/ viernes 3 de abril de 2020

Temas de la república

Un millón de infectados: El virus en retrospectiva

Esta semana que ya culmina, el mundo rebasó el primer millón de contagios en todo el mundo y aunque en algunos países ya está en su clímax la curva de contagio, en otros parece no tener fin el túnel de la pandemia, como en los Estados Unidos, país que ya rebasó a China en el número de contagios y diariamente se dispara el número de personas que pierden la vida a causa de este virus.

Apenas el 26 de febrero anterior, en Estados Unidos llegaban a 60 casos confirmados y en menos de 40 días, ya tienen 260,000 infectados, mientras que en México se reconocen 60 fallecidos, aunque oficialmente ayer jueves (que pasará a la historia como el día que la pandemia rebasó el millón de contagiados en todo el mundo) en México había 1384 casos reconocidos como coronavirus, aquí habría que sumar los casos de las sospechosas muertes por neumonía atípica incierta o “complicada” que se han estado registrando en los hospitales de todo el país.

En retrospectiva, no pocos han criticado el actuar y la tardía reacción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en este tema, empero, si nos ponemos a analizar con detenimiento ambos obedecen a dos factores: El primero, es decir el actuar, ha sido una burda réplica del actuar del presidente de los Estados Unidos frente al tema, el cual, de inicio aseguró que no pasaba nada, (lo mismo que hizo López Obrador), luego, el 29 de febrero pasado, Trump acusó a los demócratas de querer asustar a los mercados financieros para afectar su campaña, aquí en México, AMLO hizo lo mismo y acusó a los conservadores y a todos sus adversarios de fraguar estrategias para causar pánico en la población, para desestabilizar a su gobierno, mientras exhortaba a la población a seguir saliendo y besándose y abrazándose.

Para principios de marzo, el número de contagios se aceleraba y la presión hacia Trump se incrementó, fue entonces cuando suspendió los vuelos directos desde los Estados Unidos a China y viceversa, cosa que inexplicablemente aún no sucede en México, (eso sí lo debió de haber imitado México y no lo hizo), de hecho nunca se han cerrado las fronteras mexicanas, ni siquiera para los países con mayor número de contagios, como Italia, España, Francia, Alemania, Irán o incluso Reino Unido, en donde curiosamente el primer ministro de aquel país, también aseguraba que no pasaba nada y que él seguiría con su agenda normalmente, sólo para que tres días después a través de un video en twitter, anunciara haber dado positivo en COVID-19, tal y como el 10% de los gobernadores populistas de México han hecho y se han contagiado,

En este punto, cómo no mencionar al anencefálico de Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, que se atrevió a declarar que el Covid-19 sólo les daba a los ricos, “a nosotros los pobres no nos da porque somos inmunes”, como si los más 80 mil muertos en Italia o los más de 48 mil en España, hubieran sido “adinerados” (como les llamó él).

En realidad, no hay, no existe evidencia científica que sugiera que el virus afecte a las personas de manera diferente debido a su estado económico, una declaración no solamente irresponsable sino estúpida. Los comentarios de este gober precioso, provocaron un alboroto en las redes sociales a nivel mundial, y muchos cuestionaron por qué un funcionario del gobierno difundiría información incierta con base en que muchos de los que contrajeron el virus habían viajado recientemente, lo que sugiere un supuesto vínculo entre riqueza y viajes, sólo porque de los 1384 casos confirmados de México hasta el momento, alrededor del 65% estaban conectados a viajes, (según los datos de la Secretaría federal de Salud).

Hasta ayer por la tarde, 44 personas habían dado positivo por el virus en Puebla, pero sólo 4 de ellas con posibilidades económicas, no obstante, la sintomatología es la misma que la del resto de las demás personas contagiadas, simple y sencillamente porque al virus no le importa si eres rico o eres pobre.

Una declaración mesiánica la del señor Barbosa (gober de Puebla), a la altura de nuestro presidente de la República, cuando AMLO dijo que con una estampita de la Virgen y un trébol de cuatro hojas, los mexicanos eran inmunes a este virus, cuando la realidad es que al día de hoy, 60 personas ya perdieron la vida y 1384 más luchan por sobrevivir frente al coronavirus en México y habrá más, muchos más, porque tenemos miles de kilómetros de frontera con el nuevo epicentro mundial de la pandemia, Estados Unidos, en donde hasta ayer se registraban 260 mil casos y 5,800 personas fallecidas.

Atónito ante la velocidad de contagio, hacia la primer semana de marzo, Trump dejó el discurso soberbio ante la propagación del virus para adoptar uno mucho más sobrio, cerrando sus fronteras a todos los vuelos procedentes de Europa, mientras aquí en México, López Obrador apenas y reconoció que el Covid-19 había afectado a los mercados nacionales y extranjeros, pero no cerró las fronteras y él seguía mordiendo niñas en sus actos proselitistas, saludando a toda la gente y abrazando viejitas, con un ejemplo irresponsable ante la inminente llegada a México de la epidemia.

El 13 de marzo, Estados Unidos declaró emergencia nacional, seis días después cerró frontera con Canadá y con México, cuando debería ser al revés, es decir, México debió de haber tomado esa misma medida, al ver la expansión de los contagios en Estados Unidos, pero al momento en que usted está leyendo esto, la frontera con Estados Unidos sigue abierta, es decir, si un gringo quiere venir a México puede hacerlo! ¿Por qué? No lo sé, quizá sea porque el secretario de Relaciones Exteriores anda en las mañaneras del presidente López Obrador, contestando preguntas que no le corresponden, ante la ineptitud y la parálisis de un gobierno incapaz de responder ante un reto como este.

Es cierto, desde el 16 de marzo se suspendieron las clases en el Sistema Educativo Nacional, pero no fue sino hasta el 23 (después de que Estados Unidos hiciera lo propio), que el gobierno federal finalmente presentó las medidas preventivas indispensables para evitar la propagación del virus en México, esta semana Trump amplió el período para controlar la propagación del virus, hasta el 30 de abril, López Obrador acaba de hacer lo mismo en México, es decir, México ha actuado por reacción y no por acción, López Obrador ha actuado como si fuera un mico de Trump, haciendo todo lo que Estados Unidos decide hacer en su territorio, el problema es que Estados Unidos actualmente está convertido en el epicentro mundial de esta enfermedad, lo que no nos genera un buen pronóstico para México, sobre todo si hicimos todo lo que los gringos hicieron, sólo que días después.

Hemos escuchado a los adversarios de López Obrador decir que en México, no hay un solo funcionario de nivel gabinete legal (no ampliado), que sepa realmente lo que está haciendo o que cuente con la confianza para tomar las mejores decisiones, pero ¿sabe porque?, simple y sencillamente porque así buscó López Obrador que fuera su gabinete, gris, mediocre, incapaz, ausente e ineficiente, para ser el único que brillara frente a las cámaras de televisión en las mañaneras, para ser el único vocero de su propio gobierno y para ser un presidente todólogo, dictador, en donde nadie –absolutamente nadie– se atreviera a sugerirle mucho menos a corregirlo, el problema es que jamás pensó enfrentar una pandemia que dejará cientos o quizás miles de muertos en nuestro país, porque si en Estados Unidos con grandes hospitales y tecnología médica de punta, tuvieron que hacer casas de campaña en el Central Park para esperar a que los contagiados murieran y ya van cerca de 5,800 fallecidos, no quiero ser testigo de lo que pasará aquí en México, cuando reviente la burbuja de contagios y salga la pus del virus, a ver si no sale nuestro presidente con que nos tomemos un traguito de gel antibacterial y con eso se nos quita.

Feliz fin de semana para usted y los suyos. #MeQuedoEnCasa leyendo El Sol de Durango.

Un millón de infectados: El virus en retrospectiva

Esta semana que ya culmina, el mundo rebasó el primer millón de contagios en todo el mundo y aunque en algunos países ya está en su clímax la curva de contagio, en otros parece no tener fin el túnel de la pandemia, como en los Estados Unidos, país que ya rebasó a China en el número de contagios y diariamente se dispara el número de personas que pierden la vida a causa de este virus.

Apenas el 26 de febrero anterior, en Estados Unidos llegaban a 60 casos confirmados y en menos de 40 días, ya tienen 260,000 infectados, mientras que en México se reconocen 60 fallecidos, aunque oficialmente ayer jueves (que pasará a la historia como el día que la pandemia rebasó el millón de contagiados en todo el mundo) en México había 1384 casos reconocidos como coronavirus, aquí habría que sumar los casos de las sospechosas muertes por neumonía atípica incierta o “complicada” que se han estado registrando en los hospitales de todo el país.

En retrospectiva, no pocos han criticado el actuar y la tardía reacción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en este tema, empero, si nos ponemos a analizar con detenimiento ambos obedecen a dos factores: El primero, es decir el actuar, ha sido una burda réplica del actuar del presidente de los Estados Unidos frente al tema, el cual, de inicio aseguró que no pasaba nada, (lo mismo que hizo López Obrador), luego, el 29 de febrero pasado, Trump acusó a los demócratas de querer asustar a los mercados financieros para afectar su campaña, aquí en México, AMLO hizo lo mismo y acusó a los conservadores y a todos sus adversarios de fraguar estrategias para causar pánico en la población, para desestabilizar a su gobierno, mientras exhortaba a la población a seguir saliendo y besándose y abrazándose.

Para principios de marzo, el número de contagios se aceleraba y la presión hacia Trump se incrementó, fue entonces cuando suspendió los vuelos directos desde los Estados Unidos a China y viceversa, cosa que inexplicablemente aún no sucede en México, (eso sí lo debió de haber imitado México y no lo hizo), de hecho nunca se han cerrado las fronteras mexicanas, ni siquiera para los países con mayor número de contagios, como Italia, España, Francia, Alemania, Irán o incluso Reino Unido, en donde curiosamente el primer ministro de aquel país, también aseguraba que no pasaba nada y que él seguiría con su agenda normalmente, sólo para que tres días después a través de un video en twitter, anunciara haber dado positivo en COVID-19, tal y como el 10% de los gobernadores populistas de México han hecho y se han contagiado,

En este punto, cómo no mencionar al anencefálico de Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, que se atrevió a declarar que el Covid-19 sólo les daba a los ricos, “a nosotros los pobres no nos da porque somos inmunes”, como si los más 80 mil muertos en Italia o los más de 48 mil en España, hubieran sido “adinerados” (como les llamó él).

En realidad, no hay, no existe evidencia científica que sugiera que el virus afecte a las personas de manera diferente debido a su estado económico, una declaración no solamente irresponsable sino estúpida. Los comentarios de este gober precioso, provocaron un alboroto en las redes sociales a nivel mundial, y muchos cuestionaron por qué un funcionario del gobierno difundiría información incierta con base en que muchos de los que contrajeron el virus habían viajado recientemente, lo que sugiere un supuesto vínculo entre riqueza y viajes, sólo porque de los 1384 casos confirmados de México hasta el momento, alrededor del 65% estaban conectados a viajes, (según los datos de la Secretaría federal de Salud).

Hasta ayer por la tarde, 44 personas habían dado positivo por el virus en Puebla, pero sólo 4 de ellas con posibilidades económicas, no obstante, la sintomatología es la misma que la del resto de las demás personas contagiadas, simple y sencillamente porque al virus no le importa si eres rico o eres pobre.

Una declaración mesiánica la del señor Barbosa (gober de Puebla), a la altura de nuestro presidente de la República, cuando AMLO dijo que con una estampita de la Virgen y un trébol de cuatro hojas, los mexicanos eran inmunes a este virus, cuando la realidad es que al día de hoy, 60 personas ya perdieron la vida y 1384 más luchan por sobrevivir frente al coronavirus en México y habrá más, muchos más, porque tenemos miles de kilómetros de frontera con el nuevo epicentro mundial de la pandemia, Estados Unidos, en donde hasta ayer se registraban 260 mil casos y 5,800 personas fallecidas.

Atónito ante la velocidad de contagio, hacia la primer semana de marzo, Trump dejó el discurso soberbio ante la propagación del virus para adoptar uno mucho más sobrio, cerrando sus fronteras a todos los vuelos procedentes de Europa, mientras aquí en México, López Obrador apenas y reconoció que el Covid-19 había afectado a los mercados nacionales y extranjeros, pero no cerró las fronteras y él seguía mordiendo niñas en sus actos proselitistas, saludando a toda la gente y abrazando viejitas, con un ejemplo irresponsable ante la inminente llegada a México de la epidemia.

El 13 de marzo, Estados Unidos declaró emergencia nacional, seis días después cerró frontera con Canadá y con México, cuando debería ser al revés, es decir, México debió de haber tomado esa misma medida, al ver la expansión de los contagios en Estados Unidos, pero al momento en que usted está leyendo esto, la frontera con Estados Unidos sigue abierta, es decir, si un gringo quiere venir a México puede hacerlo! ¿Por qué? No lo sé, quizá sea porque el secretario de Relaciones Exteriores anda en las mañaneras del presidente López Obrador, contestando preguntas que no le corresponden, ante la ineptitud y la parálisis de un gobierno incapaz de responder ante un reto como este.

Es cierto, desde el 16 de marzo se suspendieron las clases en el Sistema Educativo Nacional, pero no fue sino hasta el 23 (después de que Estados Unidos hiciera lo propio), que el gobierno federal finalmente presentó las medidas preventivas indispensables para evitar la propagación del virus en México, esta semana Trump amplió el período para controlar la propagación del virus, hasta el 30 de abril, López Obrador acaba de hacer lo mismo en México, es decir, México ha actuado por reacción y no por acción, López Obrador ha actuado como si fuera un mico de Trump, haciendo todo lo que Estados Unidos decide hacer en su territorio, el problema es que Estados Unidos actualmente está convertido en el epicentro mundial de esta enfermedad, lo que no nos genera un buen pronóstico para México, sobre todo si hicimos todo lo que los gringos hicieron, sólo que días después.

Hemos escuchado a los adversarios de López Obrador decir que en México, no hay un solo funcionario de nivel gabinete legal (no ampliado), que sepa realmente lo que está haciendo o que cuente con la confianza para tomar las mejores decisiones, pero ¿sabe porque?, simple y sencillamente porque así buscó López Obrador que fuera su gabinete, gris, mediocre, incapaz, ausente e ineficiente, para ser el único que brillara frente a las cámaras de televisión en las mañaneras, para ser el único vocero de su propio gobierno y para ser un presidente todólogo, dictador, en donde nadie –absolutamente nadie– se atreviera a sugerirle mucho menos a corregirlo, el problema es que jamás pensó enfrentar una pandemia que dejará cientos o quizás miles de muertos en nuestro país, porque si en Estados Unidos con grandes hospitales y tecnología médica de punta, tuvieron que hacer casas de campaña en el Central Park para esperar a que los contagiados murieran y ya van cerca de 5,800 fallecidos, no quiero ser testigo de lo que pasará aquí en México, cuando reviente la burbuja de contagios y salga la pus del virus, a ver si no sale nuestro presidente con que nos tomemos un traguito de gel antibacterial y con eso se nos quita.

Feliz fin de semana para usted y los suyos. #MeQuedoEnCasa leyendo El Sol de Durango.

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