/ domingo 4 de agosto de 2019

Ultimátum de morenistas: Fuera liderazgos foráneos

Los duranguenses que militan en Morena cierran filas y demandan piso pareio para la renovación de la dirigencia estatal, con la consigna de que ya no permitirán la intromisión de foráneos que solamente los vienen a dividir, como sucedió con Rosendo Salgado y Enrique Novelo, y empezaron a trabajar por una candidatura de unidad que aglutine a todas las corrientes.

Y no se trata de una simple nota periodística, o expresión de unos cuántos, ya que antier en un cónclave de liderazgos de “morenistas de a de veras” en los municipios, acordaron lo anterior, además de exigir que en la Convocatoria que emitirá el Comité Ejecutivo Nacional entre el 18 al 20 del mes en curso, para elegir a la próxima dirigencia de Durango, quede reflejado el acuerdo, al igual que otros puntos.

Para la base de quienes fundaron el Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad está claro que los enviados de personajes centrales, lo único que hicieron fue fragmentar el partido local y despacharse con la cuchara grande, en beneficio de quienes les fueron leales, con puestos que “debieron ser de los auténticos pejistas”.

El pleito soterrado y abierto entre los grupos que controlan el partido, por un lado, Rosendo Salgado, y por el otro Enrique Novelo, ambos llegados de otras latitudes, son la causa del desorden y en algunos casos incertidumbre, que priva entre los morenistas locales, por lo que exigen al Comité Ejecutivo Nacional que los saque de Durango.

Demandan que en la convocatoria quede claro que solamente los militantes registrados antes del 2017 podrán ser candidatos en la contienda por la dirigencia estatal, además de que no tendrán oportunidad de participar tampoco funcionarios públicos ni representantes populares como diputados, aun cuando quieran solicitar licencia.

Es un intento por separar al partido del gobierno, de tal manera que Morena, al menos en el estado, sufra una recomposición que le permita recuperar el tiempo que se perdió cuando el vaivén de la burbuja del poder los atrapó, y se olvidaron de las bases para concentrarse en disfrutar de lo nuevo, y creer que serían los “mandamases”.

Pero los resultados electorales de junio pasado sacaron del letargo a quienes no solamente se creían dueños del partido, sino de Durango, y ahora los militantes fundadores alzan la voz y exigen unidad e independencia, de tal manera que ya no quieren a los enviados “chilangos”, pero tampoco a los advenedizos a los que impulsaban, que en lugar de ayuda le restaron al Movimiento, según comentan.

El mensaje de los morenistas fundadores de Durango es diáfano y contundente, ya no quieren a Rosendo Salgado, pero tampoco a Enrique Novelo, personajes que siguen disputándose el partido, como si fuera de ellos, sin tomar en cuenta a las bases, y solamente “llevar agua a su molino”.

Y es que sin tapujos, quieren seguir con la manipulación de los morenistas, sin importarles el daño que le causan al partido, pero sobre todo, no entienden que ya no tienen nada que hacer en Durango. Rosendo insiste en querer influir, y Novelo lo combate desde la convalecencia.

Desde el hospital, Novelo impulsa a Navarro para que asuma el liderazgo sin tomar en cuenta a la gente de Rosendo. Ambas actitudes generan desconcierto, pero también molestia entre la militancia, que después del descalabro electoral pasado, espera una especie de refundación del partido, en aras de recuperar el posicionamiento en que los dejó AMLO.

Sin embargo, propios y extraños al “súper delegado”, afirman que los pronósticos médicos son que aún tardará en su recuperación, y al final habrá que ver cómo queda, ya que también existe la posibilidad de algunas secuelas que le impidan desempeñar el cargo.

Por lo pronto, Gustavo Pedro Cortez echa mano de la experiencia que obtuvo en la política de masas y algunos cargos de representación popular que ocupó, para posicionarse como el encargado eficaz de la súper delegación de la Secretaría de Bienestar.

No obstante, el expetista y ahora flamante funcionario federal, enfrenta una investigación que realiza la Procuraduría General sobre presuntos malos manejos que se han dado en la dependencia de la que es el operador principal.

Gustavo Pedro, al igual que lo que sucede en el resto del país, ha ocultado la forma en que se llevan a cabo las famosas encuestas para integrar las listas de los beneficiarios de los apoyos “enviados” por el Presidente de la República, y menos hay transparencia en cuanto a los números.

Sin lugar a dudas, estos factores inciden al proceso interno para elegir la próxima dirigencia estatal de Morena, ya que se mantienen “los tiradores” a suceder a Novelo, a quien en México no lo quieren desamparar, pero que tendrán que tomar una decisión a fin de que no se contamine la definición de los próximos liderazgos.

El objetivo es que solamente haya un candidato, y en eso empezaron a trabajar los duranguenses de Morena, pero sin que incidan Novelo ni Salgado, según comentaron algunos de los que asistieron al cónclave del jueves pasado.

Iván Ramírez y Aldo Pacheco son los candidatos finalistas y ya están en pláticas, porque un mes después de la definición local vendrá la nacional en la que también deberán influir. El primero es uno de los fundadores de Morena, con trabajo partidista que le es reconocido incluso por el mismísimo AMLO. Mientras que el segundo trata de quitarse el sello de Rosendo Salgado, de quien dicen, ya se alejó. Negocian la posibilidad de unirse.

Los duranguenses que militan en Morena cierran filas y demandan piso pareio para la renovación de la dirigencia estatal, con la consigna de que ya no permitirán la intromisión de foráneos que solamente los vienen a dividir, como sucedió con Rosendo Salgado y Enrique Novelo, y empezaron a trabajar por una candidatura de unidad que aglutine a todas las corrientes.

Y no se trata de una simple nota periodística, o expresión de unos cuántos, ya que antier en un cónclave de liderazgos de “morenistas de a de veras” en los municipios, acordaron lo anterior, además de exigir que en la Convocatoria que emitirá el Comité Ejecutivo Nacional entre el 18 al 20 del mes en curso, para elegir a la próxima dirigencia de Durango, quede reflejado el acuerdo, al igual que otros puntos.

Para la base de quienes fundaron el Movimiento de Regeneración Nacional en la entidad está claro que los enviados de personajes centrales, lo único que hicieron fue fragmentar el partido local y despacharse con la cuchara grande, en beneficio de quienes les fueron leales, con puestos que “debieron ser de los auténticos pejistas”.

El pleito soterrado y abierto entre los grupos que controlan el partido, por un lado, Rosendo Salgado, y por el otro Enrique Novelo, ambos llegados de otras latitudes, son la causa del desorden y en algunos casos incertidumbre, que priva entre los morenistas locales, por lo que exigen al Comité Ejecutivo Nacional que los saque de Durango.

Demandan que en la convocatoria quede claro que solamente los militantes registrados antes del 2017 podrán ser candidatos en la contienda por la dirigencia estatal, además de que no tendrán oportunidad de participar tampoco funcionarios públicos ni representantes populares como diputados, aun cuando quieran solicitar licencia.

Es un intento por separar al partido del gobierno, de tal manera que Morena, al menos en el estado, sufra una recomposición que le permita recuperar el tiempo que se perdió cuando el vaivén de la burbuja del poder los atrapó, y se olvidaron de las bases para concentrarse en disfrutar de lo nuevo, y creer que serían los “mandamases”.

Pero los resultados electorales de junio pasado sacaron del letargo a quienes no solamente se creían dueños del partido, sino de Durango, y ahora los militantes fundadores alzan la voz y exigen unidad e independencia, de tal manera que ya no quieren a los enviados “chilangos”, pero tampoco a los advenedizos a los que impulsaban, que en lugar de ayuda le restaron al Movimiento, según comentan.

El mensaje de los morenistas fundadores de Durango es diáfano y contundente, ya no quieren a Rosendo Salgado, pero tampoco a Enrique Novelo, personajes que siguen disputándose el partido, como si fuera de ellos, sin tomar en cuenta a las bases, y solamente “llevar agua a su molino”.

Y es que sin tapujos, quieren seguir con la manipulación de los morenistas, sin importarles el daño que le causan al partido, pero sobre todo, no entienden que ya no tienen nada que hacer en Durango. Rosendo insiste en querer influir, y Novelo lo combate desde la convalecencia.

Desde el hospital, Novelo impulsa a Navarro para que asuma el liderazgo sin tomar en cuenta a la gente de Rosendo. Ambas actitudes generan desconcierto, pero también molestia entre la militancia, que después del descalabro electoral pasado, espera una especie de refundación del partido, en aras de recuperar el posicionamiento en que los dejó AMLO.

Sin embargo, propios y extraños al “súper delegado”, afirman que los pronósticos médicos son que aún tardará en su recuperación, y al final habrá que ver cómo queda, ya que también existe la posibilidad de algunas secuelas que le impidan desempeñar el cargo.

Por lo pronto, Gustavo Pedro Cortez echa mano de la experiencia que obtuvo en la política de masas y algunos cargos de representación popular que ocupó, para posicionarse como el encargado eficaz de la súper delegación de la Secretaría de Bienestar.

No obstante, el expetista y ahora flamante funcionario federal, enfrenta una investigación que realiza la Procuraduría General sobre presuntos malos manejos que se han dado en la dependencia de la que es el operador principal.

Gustavo Pedro, al igual que lo que sucede en el resto del país, ha ocultado la forma en que se llevan a cabo las famosas encuestas para integrar las listas de los beneficiarios de los apoyos “enviados” por el Presidente de la República, y menos hay transparencia en cuanto a los números.

Sin lugar a dudas, estos factores inciden al proceso interno para elegir la próxima dirigencia estatal de Morena, ya que se mantienen “los tiradores” a suceder a Novelo, a quien en México no lo quieren desamparar, pero que tendrán que tomar una decisión a fin de que no se contamine la definición de los próximos liderazgos.

El objetivo es que solamente haya un candidato, y en eso empezaron a trabajar los duranguenses de Morena, pero sin que incidan Novelo ni Salgado, según comentaron algunos de los que asistieron al cónclave del jueves pasado.

Iván Ramírez y Aldo Pacheco son los candidatos finalistas y ya están en pláticas, porque un mes después de la definición local vendrá la nacional en la que también deberán influir. El primero es uno de los fundadores de Morena, con trabajo partidista que le es reconocido incluso por el mismísimo AMLO. Mientras que el segundo trata de quitarse el sello de Rosendo Salgado, de quien dicen, ya se alejó. Negocian la posibilidad de unirse.