El presidente López Obrador se deshace en elogios para el gobernador Pepe Aispuro, que muy honesto, muy visionario, muy popular, muy enjundioso.
Pues sí, pero según decía el desaparecido Ricardo Castillo Peralta, quien fuera delegado del PRI en Durango, amistad que no se refleja en la nómina es demagogia y todos los atributos que compartimos del Gobernador, no se reflejan en un incremento en los apoyos federales.
Y a propósito, los cetemistas deben convivir en esta semana en el tradicional saludo de año nuevo con el Gobernador.
Y le adelantamos que le aprovecharán el desayuno para pedirle las cabezas de Israel Soto Peña, el secretario estatal del Trabajo y de Marcela Quiñones, la presidenta de la Junta de Conciliación y Arbitraje.
A estos funcionarios la CTM los declaró sus enemigos en el Pleno del pasado lunes porque dice Pacheco, el líder, que sínicamente están auspiciando sindicatos que se adhieran a la CATEM con tal de restarle adeptos a la CTM.
Dicen, si alguien consigue 21 elementos y los va a registrar como sindicato, la aceptación es inmediata, sin checar si de verdad existen estos elementos, si de verdad hay anuencia para sindicalizarlos.
Y en cambio, a todos los trámites que presentan los sindicatos cetemistas le ponen obstáculos.
Difícil situación la del Gobernador, porque ni es de Morena el partido de la CATEM, ni es del PRI el partido de la CTM.
Es panista y el PAN no tiene sindicatos, le deseamos que salga airoso, doctor.
Cuando el diputado Pepe Rocha y a propósito de su postura, le preguntaron al dirigente cenecista Pedro Silerio, ¿tú tiene parientes en la nómina?
Contestó: ni si quiera tengo nómina.
Y es que no es un secreto, la central campesina está trabajando con las puras uñas y sus dirigentes no tienen percepciones.
Hemos dicho que en toda enumeración hay omisiones, y en el caso de los brillantes de Cuencamé, se nos pasó anotar a dos valores hijos de esa tierra de los generales:
Jaime Favela Martínez, destacado pelotero que cuando fue mánager de Aguascalientes con el pitcher “El Ejote” Piña, obtuvo el juego perfecto y por 3 años fue mánager de la desparecida novena Alacranes de Durango.
Fu presidente municipal de su tierra y luego profesor de educación física.
Y el otro, Lorenzo Hernández Martínez, un cantante con 50 años de trayectoria y con renombre dentro y fuera del país.
Mejor conocido como Lorenzo de Monteclaro.