Apenas a unos días de asumir su autoridad en el Congreso, la diputada Sandra Amaya hizo relevos, entre otros, el de Martha Núñez Guerrero (sobrina del exgobernador) y de Jesús Cabrales, exgrillito de la FEUD.
La angustia del servidor público que no está basificado, es la de perder el empleo cuando cambian de jefe.
Y esto surge en la Secretaría de Obras Públicas y en la Secretaría General de Gobierno.
En esta última, todos merecen quedarse, pero más Gerardo Rentería Garvalena, que tiene décadas y ligado a la suerte de Adrián Alanís.
Entre los funcionarios del Poder Judicial existe buena fama entre los jueces en lo general, aunque destaca el juez familiar Benedicto Saravia, que según se dice, su actuación además de ágil, sus fallos son justos.
No sé si usted recuerde que la Conago nació en Chihuahua, bajo instancia del entonces gobernador Patricio Martínez y secundada por Ángel Sergio Guerrero Mier, pues al parecer la Conago va a morir en Chihuahua, su lugar de origen, lo que ratifica a AMLO como un general de división, o sea experto en dividir, ya dividió a los "chairos", a los "fifís", al PRD, a Morena y ahora divide a los gobernadores.
Algo debe pasar para que el gobierno tolere a tanto partidito nidal de vividores.
Ya los ciudadanos le habían dado mate al Partido Encuentro Social.
Llega AMLO y lo resucitan.
También le habían dado cuello al Panal, partido de Elba Esther y ahora lo convierte en Redes Social Progresistas.
Y a propósito, el que más luchó en Durango para impulsar este partido, fue el exlíder de la Sección 44, Julián Salvador Reyes, que les acaba de aventar justificadamente el arpa.
Resulta, que después que trabajó para darle forma una vez que está amarrado el partido, le retiran la comisión y le ordenan ponerse a las órdenes del terno de Elba Esther.
Y quien quiera que sepa de las circunstancias, justificará la renuncia de Julián, ya que no es justo tanto trabajar para el que corrió la liebre, venga otro y la alcance.
Se dice que en Acción Nacional las vacas sagradas ya tiene las dos mujeres candidatas a la elección federal del próximo año y son: Patricia Flores y Verónica Pérez, ambas respetables damas, ambas guapas mujeres, ambas panistas de cepa, ambas preparadas, sólo que…
Aquí nacieron, aquí crecieron, pero ni se formaron ni se han desenvuelto aquí.
Si es cierto esto, sufrirán una amarga decepción otras mujeres con las mismas cualidades que no tienen más escollo que no haber crecido en la Ciudad de México.
Y mencionamos: Gina Campuzano, Gabriela, Vázquez, Paty Jiménez, Minka Hernández, Claudia Hernández, Malena González, Alma Carrera y tantas y tantas otras que le han sido leales al partido pero que no han incursionado en la alta grilla.
