Regresa el problema financiero de la UJED y su permanente insuficiencia para cumplir con sus fines.
Depende del subsidio federal en un 87%. Todas las universidades estatales reciben ese subsidio, pero la UJED es la segunda que menos recibe del gobierno estatal, sus similares en el país lo reciben en 60-40, 70-30. La media nacional es del 36% de subsidio de gobiernos locales.
El rector Rubén Solís Ríos trabaja en esta difícil circunstancia, se aplica en atajar y resolver esos problemas inerciales derivados de gobiernos y rectorías. Lleva dos años racionalizando el gasto y en austeridad redujo sueldos y lo superfluo. Austeridad al parejo de la 4T, y que el Gobierno del Estado no aplica.
La formación social del rector lo conducirá para salir de la emergencia. Está en la tesitura de sentar bases solidas para un futuro inmediato. A propósito, la frase de Edgar Morín, del binomio de sociedad–universidad, la UJED difícilmente podrá usar su autonomía en bien del desarrollo sin capacidad económica, la docencia, las prestaciones laborales, las jubilaciones y prerrogativas a sindicatos y grupos internos no permiten dedicar recursos a la investigación. Se le debe exigir a la Universidad sin olvidar el entorno conservador en sus sectores, como afirma Diego Valadés: La universidad debe proponer soluciones, pero hacerlo es tarea de los políticos.
La rectoría de Rubén Solís se inicia dentro de la austeridad de la 4T, de los fideicomisos cancelados algunos le afectarán. La SEP aumenta el subsidio indexado a la inflación, más las necesidades crecen y cambian. De esta suerte la institución ve obligada a retrasar erogaciones sensibles, por gastos en sus obligaciones contractuales con los sindicatos.
Ni cuando tuvimos a un ex subsecretario de Educación e incluso un secretario, se abonó al subsidio. A Ramírez Gamero y Silerio Esparza les tocaron conflictos internos.
Sustantivamente Ramírez Gamero, gestionó que la SEP absorbiera la prima de antigüedad de los académicos, y tramitó la donación del edifico del aguacate. Silerio Esparza arregló pagos retrasados en seguridad social con el ISSSTE, y respaldó la donación del edificio que ocupó la primera clínica del IMSS. Guerrero Mier obtuvo que la rectoría con Rubén Calderón, cediera a ese gobierno un terreno en la colonia Domingo Arrieta que el rector José Ramón Hernández Meraz, a su paso por el INDECO logró que se donara a la UJED para que la FECA construyera sus instalaciones de postgrado.
Allí se puso una maquiladora, y a cambio se le donó un terreno de 20 hectáreas en la colonia 20 de noviembre al oriente de la ciudad. Terrenos que no eran del gobierno, y la Universidad se quedó sin su propiedad y un dinero prometido. Rosas Aispuro conoció siendo líder del Congreso y presidente municipal, no se hizo nada, pero la deuda es institucional y exigible.
Es el panorama que encuentra Rubén Solís, de inmediato, dificultades para cubrir las próximas quincenas y las prestaciones de fin de año. Herrera Caldera el salteador de la UJED, al tomarla hasta pagó en efectivo puntualmente todo. Al ser gente de Videgaray el de Hacienda, recibió apoyos y le autorizó deuda pública para cubrir gastos como el de la Universidad, de tal manera que dejó de entregar el subsidio local que en cerca de 180 mdp. Ahora el adeudo es de 400 millones. Se va Videgaray, viene la austeridad de López Obrador, la ineficacia de gobierno local, y resurge el problema. El subsidio a la UJED es una obligación ineludible del Estado, el gobernador conoce el problema hace 20 años y su secretario de Educación hace 30.
