México: Entre la pandemia, la violencia y la crisis económica
Esta semana que ya culmina, no fue cualquier semana para México, el pasado lunes 20 de abril se convirtió en el día más violento, no solamente de lo que va del brillante sexenio de Andrés Manuel López Obrador, sino en el más violento de los últimos 50 años.
Durante 2019 se registraron cerca de 24 mil muertes relacionadas con la violencia en nuestro país y esto por supuesto incluye los feminicidios, por los cuales, México es uno de los países más peligrosos para las mujeres y no hablo de Latinoamérica, tampoco del Continente Americano, hablo del mundo.
Hace un año, el 12 de abril de 2019 para ser más exacto, durante la conferencia presidencial matutina, gracias a la cual ya vomitamos el término “mañanera”, el periodista internacional Jorge Ramos cuestionó a AMLO sobre el incremento de la violencia en el país, “Señor presidente: Durante sus primeros tres meses asesinaron a 8,924 mexicanos. Si continúan las cifras igual, 2019 va a ser el año más sangriento y violento en la historia moderna de México”, expuso el periodista citando cifras oficiales
Por supuesto que nuestro flamante presidente contestó que él tenía otros datos y fue cuando comenzó con sus ya muy famosas frases como la de “abrazos, no balazos” a la delincuencia hay que decirle “Fuchi-guácala” y otras que ya me da flojera citarle en este espacio, como la ocurrencia de decir que si se seguía portando mal la delincuencia, personalmente le iba a decir a sus “madrecitas” para que los castigaran (a los delincuentes) y hasta después entendí ¡que sí lo había dicho en serio!, cuando fue hasta Badiraguato (Sinaloa) a hablar con la abuelita de Ovidio Guzmán López, madre de “El Chapo” Guzmán.
Todo parecía indicar que Jorge Ramos tenía razón, se veía a 2019 como al año más violento de la historia moderna del país, ¿qué le gusta? ¿50 años? Pero el periodista se equivocó aquella mañana, 2020 ya rompió el record de violencia, en donde -de acuerdo con las cifras oficiales- el estado de Guanajuato se mantiene como el estado más violento del país con 947 asesinatos cometidos en el primer trimestre de este año (90 días), con 11 asesinatos por día, seguido de cerca por el Estado de México, Jalisco, Baja California, Chihuahua y Guerrero.
Hace un año (abril 2019), el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) calificó al primer trimestre de 2019 como el más violento en la historia moderna del país, de acuerdo con el Secretariado, se registraron 8,493 fallecidos víctimas de la violencia, pero el presidente de la República tenía “otros datos”.
Un año después (lunes 20 de abril de 2020), se declara como el más violento de la historia moderna de México (105 muertes violentas), eso te lleva a dos preguntas obligadas: ¿Se hizo algo desde el gobierno para combatir estas cifras? Y la otra: ¿Seguiremos rompiendo records en materia de violencia?, porque es el único rubro en donde la 4T ha roto records.
Esta misma semana, se decretó la fase 3 de la pandemia en nuestro país, la estadística de contagios se ha disparado y no puedo dejar de preocuparme por nuestro endeble sistema de salud, póngase usted a pensar, si hubo una crisis con la escasez de medicamentos para niños con cáncer, ¿qué podemos esperar de los miles y miles de contagiados que gritarán por ayuda para salvar su vida?
Estados Unidos es el centro de la pandemia mundial del coronavirus, pero se siguen dejando entrar a “paisas” con un billete de 100 dólares, no importa que vengan infectados, aquí les hacemos su fiesta de bienvenida.
En medio de la sesentena y de la fase tres de la pandemia se asoma una brutal crisis económica, que no solamente se reflejará en usted o en mí o en cualquier pariente que pague sus impuestos y haga sus declaraciones ante Hacienda, sino en las bandas de delincuentes, que ya –de entrada– están viendo mermadas sus ganancias con el nulo pago de piso de los miles y miles de negocios cerrados, con la ausencia de extorsiones telefónicas porque las familias están metidas en sus casas y con todo lo que ya usted sabe de esta pandemia, por supuesto que los delincuentes buscarán otros ingresos, así que debemos comprar desde ya una estampita y un buscar un trébol de cuatro hojas para decirles a los delincuentes que van a andar arañando las paredes “Fuchi–guácala”, porque ya ni aquello de “abrazos, no balazos” vamos a poder aplicarles con esto del coronavirus. Feliz fin de semana para usted y los suyos.
