La mayoría de los que han sido gobernadores de Durango provienen de familia pobre y su carrera fue azarosa. Sufrieron privaciones y batallaron mucho para llegar.
Han descendido de familia pudiente solamente Enrique Torres Sánchez, que hizo estudios de Derecho en la UNAM y en donde fue condiscípulo de Miguel Alemán, que al ser presidente lo hizo gobernador.
Francisco González de la Vega e Iriarte también descendía de familia medianamente acomodada y se pagó sus estudios en la UNAM, donde llegó a alcanzar el doctorado en Derecho, para convertirse en uno de los abogados más preparados de su época.
González de la Vega fue jurista, académico y político y está colocado entre uno de los mejores gobernadores de Durango.
Otro rico fue Alejandro Páez Urquidi, originario de Gómez Palacio, a quien su familia le costeó una ingeniería en una universidad extranjera.
Éste, tiene como característica, de que al ser destacado candidato sólo lo conocían el ingeniero Ricardo Thompson y Santiago Lavín, a los que ya como gobernador llevó a su gabinete como director de Agricultura y como tesorero general del Estado.
El ingeniero Páez Urquidi, aún auténtico desconocido en Durango, tuvo una administración difícil con constantes protestas, con paros de comerciantes, de estudiantes y repudiado por la sociedad vino a probar que en ese tiempo el PRI ganaba con cualquiera.
A pesar de todo, fue un buen gobernador y salió reconocido.
Bastante tiempo después, su hijo, Alejandro Páez Aragón, fue presidente municipal, vía Acción Nacional, de San Pedro Garza García, el municipio más rico del país.
Otro gobernador rico pero de ascendencia pobre, fue Jorge Herrera Caldera.
Su padre don Nabor Herrera era empleado de un negocio donde se rentaban bicicletas.
Hombre visionario y con vena empresarial, puso un pequeño negocito para rentar bicicletas, negoció al que llamó La Nacional.
Posteriormente montó una armadora que llamó Don Nabor, que inundó de tiendas pero esta ciudad y luego otras del país como Guadalajara y San Luis Potosí.
De esta forma su hijo Jorge ya no supo de las privaciones que tuvo su padre.
Estudió en la FECA, donde hizo estrecha amistad con otro estudiante de contador, Ismael Hernández Deras, que lo llevó de la mano con gran rapidez: primero secretario de Finanzas, después presidente municipal de Durango, luego diputado federal y luego candidato a gobernador, todo esto en 4 años.
Siempre se ha cuestionado su triunfo como gobernador sobre el que es ahora, José Rosas Aispuro Torres.
Ya como gobernador tuvo un roce serio con su hacedor Hernández Deras, de tal forma que hasta le metió al bote a su favorito, Adán Soria y sacó de la nómina a otros, como Adrián Valles.
Al parecer, más tarde se reconciliaron y ahora son amigos otra vez.
En posteriores entregas le diremos cómo hicieron su carrera política otros gobernadores de Durango.