/ viernes 26 de junio de 2020

Todo lo que sucede en Durango “es causa de mil rumores”

Parece que todo mundo está pendiente de lo que hacen o dicen los políticos. Parece lógico, estamos en una pandemia por el Covid-19 y ya comenzó la pandemia electoral de 2021. Ni modo, podemos vivir de milagro, pero no sin elecciones.

Cualquier cosa que le pasa a una figura pública, los duranguenses en menos de lo que canta un gallo sacamos al “politólogo” que todos llevamos dentro. ¿Será por lo de Aristóteles? ¿“el hombre es un animal político”? podría ser, somos una sociedad politizada, informada, y a la hora de votar nuestro voto nada tiene que ver con las despensas, o las promesas de campaña y todas las mentiras de nuestras candidatas y candidatos.

Cuando a un funcionario de primer nivel le da un resfriado, en unos segundos en las redes sociales se nos “informa” que padece neumonía. Hace unos días, apenas salió el sol la pregunta era: ¿Sabías que Jorge Salum del Palacio pidió permiso como presidente municipal? Por esa razón, los enterados de lo que sucede en los sótanos de la política municipal corrieron el rumor de que, ahora sí, por motivos de salud Jorge Salum dejaría su encargo. Esos rumores inclusive dieron motivo a que en los cafés se hicieran “quinielas”, para ver quién se quedaría como la próxima o próximo alcalde, en calidad de interino, para terminar el periodo del político panista.

Los rumores que forman parte de nuestra idiosincrasia y cultura tienen algo de mágico: también damos soluciones. Vea usted, se aseguraba que el suplente del presidente municipal estaba descartado, porque de antemano presentaría su renuncia a tan distinguido honor y responsabilidad. Se llegó a comentar que el Congreso ya había tomado nota y, de acuerdo a sus facultades, convocaría a un periodo extraordinario de sesiones para nombrar al frente del municipio a la hija del más distinguido priista del estado. ¡Lástima, Margarito!

En política no hay rumores, sólo mal informados. Si la rumorología fuera fuente de primer nivel, entonces en este momento Andrés Manuel López Obrador sería expresidente de México, viviría en su famosa casa de Tabasco y sin recibir su pensión.

Como las desgracias, los rumores no vienen solos. Bastó que Ismael Hernández Deras apareciera en un acto junto con el gobernador del Estado, José Rosas Aispuro Torres, y en un segundo las palabras del nativo del municipio de Mezquital fueron como una radiografía de la política estatal y de lo que sucederá en 2021.

Se nos olvida que la política es como el amor, nada está escrito. ¿A qué le apuestan los políticos de siempre en Durango?, ¿a que la sociedad no tenga memoria? En 2016, demostró que sí, que quienes olvidan que nuestra sociedad es noble, pero no tonta, más vale que le midan el agua a los camotes otra vez.

Aunque suene a utopía, los ciudadanos son los que deciden, para bien o para mal, el destino de nuestro Estado. Durango no va a cambiar con discursos que envían mensajes a sus adversarios políticos.

Parece que todo mundo está pendiente de lo que hacen o dicen los políticos. Parece lógico, estamos en una pandemia por el Covid-19 y ya comenzó la pandemia electoral de 2021. Ni modo, podemos vivir de milagro, pero no sin elecciones.

Cualquier cosa que le pasa a una figura pública, los duranguenses en menos de lo que canta un gallo sacamos al “politólogo” que todos llevamos dentro. ¿Será por lo de Aristóteles? ¿“el hombre es un animal político”? podría ser, somos una sociedad politizada, informada, y a la hora de votar nuestro voto nada tiene que ver con las despensas, o las promesas de campaña y todas las mentiras de nuestras candidatas y candidatos.

Cuando a un funcionario de primer nivel le da un resfriado, en unos segundos en las redes sociales se nos “informa” que padece neumonía. Hace unos días, apenas salió el sol la pregunta era: ¿Sabías que Jorge Salum del Palacio pidió permiso como presidente municipal? Por esa razón, los enterados de lo que sucede en los sótanos de la política municipal corrieron el rumor de que, ahora sí, por motivos de salud Jorge Salum dejaría su encargo. Esos rumores inclusive dieron motivo a que en los cafés se hicieran “quinielas”, para ver quién se quedaría como la próxima o próximo alcalde, en calidad de interino, para terminar el periodo del político panista.

Los rumores que forman parte de nuestra idiosincrasia y cultura tienen algo de mágico: también damos soluciones. Vea usted, se aseguraba que el suplente del presidente municipal estaba descartado, porque de antemano presentaría su renuncia a tan distinguido honor y responsabilidad. Se llegó a comentar que el Congreso ya había tomado nota y, de acuerdo a sus facultades, convocaría a un periodo extraordinario de sesiones para nombrar al frente del municipio a la hija del más distinguido priista del estado. ¡Lástima, Margarito!

En política no hay rumores, sólo mal informados. Si la rumorología fuera fuente de primer nivel, entonces en este momento Andrés Manuel López Obrador sería expresidente de México, viviría en su famosa casa de Tabasco y sin recibir su pensión.

Como las desgracias, los rumores no vienen solos. Bastó que Ismael Hernández Deras apareciera en un acto junto con el gobernador del Estado, José Rosas Aispuro Torres, y en un segundo las palabras del nativo del municipio de Mezquital fueron como una radiografía de la política estatal y de lo que sucederá en 2021.

Se nos olvida que la política es como el amor, nada está escrito. ¿A qué le apuestan los políticos de siempre en Durango?, ¿a que la sociedad no tenga memoria? En 2016, demostró que sí, que quienes olvidan que nuestra sociedad es noble, pero no tonta, más vale que le midan el agua a los camotes otra vez.

Aunque suene a utopía, los ciudadanos son los que deciden, para bien o para mal, el destino de nuestro Estado. Durango no va a cambiar con discursos que envían mensajes a sus adversarios políticos.