Con todo y sus golpes, el PRI es en Durango el partido con mayor presencia y el mejor posicionado.
Y esto se debe, sin duda, a la tarea del presidente Benítez Ojeda, que busca diariamente la forma de proyectarlo para que rescate esa presencia social que perdió y con ella perdió las elecciones.
De los demás partidos, ninguno hace presencia. Podría decirse que el Partido del Trabajo, pero en estos casos los que lo proyectan son los regidores y los diputados.
De la dirigencia estatal, todos saben que nada más es Gonzalo Yáñez y éste radica en México.
La profesora Elba Salazar, destacada funcionaria de la Secretaría de Educación del Estado, debe doctorarse hoy o ya se doctoró, para darle más lucimiento a su puesto en la Secretaría.
Pues resulta, que además de Pedro Haces, también Aquiles Córdova quiere su partidito con Antorcha Campesina.
Los partidos políticos se llevan muy buena lana del erario y si la tendencia es reducible, las prerrogativas a la mitad, preferiría que eliminaran esos partiditos.
Por quinta vez el presidente López Obrador estará en Durango, pero mañana sólo llegará a Tamazula a supervisar la construcción de un puente.
No cabe duda, es el Presidente más popular desde Francisco I. Madero y si en este momento hubiera reelecciones, volvería a arrasar.
Arrasaría López Obrador, no su partido Morena, que en Durango anda peor que Movimiento Ciudadano, que ya es mucho decir.
Y ya que hablamos de Morena, repetiremos que la mejor carta (sino la única) que tienen para la dirección estatal, es Iván Ramírez, cuyo único obstáculo es, lo repetimos, que es decente.
Si observa usted el tránsito un día de estos cualquiera en el Centro, se asombrará de cuántos motociclistas circulan sin casco y cuántos automóviles sin placas.
Y la autoridad ciega y sorda.
En el gobierno lo que para los burócratas sindicalizados son privilegios, en los de confianza son privaciones.
Aquellos ganan más, más días de vacaciones, más aguinaldo, permisos económicos, mientras que a los de confianza, que son los que trabajan, son los patitos feos.
Alguien tuvo la paciencia de hurgar en el sentir ciudadano, respecto a los cuerpos de seguridad y encontró, que ninguno es bien visto, pero hasta ahora son aceptables la Guardia Nacional y el Ejército.
Son detestables la Policía Federal, la Estatal y más que todas, la Municipal.
Y ni hablar. Ese repudio se lo han ganado a pulso.