El caos como nueva normalidad
El crecimiento económico de México (como el de cualquier país) se mide a través del
Producto Interno Bruto (PIB), dicho crecimiento, ha presentado altas y bajas, acorde a la
toma de decisiones acertada o inadecuada de cada gobierno.
Con Carlos Salinas de Gortari –por ponerle un ejemplo– el crecimiento del PIB alcanzó un
máximo histórico que fue bautizado por economistas y líderes mundiales como “el milagro
mexicano”, fue un sexenio de bonanza, había crédito para viviendas, la gente ganaba bien y
tenía dinero en el banco, la delincuencia organizada aún temía al gobierno, así que no se
pasaba de la raya, se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) y México era respetado a
nivel mundial.
Luego vino Zedillo y su animadversión contra Salinas, terminó por provocar una crisis
económica de magnitudes sísmicas, sin importarle las consecuencias, hizo todo,
absolutamente todo lo que estuvo a su alcance, para desprestigiar los logros de la anterior
administración de gobierno, incluso pactó con Estados Unidos, la tumba política del PRI,
entregándole a Vicente Fox, quien asustado por la entrega–recepción de su antecesor y el
desastre económico que se había convocado, creó económico para prevenir tempestades
financieras, desastres naturales y hasta pandemias, al que denominó: Fondo de
Estabilización del Gobierno Federal.
Fox se corrompió y traicionó casi todo lo que había prometido en campaña, pero nunca
nadie tocó los recursos de este Fondo, ni siquiera Martita Sahagún o sus hijos y cuando
terminó el sexenio, lo entregó completito a Felipe Calderón, 187 mil millones de dólares,
los cuales ni siquiera con la falta de recursos económicos para combatir al narco, se le
ocurrió tocar ese Fondo a Calderón, por el contrario, lo aumentó a 200 mil y se lo entregó a
Enrique Peña Nieto, quien sabedor de la importancia de estos “guardaditos” para cualquier
gobierno, ordenó aumentarlo a 300 mil millones de dólares y con todo y sus negocios,
jamás comprometió los recursos de este Fondo, pensando en un terremoto, una tormenta
económica, un devastador huracán o cualquier cosa como una lejana pandemia.
Hoy este Fondo ya no existe, al llegar nuestro actual presidente de la República y al
preguntar que para que era esa Fondo, sus funcionarios le informaron que era para atender
cualquier contingencia que pusiera en riesgo a México como país o a sus habitantes… no lo
pensó dos veces, ordenó mutilarlo a la mitad y creó las becas universales para ninis,
aumentó la de los adultos mayores y comenzó a regalar dinero de ese fondo, hasta para
países extranjeros, el 21 de junio de 2019, con mucho orgullo, el flamante canciller, el
secretario de Relaciones Exteriores, (quien durante su gestión como jefe de Gobierno de la
Ciudad de México, tomó nada más y nada menos que 17 mil millones de pesos, que estaban
destinados para la construcción de una línea del metro) anunció complacido que el
Gobierno Federal “invertiría” 100 millones de dólares en Centroamérica como parte del
Plan de Desarrollo para Centroamérica, luego de un encuentro con el presidente de El
Salvador, Nayib Bukele, se dio la “gran noticia” e inició el programa de cooperación “más
grande” que México hubiera hecho con Centroamérica, así se anunció.
Se regalaron 100 millones de dólares de los bolsillos de los contribuyentes mexicanos, para
implementar el programa 'Sembrando Vida', o un programa muy parecido, en El Salvador y
después en Guatemala y Honduras" claro que como todo en este gobierno, la aplicación de
estos recursos fue opaca, turbia, maltrecha, parca y sospechosa, nunca se supo si en realidad
llegaron esos recursos allá o se los robaron aquí, a fin de cuentas, el gobierno de El
Salvador, no estaba en condiciones de decir nada si llegaban 10 millones en lugar de 100
millones de dólares.
Fue el propio Marcelo Ebrard, quien anunció que los recursos se habrían de tomar del
Fondo creado para la atención de contingencias y cuando se le preguntó qué pasaría si
sucedía un terremoto o una pandemia, el flamante secretario de la 4T, dijo que “México
estaba preparado para cualquier eventualidad”.
Hoy vemos que tan preparado estaba el gobierno de López Obrador para la pandemia, a tres
meses, aún siguen protestando los médicos y las enfermeras por la falta de insumos básicos
para atender a los enfermos de Covid–19 y combatir su propagación, pero andaban
regalando dinero a Centroamérica y bueno olvídese usted de los insumos que hubiera
comprado con el dinero que supuestamente le entregó a los ninis (porque yo no conozco
ninguno que haya recibido esa famosa beca) ¿Cuántos cubre–bocas, batas y caretas
profesionales cree usted que el gobierno hubiera comprado con esos 100 millones de
dólares que López Obrador le regaló a El Salvador?.
Pero voy mas allá, ¿Cuántos cubre–bocas, batas profesionales, guantes y caretas,
hubiéramos comprado con las millonarias y estratosféricas indemnizaciones que el
gobierno de López Obrador tuvo que pagar a los inversionistas por cancelar el nuevo
aeropuerto de la Ciudad de México? ¿Cuántos recursos podríamos invertir con las
millonarias y estratosféricas indemnizaciones que el gobierno federal tendrá que pagar a
todos los inversionistas en energías limpias en nuestra patria para que retiren sus
generadores y sus paneles solares?
¿Cuántas camas y cubre–bocas, batas, guantes, googles y caretas podríamos comprar con la
indemnización que tendremos que pagar de nuestros bolsillos los mexicanos por la
cancelación de la planta de Constellation Brands en Mexicali, Baja California?, 1,400
millones de dólares –de entrada– que habían invertido, más las multas por el
incumplimiento del contrato legal.
Como opositor al gobierno, López Obrador nunca se cansó de decir que si se combatía la
corrupción, alcanzaría el presupuesto para todo… hoy México está en la quiebra, gracias al
estúpido manejo financiero de la “Cuarta Transformación”, sumido en una severa recesión
económica que liga cuatro trimestres en decadencia, algo que resulta fosforescente, sobre
todo si tomamos en cuenta que México (antes de López Obrador) había ligado con tres
diferentes gobiernos de distintos Partidos Políticos (PAN y PRI) 37 trimestres con
crecimiento económico, entre 1.2 y 4.4 % del PIB.
Esta semana que ya culmina se anunció por parte del Banco de México, que nuestro país
liga su cuarto trimestre con crecimiento negativo y que no se diga que es por la pandemia,
porque la medición aún no incluye la parálisis del confinamiento social, es decir, aún ni
siquiera se miden las externalidades de la pandemia, a lo que hay que sumarle, la crisis de
seguridad pública que se sufre en casi todo el territorio nacional (imparable) y también los
8 empleos que se pierden por minuto, pero lo bueno es que ya nuestro líder, nuestro
flamante presidente ya anunció que regresará a sus giras por los pueblos para darle ánimo a
la gente, nunca lleva un solo peso para resolver las necesidades que le plantean, pero eso sí,
no perdona que no le pongan su collar de flores.
No crea que soy pesimista, pero calculo que algunos municipios y hasta algunos estados, la
pensarán dos veces para recibir a un presidente inútil que vive en su propio mundo, que se
burla de la tragedia mexicana y que parece que no entiende la complejidad de la realidad
que se viene en México. Feliz regreso a la “Nueva Normalidad” en la que todos los
mexicanos estamos jodidos, excepto los nuevos empresarios, los jijos del presidente y sus
socios los jijos de Bartlett, quienes han hecho su agosto de la pandemia en México.