De mano le ganó Licha García al alcalde Jorge Salum, al afiliar su sindicato de trabajadores municipales a una organización nacional emergente que en Durango enarbola Cristian Salazar y que necesitan hacer presencia ante el mundo obrero y ante la sociedad en general, en la tarea en que se ha empeñado de quitarle miembros a otros sindicatos.
Todo mundo dice que la dirigente sindical no puede ser bien vista por el presidente Salum e incluso se esperaba, se buscaba algún pretexto para destituirla.
Pero visto lo que ocurre, quien formó un sindicato con ganas de enfrentársele, no le supo ni a melón.
Disculpe la insistencia doctor, pero ¿cuándo va a tener comunicólogo?
Ominoso presagio: una encuestadora de prestigio nacional, nos augura 40 años mínimo más de pobreza.
Yo no los espero, mejor me muero.
A Valente Palomares, director de Desarrollo Rural, le reiteramos que los priistas, los petistas y los de Movimiento Ciudadano lo traen en la mira, porque anda haciendo proselitismo a favor del PAN para la renovación de las juntas municipales.
El mejor negocio en este momento -hágame usted el favor- son las chaquetas, casi todo el mundo ha cambiado ya, y el partido de moda, Morena, es el que más cambios ha recibido.
Así paga el diablo.
Pues Manuel Espino ha probado que en su tierra, cuando menos, no es una monedita de oro, una inmensa mayoría de durangueños están contra su nombramiento como superdelegado.
Lo mismo están los de izquierda que los de derecha, los del centro, los de más aquí y los de más allá.
Pues por más lucha que le hacen, la CTM sigue firme ante los embates de la Catem, cuyo único entorchado hasta ahora es el sindicato de Licha García.
Porque con los trabajadores municipales de Lerdo se dio una estrellada.
Este es el año del trasplante, pero no se ha dado todavía el trasplante del cerebro y además dudamos mucho que alguien quiera el trasplante de un político.
Los políticos son astutos y para la astucia hace falta el cerebro, pero lo tienen muy dañado.