/ viernes 10 de enero de 2020

Un reclamo urgente

Cuando recibo comentarios de que mis deshilvanados artículos que este prestigiado diario me hace el favor de publicar, considero que he tenido eco en mis sugerencias, demandas y que, muchos coinciden en las opiniones que vierto en ellos, aunque también muchos discrepan, pero para ello, es necesario emitir un postulado y saber los diversos conceptos que se manejan en nuestra sociedad.

Cuando he realizado artículos en los que señalo los abusos policiacos o sus extorsiones, cometidos por ellos y la burocracia en general, me llueven sugerencias y comentarios sin fin, que coinciden con lo que he dejado expuesto.

En esta ocasión, he recibido una amable carta, muy bien escrita en el que se refleja la angustia y pesar de alguien que, ante el desequilibrio ecológico que sufren nuestros paisajes naturales, que han sido regalo maravilloso para nuestros ojos y que nos han proporcionado sensaciones de infinito placer, y de los que, al constatar su deterioro, desea a toda costa, solicitar auxilio para preservar el cuidado y conservación ambiental de ellos. Y uniéndome indiscutiblemente a su reclamo, al igual que ella, exijo se proceda a llevar a cabo una rehabilitación total y el mejoramiento de algo que puede ser un gran atractivo turístico y al que, solamente Francisco Canales Gutiérrez dio atención cuando fungió como director de Turismo en el Estado. El texto de la señalada misiva es el siguiente:

“Hola Luis: Mi mensaje le hace llegar a Ud. un saludo cordial, y a la vez comentarle de un reclamo personal, acerca de nuestro hermoso paraje ‘El Saltito’.

Nosotros hemos visitado El Saltito durante años. Antes, sólo había cascada en años de lluvias abundantes. ‘Casualmente’ en este año, en el que las lluvias fueron escasas y el año se tornó en tragedia para el campo por la ausencia de cosechas, consecuencia de la falta de lluvia, los duranguenses hemos tenido ‘cascada’ en El Saltito.

Para nosotros, cada año, la mejor época para visitar El Saltito es de junio a septiembre. En años de lluvia abundante debemos esperar a que desaparezca la cascada, porque es cuando el río corre solamente el agua que nace del enorme manantial del cráter.

Es en esa temporada cuando la corriente del río es tranquila, el agua es tibia y transparente. El cañón del Saltito y su microclima permiten, que aunque sea invierno, se mantenga el agua del río en la temperatura muy agradable, convirtiendo el cañón del Saltito en refugio de invierno de miles de aves grandes y pequeñas, y de muchas variedades de peces.

En años anteriores habíamos disfrutado de muchas tardes hermosas, días de campo nadando en el río o dando de comer a los peces. El agua era transparente y limpia, pues recién nace ahí mismo, en el cráter. Nosotros llevábamos pollo y era un gusto enorme ver la cantidad de peces que venía a comerlo en las aguas transparentes del río. El asombro de las niñas gritando ¡uno gordo!... ¡otro gordo!... ¡aquél es enorme!... ¡uno azul!... ¡uno con lunares… otro con rayas!

Los peces se acostumbraban a nuestra presencia, nos reíamos de que a veces se escondían bajo el cuerpo de mi esposo.

Pero… este año no hubo lluvias abundantes, no debería haber cascada… Causalmente hay cascada.

El domingo pasado visitamos El Saltito. El paraje está triste, que en verdad dan ganas de llorar. El agua es café, oscura. Lleva algo de espuma encima. Los árboles secos… No hay un solo pez… No hay langostinos… Hay millones de conchas vacías. Bajo el barranco encontramos tres vacas muertas, un olor terrible.

Estimado Luis… Creo que no necesita ser muy inteligente para deducir que la cascada está contaminando el río.

Sí, hay casaca, es cierto… el municipio se beneficia con la cuota de $20 por vehículo que está cobrando por entrar a visitar la cascada. Se benefician también personas que venden alimentos y bebidas… Pero están envenenando el agua, acabando con la pesca y el santuario de aves… Me siento triste e impotente. ¿Tal vez Ud. pudiera comentar para que se investigue? Es urgente que alguien ayude a proteger nuestro Saltito”.

Indudablemente que, muchos de los que tengamos conocimiento de lo que acontece en ese, otra hermosísimo lugar conocido como “El Saltito”, nos habremos de unir a esta denuncia, reclamo o exigencia, y estaremos de acuerdo con mi amiga, que, sabemos no tan solo es tarea de las autoridades, sino de la ciudanía quienes somos responsables de mantener el medio ambiente en beneficio de sí mismo, pero que, si no cambiamos de conducta, no se podrá lograr, pero también bajo el liderazgo de las autoridades, quienes pueden implantar las medidas cautelares correspondientes.

Si como particulares deseamos cambiar al mundo, no lo podríamos lograr, pues es necesario que la educación sea desde edad temprana con relación a temas ambientales, así como la implementación de las políticas y leyes que regulen los recursos naturales, y la ejecución de estudios de impacto ambiental con proyectos de verdadero desarrollo en el país, es preciso tenga su directriz desde el Estado.

Si prudentemente se llevan a cabo los programas de saneamiento ambiental propios, el paseo turístico será una consecuencia, pero, aunque nos unamos a concientizar a quienes podamos, como lo indiqué anteriormente, si no existe el liderazgo de la autoridad y si no se imponen las sanciones correspondientes para lograr el correcto impacto ambiental en tan hermoso paseo, continuaremos echándolo cada día con mayor fuerza en el bote de la basura.

Cuando recibo comentarios de que mis deshilvanados artículos que este prestigiado diario me hace el favor de publicar, considero que he tenido eco en mis sugerencias, demandas y que, muchos coinciden en las opiniones que vierto en ellos, aunque también muchos discrepan, pero para ello, es necesario emitir un postulado y saber los diversos conceptos que se manejan en nuestra sociedad.

Cuando he realizado artículos en los que señalo los abusos policiacos o sus extorsiones, cometidos por ellos y la burocracia en general, me llueven sugerencias y comentarios sin fin, que coinciden con lo que he dejado expuesto.

En esta ocasión, he recibido una amable carta, muy bien escrita en el que se refleja la angustia y pesar de alguien que, ante el desequilibrio ecológico que sufren nuestros paisajes naturales, que han sido regalo maravilloso para nuestros ojos y que nos han proporcionado sensaciones de infinito placer, y de los que, al constatar su deterioro, desea a toda costa, solicitar auxilio para preservar el cuidado y conservación ambiental de ellos. Y uniéndome indiscutiblemente a su reclamo, al igual que ella, exijo se proceda a llevar a cabo una rehabilitación total y el mejoramiento de algo que puede ser un gran atractivo turístico y al que, solamente Francisco Canales Gutiérrez dio atención cuando fungió como director de Turismo en el Estado. El texto de la señalada misiva es el siguiente:

“Hola Luis: Mi mensaje le hace llegar a Ud. un saludo cordial, y a la vez comentarle de un reclamo personal, acerca de nuestro hermoso paraje ‘El Saltito’.

Nosotros hemos visitado El Saltito durante años. Antes, sólo había cascada en años de lluvias abundantes. ‘Casualmente’ en este año, en el que las lluvias fueron escasas y el año se tornó en tragedia para el campo por la ausencia de cosechas, consecuencia de la falta de lluvia, los duranguenses hemos tenido ‘cascada’ en El Saltito.

Para nosotros, cada año, la mejor época para visitar El Saltito es de junio a septiembre. En años de lluvia abundante debemos esperar a que desaparezca la cascada, porque es cuando el río corre solamente el agua que nace del enorme manantial del cráter.

Es en esa temporada cuando la corriente del río es tranquila, el agua es tibia y transparente. El cañón del Saltito y su microclima permiten, que aunque sea invierno, se mantenga el agua del río en la temperatura muy agradable, convirtiendo el cañón del Saltito en refugio de invierno de miles de aves grandes y pequeñas, y de muchas variedades de peces.

En años anteriores habíamos disfrutado de muchas tardes hermosas, días de campo nadando en el río o dando de comer a los peces. El agua era transparente y limpia, pues recién nace ahí mismo, en el cráter. Nosotros llevábamos pollo y era un gusto enorme ver la cantidad de peces que venía a comerlo en las aguas transparentes del río. El asombro de las niñas gritando ¡uno gordo!... ¡otro gordo!... ¡aquél es enorme!... ¡uno azul!... ¡uno con lunares… otro con rayas!

Los peces se acostumbraban a nuestra presencia, nos reíamos de que a veces se escondían bajo el cuerpo de mi esposo.

Pero… este año no hubo lluvias abundantes, no debería haber cascada… Causalmente hay cascada.

El domingo pasado visitamos El Saltito. El paraje está triste, que en verdad dan ganas de llorar. El agua es café, oscura. Lleva algo de espuma encima. Los árboles secos… No hay un solo pez… No hay langostinos… Hay millones de conchas vacías. Bajo el barranco encontramos tres vacas muertas, un olor terrible.

Estimado Luis… Creo que no necesita ser muy inteligente para deducir que la cascada está contaminando el río.

Sí, hay casaca, es cierto… el municipio se beneficia con la cuota de $20 por vehículo que está cobrando por entrar a visitar la cascada. Se benefician también personas que venden alimentos y bebidas… Pero están envenenando el agua, acabando con la pesca y el santuario de aves… Me siento triste e impotente. ¿Tal vez Ud. pudiera comentar para que se investigue? Es urgente que alguien ayude a proteger nuestro Saltito”.

Indudablemente que, muchos de los que tengamos conocimiento de lo que acontece en ese, otra hermosísimo lugar conocido como “El Saltito”, nos habremos de unir a esta denuncia, reclamo o exigencia, y estaremos de acuerdo con mi amiga, que, sabemos no tan solo es tarea de las autoridades, sino de la ciudanía quienes somos responsables de mantener el medio ambiente en beneficio de sí mismo, pero que, si no cambiamos de conducta, no se podrá lograr, pero también bajo el liderazgo de las autoridades, quienes pueden implantar las medidas cautelares correspondientes.

Si como particulares deseamos cambiar al mundo, no lo podríamos lograr, pues es necesario que la educación sea desde edad temprana con relación a temas ambientales, así como la implementación de las políticas y leyes que regulen los recursos naturales, y la ejecución de estudios de impacto ambiental con proyectos de verdadero desarrollo en el país, es preciso tenga su directriz desde el Estado.

Si prudentemente se llevan a cabo los programas de saneamiento ambiental propios, el paseo turístico será una consecuencia, pero, aunque nos unamos a concientizar a quienes podamos, como lo indiqué anteriormente, si no existe el liderazgo de la autoridad y si no se imponen las sanciones correspondientes para lograr el correcto impacto ambiental en tan hermoso paseo, continuaremos echándolo cada día con mayor fuerza en el bote de la basura.