/ martes 5 de enero de 2021

Tres propósitos colectivos para 2021

Si 2020 fue un año con múltiples desafíos sociales a escala planetaria -empezando desde luego por la pandemia Covid-19 que aún deja sentir sus estragos y lo seguirá haciendo en los meses venideros-, 2021 no será la excepción. La nochevieja dejará constancia del recuerdo de uno de los periodos de doce meses más complejos, difíciles y problemáticos a los que la humanidad se haya enfrentado en la historia reciente. Si el todavía joven siglo XXI ya había traído consigo una cantidad significativa de temas y problemas con los cuales lidiar, llanamente no estábamos preparados para experimentar todo lo que vivimos en el 2020.

Mucha gente ha dejado de existir, muchas familias se han fragmentado y muchos inconvenientes se han acentuado de manera exponencial. En algún momento parecería que no hay lugar para la esperanza. Sin embargo, es momento de asumir la resiliencia como una estrategia de presente y futuro para afrontar lo que viene, de sacar fuerzas de flaqueza y reivindicar nuestro espíritu con ímpetu. Son numerosos los retos que se vislumbran en el escaparate de la nueva anualidad, pero conviene anotar y aquilatar al menos tres de ellos, a manera de intenciones de año nuevo que sería sumamente beneficioso tomarnos en serio, si es que queremos que la sociedad salga avante en su conjunto:

a) La vacunación global anti Covid-19.- 2020 pasará a los libros y a la memoria de todas y todos como el “antiaño”, valga el vocablo, en el cual simple y sencillamente una calamidad sanitaria surgida en China se manifestó para mal como expresión de una globalización perversa, causante hasta la fecha de aproximadamente 1.8 millones de personas muertas. Pero en la cara positiva de estos terribles acontecimientos, la ciencia y la medicina pusieron de su parte y en tiempo récord han logrado desarrollar vacunas producidas por algunas de las principales farmacéuticas, Universidades y centros de investigación en el globo terráqueo. Ahora vienen los retos logísticos, de distribución y de acceso tanto público como privado a los antídotos, lo cual no se antoja fácil ni rápido. Para evitar más fallecimientos, este es el primer gran asunto a tratar. Desde luego, de manera aparejada está la necesidad de estar preparados para la próxima pandemia, pues queda más que claro que el Covid-19 no será el último tópico de salud pública con el que nos enfrentaremos.

b) El activismo mundial contra los conflictos bélicos.- Apenas hace unas semanas reflexionábamos en este mismo espacio sobre la triste situación que se libra en algún país como Yemen, azotado por la guerra en plenos tiempos de Covid-19, sin que el Derecho Internacional Humanitario ni el Derecho Internacional de los Derechos Humanos puedan poner algo de su parte para revertir tan lamentable estado de cosas. Pues bien, lejos de solucionarse, el conflicto se maximiza, pues hace pocos días se reportó en los medios noticiosos que hubo un ataque al aeropuerto de Adén -capital provisional de esta nación bicontinental situada en Oriente próximo y en África-, causando al menos 22 muertos. El terrorismo, en pocas palabras, hace de las suyas, y es menester combatirlo desde la comunidad internacional.

c) La lucha por la democracia y los derechos humanos como agenda continua.- Sin una vigorosa protección del derecho humano a la vida y del derecho a la protección de la salud, y sin un itinerario que garantice la paz en cada rincón del planeta, no podrá haber luz en lo que queremos construir como sociedad cosmopolita en la era digital. La democracia y los derechos humanos deben ser no sólo buenos deseos sino herramientas al servicio de todas y todos, las cuales posibiliten los proyectos de vida sin distingo alguno.

Pasar del deseo a la acción, desde luego, es un propósito tras bambalinas sin el cual no se pueden llevar a cabo los tres que se han apuntado sucintamente. Entre la voluntad política de los gobiernos y el compromiso irrestricto de la sociedad civil hay mucho de por medio para lograr el gran cometido colectivo de 2021: avanzar en la consecución de nuestras libertades y derechos.

Si 2020 fue un año con múltiples desafíos sociales a escala planetaria -empezando desde luego por la pandemia Covid-19 que aún deja sentir sus estragos y lo seguirá haciendo en los meses venideros-, 2021 no será la excepción. La nochevieja dejará constancia del recuerdo de uno de los periodos de doce meses más complejos, difíciles y problemáticos a los que la humanidad se haya enfrentado en la historia reciente. Si el todavía joven siglo XXI ya había traído consigo una cantidad significativa de temas y problemas con los cuales lidiar, llanamente no estábamos preparados para experimentar todo lo que vivimos en el 2020.

Mucha gente ha dejado de existir, muchas familias se han fragmentado y muchos inconvenientes se han acentuado de manera exponencial. En algún momento parecería que no hay lugar para la esperanza. Sin embargo, es momento de asumir la resiliencia como una estrategia de presente y futuro para afrontar lo que viene, de sacar fuerzas de flaqueza y reivindicar nuestro espíritu con ímpetu. Son numerosos los retos que se vislumbran en el escaparate de la nueva anualidad, pero conviene anotar y aquilatar al menos tres de ellos, a manera de intenciones de año nuevo que sería sumamente beneficioso tomarnos en serio, si es que queremos que la sociedad salga avante en su conjunto:

a) La vacunación global anti Covid-19.- 2020 pasará a los libros y a la memoria de todas y todos como el “antiaño”, valga el vocablo, en el cual simple y sencillamente una calamidad sanitaria surgida en China se manifestó para mal como expresión de una globalización perversa, causante hasta la fecha de aproximadamente 1.8 millones de personas muertas. Pero en la cara positiva de estos terribles acontecimientos, la ciencia y la medicina pusieron de su parte y en tiempo récord han logrado desarrollar vacunas producidas por algunas de las principales farmacéuticas, Universidades y centros de investigación en el globo terráqueo. Ahora vienen los retos logísticos, de distribución y de acceso tanto público como privado a los antídotos, lo cual no se antoja fácil ni rápido. Para evitar más fallecimientos, este es el primer gran asunto a tratar. Desde luego, de manera aparejada está la necesidad de estar preparados para la próxima pandemia, pues queda más que claro que el Covid-19 no será el último tópico de salud pública con el que nos enfrentaremos.

b) El activismo mundial contra los conflictos bélicos.- Apenas hace unas semanas reflexionábamos en este mismo espacio sobre la triste situación que se libra en algún país como Yemen, azotado por la guerra en plenos tiempos de Covid-19, sin que el Derecho Internacional Humanitario ni el Derecho Internacional de los Derechos Humanos puedan poner algo de su parte para revertir tan lamentable estado de cosas. Pues bien, lejos de solucionarse, el conflicto se maximiza, pues hace pocos días se reportó en los medios noticiosos que hubo un ataque al aeropuerto de Adén -capital provisional de esta nación bicontinental situada en Oriente próximo y en África-, causando al menos 22 muertos. El terrorismo, en pocas palabras, hace de las suyas, y es menester combatirlo desde la comunidad internacional.

c) La lucha por la democracia y los derechos humanos como agenda continua.- Sin una vigorosa protección del derecho humano a la vida y del derecho a la protección de la salud, y sin un itinerario que garantice la paz en cada rincón del planeta, no podrá haber luz en lo que queremos construir como sociedad cosmopolita en la era digital. La democracia y los derechos humanos deben ser no sólo buenos deseos sino herramientas al servicio de todas y todos, las cuales posibiliten los proyectos de vida sin distingo alguno.

Pasar del deseo a la acción, desde luego, es un propósito tras bambalinas sin el cual no se pueden llevar a cabo los tres que se han apuntado sucintamente. Entre la voluntad política de los gobiernos y el compromiso irrestricto de la sociedad civil hay mucho de por medio para lograr el gran cometido colectivo de 2021: avanzar en la consecución de nuestras libertades y derechos.