/ jueves 24 de marzo de 2022

Tributo a Eros

Hablar del amor ha sido tema desde la antigüedad, las ideologías han sido muy diferentes: en Oriente, el amor fue pensado dentro de una tradición religiosa mientras que en Occidente la filosofía del amor fue concebida y pensada desde afuera y frente de la religión.

El pensamiento oriental, más que buscar un único objeto no ambivalente de amor que sacia la sed, trata de superarse antes de la felicidad total entusiasta, donde el Nirvana es esa beatitud privada de pasión.

Esto origina enamoramiento, que se expresa a través del arte erótico, gracias al cual se obtiene placer de sí mismo y de otras personas, pero sin depender de esa única persona, por otra parte, en la cultura occidental la evolución fue totalmente contraria, que englobó en sí, la sexualidad, la alianza y el matrimonio hasta la procreación

Frente a la religión, fuera de ella y aún en contra, la libertad es un concepto central en la concepción amorosa occidental y con ella surge la responsabilidad de cada uno por nuestros actos y la existencia del alma.

En esta concepción, el papel de los antiguos griegos como educadores y maestros ha jugado un papel fundamental en la cultura. Para Platón, el pensamiento sobre el amor es inseparable de su filosofía y en ella el pensador critica los mitos y las prácticas religiosas.

Platón es el fundador de la nueva filosofía del amor y su influencia dura todavía sobre todo por su idea del alma, sin la cual no habría tenido una formulación muy distinta y difícil de imaginar en nuestra perspectiva, donde el amor es una mezcla de belleza, la verdad y el bien.

Para el filósofo griego, la realidad se presenta dividida en dos mundos contrapuestos, por una parte, el mundo superior invisible eterno e inmutable de las ideas y por la otra, el universo físico visible material sujeto a cambios y modificaciones.

Este pensamiento platónico es el causante de una importante jerarquía entre espíritu y naturaleza, mente y cuerpo, hombre y mujer y a pesar de que Platón admite una cierta interconexión entre ambos mundos, su filosofía es amor a la sabiduría y no solamente la posesión de ella; el Eros está reservado solo a los varones, lo que permitía a los hombres hacer filosofía.

Por otra parte, el también filósofo griego Sócrates define el amor como el deseo de generar belleza, es un espíritu que se encarga del impulso que no es puramente animal ni espiritual, porque Eros puede extraviarnos o llevarnos a la contemplación, es el hijo de Poros y de Penia al que ningún humano ni Dios puede resistirse porque es travieso y traicionero, lanza sus flechas a destiempo y es cazador caprichoso, juguetón, risueño y zalamero con una voz cantarina musical que no puede compararse ni con la golondrina, ni con el ruiseñor.

Para la teología cristiana Dios es amor, el Nuevo Testamento está lleno de referencias en todos los contextos imaginables, fue el primero en amarnos en nuestra forma y con nuestras limitaciones, por lo que el nuevo símbolo del amor a comparación de los filósofos de la antigüedad, ya no es la pasión infinita del alma en busca de luz sino el matrimonio de Cristo y de la iglesia concedido a imagen del amor.

En el siglo XVII surgen nuevas teorías filosóficas acerca del amor, el estoicismo se resiste a lo sentimental, Descartes opina que las pasiones son estados del alma pero con una causa en el cuerpo, son emociones del alma causadas sostenidas y fortificados por movimientos de los espíritus.

Para Nietzsche y Schopenhauer el amor es un mal necesario, mientras que Hegel lo vislumbra desde una perspectiva de una persona que no quiere ser independiente. Y así, conforme pasa el tiempo, siguen y seguirán las definiciones del amor hacia lo eterno.

Hablar del amor ha sido tema desde la antigüedad, las ideologías han sido muy diferentes: en Oriente, el amor fue pensado dentro de una tradición religiosa mientras que en Occidente la filosofía del amor fue concebida y pensada desde afuera y frente de la religión.

El pensamiento oriental, más que buscar un único objeto no ambivalente de amor que sacia la sed, trata de superarse antes de la felicidad total entusiasta, donde el Nirvana es esa beatitud privada de pasión.

Esto origina enamoramiento, que se expresa a través del arte erótico, gracias al cual se obtiene placer de sí mismo y de otras personas, pero sin depender de esa única persona, por otra parte, en la cultura occidental la evolución fue totalmente contraria, que englobó en sí, la sexualidad, la alianza y el matrimonio hasta la procreación

Frente a la religión, fuera de ella y aún en contra, la libertad es un concepto central en la concepción amorosa occidental y con ella surge la responsabilidad de cada uno por nuestros actos y la existencia del alma.

En esta concepción, el papel de los antiguos griegos como educadores y maestros ha jugado un papel fundamental en la cultura. Para Platón, el pensamiento sobre el amor es inseparable de su filosofía y en ella el pensador critica los mitos y las prácticas religiosas.

Platón es el fundador de la nueva filosofía del amor y su influencia dura todavía sobre todo por su idea del alma, sin la cual no habría tenido una formulación muy distinta y difícil de imaginar en nuestra perspectiva, donde el amor es una mezcla de belleza, la verdad y el bien.

Para el filósofo griego, la realidad se presenta dividida en dos mundos contrapuestos, por una parte, el mundo superior invisible eterno e inmutable de las ideas y por la otra, el universo físico visible material sujeto a cambios y modificaciones.

Este pensamiento platónico es el causante de una importante jerarquía entre espíritu y naturaleza, mente y cuerpo, hombre y mujer y a pesar de que Platón admite una cierta interconexión entre ambos mundos, su filosofía es amor a la sabiduría y no solamente la posesión de ella; el Eros está reservado solo a los varones, lo que permitía a los hombres hacer filosofía.

Por otra parte, el también filósofo griego Sócrates define el amor como el deseo de generar belleza, es un espíritu que se encarga del impulso que no es puramente animal ni espiritual, porque Eros puede extraviarnos o llevarnos a la contemplación, es el hijo de Poros y de Penia al que ningún humano ni Dios puede resistirse porque es travieso y traicionero, lanza sus flechas a destiempo y es cazador caprichoso, juguetón, risueño y zalamero con una voz cantarina musical que no puede compararse ni con la golondrina, ni con el ruiseñor.

Para la teología cristiana Dios es amor, el Nuevo Testamento está lleno de referencias en todos los contextos imaginables, fue el primero en amarnos en nuestra forma y con nuestras limitaciones, por lo que el nuevo símbolo del amor a comparación de los filósofos de la antigüedad, ya no es la pasión infinita del alma en busca de luz sino el matrimonio de Cristo y de la iglesia concedido a imagen del amor.

En el siglo XVII surgen nuevas teorías filosóficas acerca del amor, el estoicismo se resiste a lo sentimental, Descartes opina que las pasiones son estados del alma pero con una causa en el cuerpo, son emociones del alma causadas sostenidas y fortificados por movimientos de los espíritus.

Para Nietzsche y Schopenhauer el amor es un mal necesario, mientras que Hegel lo vislumbra desde una perspectiva de una persona que no quiere ser independiente. Y así, conforme pasa el tiempo, siguen y seguirán las definiciones del amor hacia lo eterno.