Conste que lo decimos antes que nadie: la cuarentena terminará la próxima semana.
Como no hay feria, no habrá feria.
¿Pa' 'onde lleva a ese buey?
¿Cuál buey, es vaca?
Pos' le pregunto a la vaca.
Lo repetimos, la cuarentena terminará la próxima semana… santa.
Casi sólo elogios escuchamos en Lerdo para su presidente Homero Martínez. Hasta ahora todo lo ha hecho bien, y de seguir así, es potencial gallo para el tercer distrito el año próximo.
Por asociación de ideas, el Instituto Tecnológico de Lerdo cumple 25 años.
Su primer director fue Héctor Arreola Soria y su principal impulsor, el entonces presidente del PRI, Juan Manuel Montellano Prieto.
Otro político de Poanas que ha trascendido, es Jaime Fernández Saracho.
Originario de Cieneguilla (de Los Hernández de Cieneguilla), es profesor por la Escuela Normal Superior, fue catedrático de la Secundaria Técnica No. 1 y ocupó algún cargo en la CNOP Estatal.
Ahí se relacionó con Leodegario Soto Cesaretti, (de feliz memoria) que lo impulsó para ser regidor del Ayuntamiento de Durango, en la administración de Jorge Clemente Mojica.
Éste, Mojica, lo tenía proyectado para el interinato, cuando solicitó licencia para ser diputado local, pero el gobernador Ramírez Gamero tenía otros planes y el interino fue Patricio Ramírez.
No obstante el mentor de Cieneguilla, es político nato: decía Maximiliano Silerio que los deportistas, los artistas, los políticos y los zendejos, nacen. No se hacen.
Después de ser regidor fue diputado local y no fue del montón.
Hizo gente para ser diputado federal y también lució en el Congreso de la Unión.
Como todo buen político, trascendió los sexenios de Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio, Guerrero Mier, Ismael Hernández y Jorge Herrera Caldera.
Con este último fue secretario general de Gobierno, pidió licencia para ser otra vez diputado local, pero esto fue en el 2018, cuando el PRI se fue hasta la última fuerza del país y obviamente el orgullo de Cieneguilla se fue entre las espuelas de López Obrador.
Precavido, se hizo de dos autobuses turísticos y de un lavado de carros, que son los que ahora le dan de comer.