/ miércoles 8 de mayo de 2019

¡Todos al arrancadero!

Nunca como ahora, han cobrado importancia en México los postulados físico-filosóficos de movimiento y cambio. Enterrados y en el olvido quedaron sus contrarios: perenidad, ininmutabilidad, pasividad.

Las disciplinas tributarias de tales fenómenos son la sociología y la política, más no la economía, que han acusado visibles avances y transformaciones. El motor y palanca de esta corriente es Andrés Manuel López Obrador, que logró convencer con holgada ventaja a los votantes, para que lo llevaran al poder.

Al margen de su desempeño que debe ser y será motivo de escrutinio por separado, anegó el suelo patrio y lo dejó preparado en lo político para que la gente decida en lo sucesivo. El terreno, pues, está fértil, sólo se precisan excelentes sembradores y una magnífica semilla.

En esas circunstancias, Durango se prepara para jugarse su futuro, particularmente con la Presidencia Municipal de la capital. Será la arena del debate, quien se la lleve potencialmente se colocará como puntero en la lucha por la gubernatura, cuyo proceso está a dos años, si nos atenemos a los usos, costumbres y prácticas históricas de que a un año o antes de que finalice la administración, el gobernador pierde su poderío, poder o mando, dependiendo la fuerza con que llegue a su final, en el mejor de los casos saldrá sin pena ni gloria y en el peor será golpeado, vapuleado, vituperado, humillado si el papel hecho fue gris, triste, mediocre.

Se imponen por ende, reflexiones objetivas sobre los protagonistas en ese proscenio electoral; y decir objetivo es confrontar este término con su antónimo, subjetivo. Es decir, comenzar de los hechos, de lo evidente, de lo palpable; desterrar la animosidad, el recelo, la malquerencia y hasta la envidia hacia alguno de los participantes.

Observado así el panorama; del elenco de candidatos, quien abriga mayores posibilidades de triunfo es el doctor José Ramón Enríquez Herrera, y no porque sea Herrera, sino porque en su condición de presidente municipal es el más conocido, más fresco, más vigente, más visto y por consiguiente el mejor posicionado.

Está afinada y dispuesta la estructura, plataforma humana y territorial con lo que aventaja a sus contrincantes; tiene encaminado el trabajo de proselitismo que lleva implícito el ejercicio de su encargo; tiene recursos económicos para semejante empresa y aunque criticado por quienes consideran algunas de sus estrategias como desplantes populistas, lo cierto es que ha roto la barrera y el protocolo para llegar y acercarse al pueblo.

Esto lo debe aceptar quien tenga juicio y criterio sin que se le señale de panegirista. Hay otros haberes que enriquecen su intención, pero debe destacarse otro que en ciertos medios le acarreó señalamientos, pero en otros alabaron el enfrentamiento frontal con Aispuro, que lo coloca como libre, independiente, firme, sin la sumisión ni zalamería a que estaban acostumbrados los mandatarios con respecto a los suspirantes y a la ciudadanía.

El Rambo, Gonzalo, El Tirantes, o como guste identificarlo, de lograr la candidatura por Morena, zanjados los escollos en los tribunales, se coloca en la pista… Quien esto escribe, cuando fungió como procurador de Justicia, Gonzalo junto con los otros cuatro magníficos, me hicieron la vida imposible como funcionario y llegaron a pedir públicamente mi destitución, que el entonces gobernador Maximiliano Silerio Esparza, con hombría y gallardía se opuso al pedido. Fueron otras causas que ya le contaré en otra ocasión las que me hicieron separarme de tal cargo.

Invoco el pasaje para destacar que si hablo de objetividad, no debe pesar en mí el sucedido y reconocer que Gonzalo está ubicado en la recta final para instalarse en algún sillón de Victoria y 20 de Noviembre o una de las tantas localidades rentadas por el Ayuntamiento. Tiene experiencia, está curtido en eso de las jornadas electorales, es buen orador, también debe traer sus centavitos para enfrentar las contingencias que implica una aventura de tal magnitud y aunque diezmadas sus antiguas huestes o lo que queda de ellas, pueden surgir de sus cenizas.

Punto a su favor es que en su anterior paso por el Senado creó en Durango el sistema “Cadis”, que tantos beneficios trajo a las madres de Durango y que el grandulón personaje sostiene contra viento y marea.

Lamento decirlo, pero debo decirlo. Jorge Salum, quien ha tenido un trato decente y caballeroso respecto a mi persona, trae una falla de origen. Su partido hierve en un pandemónium donde no se sabe quién es quién; quién va o quién viene; quién entra y quién sale; cada quién para su santo.

El Partido Acción Nacional impelido por la ambición de sus militantes copulares y otros actores ha sufrido un desgajamiento, por ello no le representa ninguna garantía de triunfo ni apoyo a don Jorge. Está apostando fuerte a las redes sociales, con una estrategia sostenible sólo por sus asesores. Aquí, la lucha debe ser cuerpo a cuerpo si nos ajustamos a la conocida conseja popular de que “de la vista nace el amor”.

De por sí, los panistas llevan en sus espaldas el estigma de que, en pasando las elecciones jamás regresan con sus benefactores; peor aún, si se les llega a encontrar o los visita en sus oficinas, le hacen vivir el “si te vi ni me acuerdo”. Ante este deplorable estado de cosas, navega contra corriente, cuesta arriba o cuesta abajo, pero en una máquina con evidente falla en los frenos.

Este es el ambiente que avizora un mortal; no es político, analista, menos politólogo, sino un testigo del acontecer diario en Durango, que a lo largo de su existencia ha mirado el desenvolvimiento de esta hermosa cuanto noble Perla del Guadiana. Luego; que gane el mejor o mejor, el que los duranguenses crean el mejor.

Nunca como ahora, han cobrado importancia en México los postulados físico-filosóficos de movimiento y cambio. Enterrados y en el olvido quedaron sus contrarios: perenidad, ininmutabilidad, pasividad.

Las disciplinas tributarias de tales fenómenos son la sociología y la política, más no la economía, que han acusado visibles avances y transformaciones. El motor y palanca de esta corriente es Andrés Manuel López Obrador, que logró convencer con holgada ventaja a los votantes, para que lo llevaran al poder.

Al margen de su desempeño que debe ser y será motivo de escrutinio por separado, anegó el suelo patrio y lo dejó preparado en lo político para que la gente decida en lo sucesivo. El terreno, pues, está fértil, sólo se precisan excelentes sembradores y una magnífica semilla.

En esas circunstancias, Durango se prepara para jugarse su futuro, particularmente con la Presidencia Municipal de la capital. Será la arena del debate, quien se la lleve potencialmente se colocará como puntero en la lucha por la gubernatura, cuyo proceso está a dos años, si nos atenemos a los usos, costumbres y prácticas históricas de que a un año o antes de que finalice la administración, el gobernador pierde su poderío, poder o mando, dependiendo la fuerza con que llegue a su final, en el mejor de los casos saldrá sin pena ni gloria y en el peor será golpeado, vapuleado, vituperado, humillado si el papel hecho fue gris, triste, mediocre.

Se imponen por ende, reflexiones objetivas sobre los protagonistas en ese proscenio electoral; y decir objetivo es confrontar este término con su antónimo, subjetivo. Es decir, comenzar de los hechos, de lo evidente, de lo palpable; desterrar la animosidad, el recelo, la malquerencia y hasta la envidia hacia alguno de los participantes.

Observado así el panorama; del elenco de candidatos, quien abriga mayores posibilidades de triunfo es el doctor José Ramón Enríquez Herrera, y no porque sea Herrera, sino porque en su condición de presidente municipal es el más conocido, más fresco, más vigente, más visto y por consiguiente el mejor posicionado.

Está afinada y dispuesta la estructura, plataforma humana y territorial con lo que aventaja a sus contrincantes; tiene encaminado el trabajo de proselitismo que lleva implícito el ejercicio de su encargo; tiene recursos económicos para semejante empresa y aunque criticado por quienes consideran algunas de sus estrategias como desplantes populistas, lo cierto es que ha roto la barrera y el protocolo para llegar y acercarse al pueblo.

Esto lo debe aceptar quien tenga juicio y criterio sin que se le señale de panegirista. Hay otros haberes que enriquecen su intención, pero debe destacarse otro que en ciertos medios le acarreó señalamientos, pero en otros alabaron el enfrentamiento frontal con Aispuro, que lo coloca como libre, independiente, firme, sin la sumisión ni zalamería a que estaban acostumbrados los mandatarios con respecto a los suspirantes y a la ciudadanía.

El Rambo, Gonzalo, El Tirantes, o como guste identificarlo, de lograr la candidatura por Morena, zanjados los escollos en los tribunales, se coloca en la pista… Quien esto escribe, cuando fungió como procurador de Justicia, Gonzalo junto con los otros cuatro magníficos, me hicieron la vida imposible como funcionario y llegaron a pedir públicamente mi destitución, que el entonces gobernador Maximiliano Silerio Esparza, con hombría y gallardía se opuso al pedido. Fueron otras causas que ya le contaré en otra ocasión las que me hicieron separarme de tal cargo.

Invoco el pasaje para destacar que si hablo de objetividad, no debe pesar en mí el sucedido y reconocer que Gonzalo está ubicado en la recta final para instalarse en algún sillón de Victoria y 20 de Noviembre o una de las tantas localidades rentadas por el Ayuntamiento. Tiene experiencia, está curtido en eso de las jornadas electorales, es buen orador, también debe traer sus centavitos para enfrentar las contingencias que implica una aventura de tal magnitud y aunque diezmadas sus antiguas huestes o lo que queda de ellas, pueden surgir de sus cenizas.

Punto a su favor es que en su anterior paso por el Senado creó en Durango el sistema “Cadis”, que tantos beneficios trajo a las madres de Durango y que el grandulón personaje sostiene contra viento y marea.

Lamento decirlo, pero debo decirlo. Jorge Salum, quien ha tenido un trato decente y caballeroso respecto a mi persona, trae una falla de origen. Su partido hierve en un pandemónium donde no se sabe quién es quién; quién va o quién viene; quién entra y quién sale; cada quién para su santo.

El Partido Acción Nacional impelido por la ambición de sus militantes copulares y otros actores ha sufrido un desgajamiento, por ello no le representa ninguna garantía de triunfo ni apoyo a don Jorge. Está apostando fuerte a las redes sociales, con una estrategia sostenible sólo por sus asesores. Aquí, la lucha debe ser cuerpo a cuerpo si nos ajustamos a la conocida conseja popular de que “de la vista nace el amor”.

De por sí, los panistas llevan en sus espaldas el estigma de que, en pasando las elecciones jamás regresan con sus benefactores; peor aún, si se les llega a encontrar o los visita en sus oficinas, le hacen vivir el “si te vi ni me acuerdo”. Ante este deplorable estado de cosas, navega contra corriente, cuesta arriba o cuesta abajo, pero en una máquina con evidente falla en los frenos.

Este es el ambiente que avizora un mortal; no es político, analista, menos politólogo, sino un testigo del acontecer diario en Durango, que a lo largo de su existencia ha mirado el desenvolvimiento de esta hermosa cuanto noble Perla del Guadiana. Luego; que gane el mejor o mejor, el que los duranguenses crean el mejor.