acabarían con el amor de una vez por todas, así que enviaron primero a los celos, pero a los tres días regresó fracasado, luego enviaron a la desconfianza y luego a la envidia y así uno por uno fueron fracasando, hasta que un sentimiento oscuro, misterioso y desconocido para todos, dijo entre las sombras de la cueva: yo iré y traeré muerto al amor, y al día siguiente regresó con el amor muerto entre sus brazos, lo entregó a los malos sentimientos y les dijo: “misión cumplida” cuando se alejaba los malos sentimientos le preguntaron: “¡¡Oye!! ¿Al menos dinos quién eres?…” ¡Soy la rutina!. Entonces, el exhorto es para que la rutina no permita palidecer a nuestros buenos sentimientos ni en lo personal ni en lo profesional, ni el día de hoy 14 de febrero, ni ningún otro día del resto de nuestra existencia.

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