/ lunes 17 de junio de 2019

Un goya por el nuevo decano de la UJED

El pasado 13 de junio de 2019 fue aprobada la designación de Eduardo Campos Rodríguez como nuevo decano de nuestra Máxima Casa de Estudios.

En sesión solemne celebrada en la majestuosa aula Laureano Roncal del Edificio Central de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), la Junta Directiva aprobó por unanimidad la propuesta que hiciera el Rector Rubén Solís Ríos.

La Ley Orgánica de la UJED dispone en su artículo 59 que el decano será el catedrático con más antigüedad en la docencia; por su parte la fracción V del artículo 60 requiere que el decano debe gozar de estimación general como persona honorable, prudente.

Al respecto debo decir que el licenciado Campos tiene más de 51 años como catedrático universitario, inició impartiendo cátedra de ética en la escuela preparatoria diurna, ahora pertenece al cuerpo académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, amén de que goza de alta estimación, no solo entre la comunidad universitaria, sino también entre la sociedad duranguense en general.

Así pues, no tengo la menor duda de que Lalo Campos (así lo conocen sus muchos amigos) cumplirá a cabalidad con los fines que la propia Ley Orgánica le impone al decano: “representar la dignidad y el decoro de la totalidad de los profesores de la Universidad”.

Lalo Campos pertenece a la generación de los viejos universitarios (la expresión no es con ánimo peyorativo), de aquellos que anteponen el amor y el respeto a lo que representa la Máxima Casa de Estudios, el Alma Mater, por encima de cualquier interés personal o de grupo.

Hoy en día hacen falta muchos de esos universitarios de cepa, que luchen por la dignidad de la UJED, por regresarla al lugar que merece. Las generaciones presentes deben saber que ser universitario va más allá de estar matriculado como alumno, docente o trabajador; ser universitario tiene un significado cualitativo, axiológico, moral.

Infelizmente, muchos universitarios nos hemos perdido en la vorágine de la banalidad y descuidamos la esencia del respeto a los valores que esta noble institución nos demanda. Es menester luchar porque renazca el verdadero espíritu universitario.

Justo aquí Lalo Campos puede ser un artífice para que ello suceda, su trato afable, su convicción por la lucha de ideales y su esencia de hábil político pueden ser fundamentales para lograr la transformación en la mentalidad de los miles de universitarios. “No seré un decano pasivo”, señaló el día de su designación, y estamos ciertos de que así será, además de su entusiasmo tiene el apoyo del rector.

Por lo pronto, señores y señoras universitarios, lancemos un Goya por Lalo Campos, el nuevo decano de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

El pasado 13 de junio de 2019 fue aprobada la designación de Eduardo Campos Rodríguez como nuevo decano de nuestra Máxima Casa de Estudios.

En sesión solemne celebrada en la majestuosa aula Laureano Roncal del Edificio Central de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), la Junta Directiva aprobó por unanimidad la propuesta que hiciera el Rector Rubén Solís Ríos.

La Ley Orgánica de la UJED dispone en su artículo 59 que el decano será el catedrático con más antigüedad en la docencia; por su parte la fracción V del artículo 60 requiere que el decano debe gozar de estimación general como persona honorable, prudente.

Al respecto debo decir que el licenciado Campos tiene más de 51 años como catedrático universitario, inició impartiendo cátedra de ética en la escuela preparatoria diurna, ahora pertenece al cuerpo académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, amén de que goza de alta estimación, no solo entre la comunidad universitaria, sino también entre la sociedad duranguense en general.

Así pues, no tengo la menor duda de que Lalo Campos (así lo conocen sus muchos amigos) cumplirá a cabalidad con los fines que la propia Ley Orgánica le impone al decano: “representar la dignidad y el decoro de la totalidad de los profesores de la Universidad”.

Lalo Campos pertenece a la generación de los viejos universitarios (la expresión no es con ánimo peyorativo), de aquellos que anteponen el amor y el respeto a lo que representa la Máxima Casa de Estudios, el Alma Mater, por encima de cualquier interés personal o de grupo.

Hoy en día hacen falta muchos de esos universitarios de cepa, que luchen por la dignidad de la UJED, por regresarla al lugar que merece. Las generaciones presentes deben saber que ser universitario va más allá de estar matriculado como alumno, docente o trabajador; ser universitario tiene un significado cualitativo, axiológico, moral.

Infelizmente, muchos universitarios nos hemos perdido en la vorágine de la banalidad y descuidamos la esencia del respeto a los valores que esta noble institución nos demanda. Es menester luchar porque renazca el verdadero espíritu universitario.

Justo aquí Lalo Campos puede ser un artífice para que ello suceda, su trato afable, su convicción por la lucha de ideales y su esencia de hábil político pueden ser fundamentales para lograr la transformación en la mentalidad de los miles de universitarios. “No seré un decano pasivo”, señaló el día de su designación, y estamos ciertos de que así será, además de su entusiasmo tiene el apoyo del rector.

Por lo pronto, señores y señoras universitarios, lancemos un Goya por Lalo Campos, el nuevo decano de la Universidad Juárez del Estado de Durango.