/ lunes 2 de septiembre de 2019

Un azul en el municipio

El pasado sábado 31 de agosto tomó protesta como presidente municipal de la capital del estado de Durango Jorge Salum del Palacio; tuvieron que transcurrir 36 largos años para que de nueva cuenta un panista volviera a dirigir los esfuerzos del gobierno municipal capitalino.

La llegada de Jorge Salum al viejo Palacio de Escárzaga tiene varias lecturas, representa en el espectro político mucho más que un simple relevo de alcalde, sobre todo para los panistas. Veamos.

De golpe, el Partido Acción Nacional (PAN) ha encontrado a un serio candidato para el proceso electoral que renovará al inquilino del Centro de Convenciones Bicentenario (CCB) en 2022. Desde luego que la afirmación se hace en la conciencia de que aún no ha comenzado siquiera su administración, pero hoy, los azules no tienen una mejor apuesta que hacer, y no creo que en los próximos tres años la encuentren.

Pero infelizmente con Jorge Salum también llegan las rancias familias de panistas, los de cepa, los viejos azules que no han ganado nada pero que se sienten dueños del partido, al que han utilizado para satisfacer intereses personales y familiares sin importar si en el intento se arrollan, así que no es extraño verlos entre pugnas internas, darse golpes bajos y manotazos en la espalda.

Lo anterior los ha conducido a perder cada elección en la que participan, basta con echar un vistazo a la historia electoral del PAN en Durango -en elecciones locales y municipales de la capital- para darse cuenta de que los resultados han sido francamente pobre, solamente han ganado dos elecciones municipales: en 1983 y ahora en 2019 (los triunfos en 2016 fueron con candidatos externos). Ni en los tiempos en que tenían la Presidencia de la República pudieron ganar algo más que algunas pocas diputaciones locales.

Sí Jorge Salum quiere cambiar el guión y ser algo más que otro registro de candidato perdidoso de Acción Nacional en 2022, debe hacer un buen trabajo en el gobierno municipal, lo que de entrada parece complicado, tendrá que sortear en lo general dos aduanas nada sencillas.

La primera se circunscribe a la órbita financiera, el ayuntamiento es de los más endeudados del país y no tiene dinero, elemento indispensable para que la administración pueda operar y cumplir con sus funciones; en los corrillos de la casona de 20 de Noviembre y Victoria se dice que José Ramón Enríquez no dejó otra cosa que deudas y saqueos, así que se avizora un complicado cierre de año para el Ayuntamiento, los proveedores y prestadores de servicios querrán su dinero, amén de que ya vienen los compromisos decembrinos que debe cubrir a sus trabajadores.

El escenario político es la otra aduana, ámbito no menos interesante; la conformación del Cabildo hace presumir que las cosas pueden ser en extremo polarizadas, el PAN no tiene mayoría, así que Salum y sus 7 regidores tendrán que ser muy hábiles en el cabildeo y en la gestión para sacar adelante las votaciones. Movimiento Ciudadano (MC) y sus 5 regidores no serán nada dóciles, Martha Palencia se encargará de que así sea.

Me parece que si los panistas cierran filas en torno a Salum lo pueden catapultar para ganar la gubernatura en 2022, tienen una oportunidad inmejorable; Morena está hecho un verdadero nudo gordiano, las ambiciones de los arribistas que llegaron al partido del presidente de México harán que los conflictos del proceso pasado parezcan un juego de niños; los priistas por su parte, si bien obtuvieron buenos resultados en las elecciones municipales pasadas, les falta un largo trecho para salir del agujero en que ellos mismos se metieron, deben renovar la dirigencia estatal y comenzar un proceso de recomposición que les llevará más de tres años.

Veremos qué sucede con la llegada de un azul al municipio, Jorge Salum es un buen tipo, no tengo el gusto de conocerlo pero creo que lo es, aunque desafortunadamente en política más que una virtud puede ser un estorbo.

El pasado sábado 31 de agosto tomó protesta como presidente municipal de la capital del estado de Durango Jorge Salum del Palacio; tuvieron que transcurrir 36 largos años para que de nueva cuenta un panista volviera a dirigir los esfuerzos del gobierno municipal capitalino.

La llegada de Jorge Salum al viejo Palacio de Escárzaga tiene varias lecturas, representa en el espectro político mucho más que un simple relevo de alcalde, sobre todo para los panistas. Veamos.

De golpe, el Partido Acción Nacional (PAN) ha encontrado a un serio candidato para el proceso electoral que renovará al inquilino del Centro de Convenciones Bicentenario (CCB) en 2022. Desde luego que la afirmación se hace en la conciencia de que aún no ha comenzado siquiera su administración, pero hoy, los azules no tienen una mejor apuesta que hacer, y no creo que en los próximos tres años la encuentren.

Pero infelizmente con Jorge Salum también llegan las rancias familias de panistas, los de cepa, los viejos azules que no han ganado nada pero que se sienten dueños del partido, al que han utilizado para satisfacer intereses personales y familiares sin importar si en el intento se arrollan, así que no es extraño verlos entre pugnas internas, darse golpes bajos y manotazos en la espalda.

Lo anterior los ha conducido a perder cada elección en la que participan, basta con echar un vistazo a la historia electoral del PAN en Durango -en elecciones locales y municipales de la capital- para darse cuenta de que los resultados han sido francamente pobre, solamente han ganado dos elecciones municipales: en 1983 y ahora en 2019 (los triunfos en 2016 fueron con candidatos externos). Ni en los tiempos en que tenían la Presidencia de la República pudieron ganar algo más que algunas pocas diputaciones locales.

Sí Jorge Salum quiere cambiar el guión y ser algo más que otro registro de candidato perdidoso de Acción Nacional en 2022, debe hacer un buen trabajo en el gobierno municipal, lo que de entrada parece complicado, tendrá que sortear en lo general dos aduanas nada sencillas.

La primera se circunscribe a la órbita financiera, el ayuntamiento es de los más endeudados del país y no tiene dinero, elemento indispensable para que la administración pueda operar y cumplir con sus funciones; en los corrillos de la casona de 20 de Noviembre y Victoria se dice que José Ramón Enríquez no dejó otra cosa que deudas y saqueos, así que se avizora un complicado cierre de año para el Ayuntamiento, los proveedores y prestadores de servicios querrán su dinero, amén de que ya vienen los compromisos decembrinos que debe cubrir a sus trabajadores.

El escenario político es la otra aduana, ámbito no menos interesante; la conformación del Cabildo hace presumir que las cosas pueden ser en extremo polarizadas, el PAN no tiene mayoría, así que Salum y sus 7 regidores tendrán que ser muy hábiles en el cabildeo y en la gestión para sacar adelante las votaciones. Movimiento Ciudadano (MC) y sus 5 regidores no serán nada dóciles, Martha Palencia se encargará de que así sea.

Me parece que si los panistas cierran filas en torno a Salum lo pueden catapultar para ganar la gubernatura en 2022, tienen una oportunidad inmejorable; Morena está hecho un verdadero nudo gordiano, las ambiciones de los arribistas que llegaron al partido del presidente de México harán que los conflictos del proceso pasado parezcan un juego de niños; los priistas por su parte, si bien obtuvieron buenos resultados en las elecciones municipales pasadas, les falta un largo trecho para salir del agujero en que ellos mismos se metieron, deben renovar la dirigencia estatal y comenzar un proceso de recomposición que les llevará más de tres años.

Veremos qué sucede con la llegada de un azul al municipio, Jorge Salum es un buen tipo, no tengo el gusto de conocerlo pero creo que lo es, aunque desafortunadamente en política más que una virtud puede ser un estorbo.