/ sábado 13 de julio de 2019

Toda plaza será ocupada mediante concurso de oposición: Rubén Solís

El rector de la UJED, Rubén Solís Ríos, podrá no ser monedita de oro, pero el eje central de su campaña lo está cumpliendo: elevar de una vez por todas el nivel académico de nuestra Máxima Casa de Estudios y terminar con el reparto de las horas frente a grupo como si fuera el botín de los amigos del rector en turno y privilegios que se reflejaban en el bajo rendimiento académico de los egresados de las distintas escuelas y facultades de la UJED. Lo dijo para que se escuchara en todo el campus universitario: “sin concurso de oposición, no se dará ni una hora”.

Y de paso, revela Rubén Solís haber recibido recomendaciones de personas del más alto nivel para otorgar plazas docentes a sus cuates con el fin, tal vez, pensamos nosotros, de que cobren puntualmente sus quincenas, checar tarjeta de vez en cuando y los alumnos bien, gracias. Y ya que estamos hablando otra vez de mujeres y traiciones, sería bueno que el rector cumpla otra de sus promesas de campaña: acabar con los maestros cometa, que solo van a la primera clase del semestre y a la última para aplicar exámenes. Quien no cumpla con sus responsabilidades académicas frente a grupo no tiene nada que hacer como maestro en nuestra máxima casa de estudios, porque la universidad paga sus sueldos con nuestros impuestos y tenemos como sociedad derecho a exigir que eso se termine.

Pensamos que a estas alturas el rector Solís Ríos ya tiene un panorama muy claro de la UJED que le heredaron los personajes de la derecha local que tomaron la máxima casa de estudios como si fuera la universidad de Cristo Rey, era una ironía que esto pasara en la Universidad. Suponemos que romper inercias, acabar con los privilegios de algunos grupos al interior de la UJED o con la venta de espacios en algunas facultades para no cursar el semestre cero, entre otras cosas, no ha sido, ni es, ni será cosa fácil para el rector. Importantes resultan las decisiones tomadas desde la rectoría, y que estas se hagan realidad donde corresponda, ya sea en lo académico o en lo administrativo.

También la sociedad ya se dio cuenta del estilo personal de Rubén Solís. Hay temas en los que no aceptará recomendaciones, así sean de ya saben quién. A Rubén no será fácil amenazarlo, chantajearlo o presionarlo para ceder en cualquier negociación que se requiera. Esto no significa que el rector no esté abierto a escuchar a todas y a todos los universitarios y a la misma sociedad. La UJED necesitaba un rector que no reciba instrucciones de cualquiera de los tres poderes de gobierno o de alguna otra instancia. La academia y la autonomía deben estar por encima de todos los intereses y grupos al interior de la Universidad, y también de aquellos políticos que quieren poner a los maestros de nuestra Máxima Casa de Estudios.

El rector de la UJED, Rubén Solís Ríos, podrá no ser monedita de oro, pero el eje central de su campaña lo está cumpliendo: elevar de una vez por todas el nivel académico de nuestra Máxima Casa de Estudios y terminar con el reparto de las horas frente a grupo como si fuera el botín de los amigos del rector en turno y privilegios que se reflejaban en el bajo rendimiento académico de los egresados de las distintas escuelas y facultades de la UJED. Lo dijo para que se escuchara en todo el campus universitario: “sin concurso de oposición, no se dará ni una hora”.

Y de paso, revela Rubén Solís haber recibido recomendaciones de personas del más alto nivel para otorgar plazas docentes a sus cuates con el fin, tal vez, pensamos nosotros, de que cobren puntualmente sus quincenas, checar tarjeta de vez en cuando y los alumnos bien, gracias. Y ya que estamos hablando otra vez de mujeres y traiciones, sería bueno que el rector cumpla otra de sus promesas de campaña: acabar con los maestros cometa, que solo van a la primera clase del semestre y a la última para aplicar exámenes. Quien no cumpla con sus responsabilidades académicas frente a grupo no tiene nada que hacer como maestro en nuestra máxima casa de estudios, porque la universidad paga sus sueldos con nuestros impuestos y tenemos como sociedad derecho a exigir que eso se termine.

Pensamos que a estas alturas el rector Solís Ríos ya tiene un panorama muy claro de la UJED que le heredaron los personajes de la derecha local que tomaron la máxima casa de estudios como si fuera la universidad de Cristo Rey, era una ironía que esto pasara en la Universidad. Suponemos que romper inercias, acabar con los privilegios de algunos grupos al interior de la UJED o con la venta de espacios en algunas facultades para no cursar el semestre cero, entre otras cosas, no ha sido, ni es, ni será cosa fácil para el rector. Importantes resultan las decisiones tomadas desde la rectoría, y que estas se hagan realidad donde corresponda, ya sea en lo académico o en lo administrativo.

También la sociedad ya se dio cuenta del estilo personal de Rubén Solís. Hay temas en los que no aceptará recomendaciones, así sean de ya saben quién. A Rubén no será fácil amenazarlo, chantajearlo o presionarlo para ceder en cualquier negociación que se requiera. Esto no significa que el rector no esté abierto a escuchar a todas y a todos los universitarios y a la misma sociedad. La UJED necesitaba un rector que no reciba instrucciones de cualquiera de los tres poderes de gobierno o de alguna otra instancia. La academia y la autonomía deben estar por encima de todos los intereses y grupos al interior de la Universidad, y también de aquellos políticos que quieren poner a los maestros de nuestra Máxima Casa de Estudios.