Mencionan con insistencia a Nacho Aguado González como abanderado de Morena a la Presidencia Municipal de Durango.
Si ocurriera de él no podrán decir que es un arribista, porque nunca había pertenecido a otro partido, no había militado y vamos, ni siquiera había sido simpatizante.
Se dio a conocer cuando emprendió una campaña contra los partidos.
No había ninguno que llenara sus aspiraciones y realizó una campaña porque se votara por el candidato.
Así fue como los medios se fijaron en él, se hizo articulista de un matutino, expresó algunas ideas que le fueron reconocidas.
Después fue candidato independiente a diputado local, obvio perdió, pero fue otro escalón que lo situó en el ánimo de los electores.
Puede, no sé si llegue, pero sus antecedentes están limpios en ese sentido.
No ha pertenecido a partido alguno hasta que se afilió al de Morena.
El miedo a la contrarreforma educativa es que vuelvan a entregarle al sindicato el control a la educación.
En este poco tiempo en que el gobierno asumió su control, se dieron pasos que fueron positivos aunque hubo peleas, por ejemplo: Héctor Vela, secretario de Educación entonces, nombró subdirector de Primarias Federal a un mentor, Justo Martínez Carrillo, porque tenía capacidad y porque el secretario le tenía confianza.
Por eso precisamente, es que la maestra Adriana, entonces líder de la Sección XII se le abalanzó a la yugular, le puso todos los obstáculos que encontró en su camino, pero Vela se mantuvo firme.
Desgraciadamente, precisamente por ser de origen Vela, Rubén Calderón le tomó tirria cuando fue secretario y lo presionó hasta que lo obligó a renunciar.
Menos mal que Justo, con quien fueron injustos, tiene categoría de jefe de sector y a esa su plaza volvió.
Nombraron a un vanidoso engreído e incapaz, de apellido Sosa, sin más méritos que ser amigo del subsecretario Ruvalcaba y se le lanzaron encima todos los grandes. No había sido jefe, supervisor, vamos, ni siquiera director.
Su paso era como maestro de grupo.
Presionaron y con ellos el sindicato, hasta que afortunadamente lo sacaron.
Pero ya entonces el sindicato volvía a su esencia al imponer a un mentor de nombre Antonio Ramírez que como ha ocurrido antes, no está al servicio del Gobierno, no está al servicio de la Secretaría, sino de la Sección XII que lo mantuvo.
Y esto a infringir en contra de la educación de los chavitos.
Y como los padres de familia no están representados.
Bueno, sí están en el papel, por un ingeniero que no lo pusieron los padres sino la autoridad y recientemente ya ni se habla de que los padres tengan dirigente.
Pues sí, que va en serio: Arturo Yáñez y Gustavo Lugo, mencionados como posibles candidatos del PRI a la Presidencia Municipal de Durango.
Claro que como anda el partido se les ve muy “cuesta arriba” pero a algo se atienen y se merecen deseárseles éxito.
