/ viernes 6 de agosto de 2021

Un antes y un después

Desde hace mucho tiempo, la sociedad se queja de que nuestros representantes populares deciden por nosotros en asuntos que afectan la vida nacional o local, según sea el caso. La pasada consulta popular, considerada en el artículo 35 de nuestra Constitución, desde el punto de vista de la democracia participativa fue un éxito.

Muchos confunden la participación de cerca de 7 millones de ciudadanos con un fracaso. Como dijo Bora Milutinović: “Mi respeta, pero no estar de acuerdo”. La consulta no fue a favor o en contra de Andrés Manuel López Obrador. Para eso está la revocación de mandato en marzo del año próximo.

Por supuesto, que la consulta popular fue politizada y polarizada por “ya sabes quién”. Se confundió la magnesia con la gimnasia. Veamos: Desde el anuncio de la consulta popular, el ministro en retiro José Ramón Cossío, no estuvo de acuerdo y fue el primero que mencionó que las leyes no se consultan. En esencia, la pregunta siempre fue si se juzgaba o no a los expresidentes por supuestos delitos y actos de corrupción.

También es cierto que en nuestra constitución está establecido cuando se le puede fincar responsabilidades al presidente de la República, y esto por supuesto que no está sujeto a una consulta popular.

El problema, más bien, es que nunca se entendió que la consulta era un ejercicio constitucional, por medio del cual por primera vez se pretendió escuchar de manera directa la opinión de la sociedad. Que los resultados no fueron vinculantes no significa que quienes hayan cometido supuestos delitos en el ejercicio del poder, si la ley así lo contempla, es la obligación del Estado aplicarla. Volvemos a recordar: La oposición siempre dijo que la ley no se consulta, ¿pero habrá piso parejo en este tema?

No hace mucho, aquí en Durango la aprobación del matrimonio igualitario puso en predicamento al Congreso del Estado. La iniciativa era que se reformara el Código Civil del Estado, para que el matrimonio sea entre personas. Muchos fueron los grupos de la sociedad que opinaron al respecto. No faltó quienes propusieran foros de consulta sobre el tema. Alguien les debió decir que la ley no se consulta.

El tema del desarrolló a la libre personalidad, a la no discriminación, a la libertad sexual o decidir libremente sobre su cuerpo, está en el artículo primero constitucional. El tema del matrimonio igualitario, se ha afirmado y ratificado y forma parte de estos tratados internacionales. El artículo 35 de la Constitución dice que los derechos humanos no pueden ser objeto de ninguna consulta. Inclusive algunas diputadas y diputados locales hicieron una propuesta en este sentido. ¿Entonces tenemos consultas populares de primera y consultas de segunda?

Lo que muchos no quieren ver en esta consulta es lo que significa para el futuro. La revocación de mandato, por ejemplo, tendrá que ser para los tres niveles de gobierno. No estamos lejos de que la revocación de mandato será para presidente de la República, gobernadores y presidentes municipales. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir que ya no aguantamos al presidente fulano o al gobernador zutano? Y como la Constitución dice: El presidente de la república y los gobernadores, durarán en su encargo seis años, como está en la ley, no se consulta.

Pero estamos seguros que con la democracia participativa y la revocación de mandato todo eso pasará a formar parte de la historia. Ese es el mensaje y el principio que se envía con la consulta popular del domingo pasado. Y todavía tenemos en nuestra Constitución el plebiscito y el referéndum, que haremos de valer también para que el Estado tenga otro factor de equilibrio de poderes con la sociedad.

Desde hace mucho tiempo, la sociedad se queja de que nuestros representantes populares deciden por nosotros en asuntos que afectan la vida nacional o local, según sea el caso. La pasada consulta popular, considerada en el artículo 35 de nuestra Constitución, desde el punto de vista de la democracia participativa fue un éxito.

Muchos confunden la participación de cerca de 7 millones de ciudadanos con un fracaso. Como dijo Bora Milutinović: “Mi respeta, pero no estar de acuerdo”. La consulta no fue a favor o en contra de Andrés Manuel López Obrador. Para eso está la revocación de mandato en marzo del año próximo.

Por supuesto, que la consulta popular fue politizada y polarizada por “ya sabes quién”. Se confundió la magnesia con la gimnasia. Veamos: Desde el anuncio de la consulta popular, el ministro en retiro José Ramón Cossío, no estuvo de acuerdo y fue el primero que mencionó que las leyes no se consultan. En esencia, la pregunta siempre fue si se juzgaba o no a los expresidentes por supuestos delitos y actos de corrupción.

También es cierto que en nuestra constitución está establecido cuando se le puede fincar responsabilidades al presidente de la República, y esto por supuesto que no está sujeto a una consulta popular.

El problema, más bien, es que nunca se entendió que la consulta era un ejercicio constitucional, por medio del cual por primera vez se pretendió escuchar de manera directa la opinión de la sociedad. Que los resultados no fueron vinculantes no significa que quienes hayan cometido supuestos delitos en el ejercicio del poder, si la ley así lo contempla, es la obligación del Estado aplicarla. Volvemos a recordar: La oposición siempre dijo que la ley no se consulta, ¿pero habrá piso parejo en este tema?

No hace mucho, aquí en Durango la aprobación del matrimonio igualitario puso en predicamento al Congreso del Estado. La iniciativa era que se reformara el Código Civil del Estado, para que el matrimonio sea entre personas. Muchos fueron los grupos de la sociedad que opinaron al respecto. No faltó quienes propusieran foros de consulta sobre el tema. Alguien les debió decir que la ley no se consulta.

El tema del desarrolló a la libre personalidad, a la no discriminación, a la libertad sexual o decidir libremente sobre su cuerpo, está en el artículo primero constitucional. El tema del matrimonio igualitario, se ha afirmado y ratificado y forma parte de estos tratados internacionales. El artículo 35 de la Constitución dice que los derechos humanos no pueden ser objeto de ninguna consulta. Inclusive algunas diputadas y diputados locales hicieron una propuesta en este sentido. ¿Entonces tenemos consultas populares de primera y consultas de segunda?

Lo que muchos no quieren ver en esta consulta es lo que significa para el futuro. La revocación de mandato, por ejemplo, tendrá que ser para los tres niveles de gobierno. No estamos lejos de que la revocación de mandato será para presidente de la República, gobernadores y presidentes municipales. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir que ya no aguantamos al presidente fulano o al gobernador zutano? Y como la Constitución dice: El presidente de la república y los gobernadores, durarán en su encargo seis años, como está en la ley, no se consulta.

Pero estamos seguros que con la democracia participativa y la revocación de mandato todo eso pasará a formar parte de la historia. Ese es el mensaje y el principio que se envía con la consulta popular del domingo pasado. Y todavía tenemos en nuestra Constitución el plebiscito y el referéndum, que haremos de valer también para que el Estado tenga otro factor de equilibrio de poderes con la sociedad.